Lo primero que advierte Clara Lope es que su apellido es así: como suena, sin z final. Nada de López. Lope. Lo segundo que llama la atención de esta joven entrerriana es el profesionalismo y la actitud decidida que solo poseen aquellos que saben lo que quieren, y sobre todo, que están dispuestos a conseguirlo. Y a luchar por ello.
Clara sabe lo quiere desde los siete años, cuando en Concordia, su ciudad natal, comenzó a estudiar danza y se dio cuenta de que el mundo del arte, era su mundo. “Todavía recuerdo la sensación al subirme a un escenario la primera vez. La adrenalina, la emoción, el trabajo en equipo. Pero también amaba la preparación, los ensayos, las pruebas de vestuario, maquillarme, desarrollar un personaje y llevarlo a escena”, recuerda. Desde entonces hizo innumerables, pasó infinitas horas ensayando, bailó por distintos lugares del país y no se detuvo jamás.
Lo suyo era pasión y vocación, pero también formación. “Siempre busqué capacitarme. Además de hacer danza, durante las vacaciones escolares viajaba a Buenos Aires para realizar cursos intensivos en la Fundación Julio Bocca, una institución que siempre fue referente para mí”, narra Lope. “Desde ese tiempo admiro mucho a la actriz y productora Octavia Spencer, no solo por sus increíbles actuaciones (ganó un Oscar por el filme Historias cruzadas) sino también por las representaciones históricas de sus proyectos, que me enseñaron mucho en cuanto a ciertos conflictos sociales en Estados Unidos”.
En la adolescencia Clara era feliz en el escenario y en el mundo del arte, pero la vida cotidiana no era tan simple. Fue a un colegio muy estricto y el día a día era muy complejo. “Había malos tratos de parte de la institución y en general se respiraba un mal ambiente. Fue la época más oscura de mi vida. Siento que fue lo más difícil que tuve que superar para estar hoy donde estoy”. En esa etapa compleja, el trabajo y la formación artística fueron su refugio, el espacio donde se sentía motivada.
Convencida de lo que quería, Clara le anunció a su familia que se dedicaría al arte. Las reacciones fueron disímiles y algunas, dolorosas. “Mis primos y mis amigos me incentivaron siempre, pero a mi papá nunca le pareció serio lo que quería hacer. Frases como ‘no le metas eso en la cabeza’ eran cotidianas; hasta el día de hoy no me apoya. Mi mamá, en cambio, nunca me lo prohibió y siempre me acompañó”.
Su camino laboral comenzó a los 13 años, pero no como actriz sino de modelo. “Empecé haciendo desfiles a beneficio y comencé a tener más oportunidades: viajes por trabajo, campañas de moda, editoriales, catálogos, concursos de belleza, comerciales, spots publicitarios. Hacía todo lo que podía a nivel regional. Cuando la oportunidad se daba me iba a Buenos Aires para trabajar, pero la situación era muy difícil porque siendo del Interior, todo supone un esfuerzo extra”.
Al terminar el secundario Clara decidió instalarse en la gran ciudad. Comenzó a estudiar Periodismo y en simultáneo realizaba trabajos como modelo, pese a la oposición de su padre. No fue un comienzo fácil: “No tenía un lugar fijo donde vivir, me mudaba todos los meses”. Además, conseguir trabajo tampoco era una tarea sencilla. “Buscaba constantemente oportunidades en un rubro en donde no conocía a nadie ni tenía ninguna referencia. Durante años participé en castings y no quedaba, o hacía fotos y no las publicaban, mandaba mails y no me contestaban -enumera-. Supongo que es lo que nos pasa a todos cuando empezamos. Pero ese fuego que quemaba dentro mío no me dejaba pensar en otra cosa que no fuera trabajar de lo que me gustaba”.
Después de seis años adversos, le llegaría la gran oportunidad. Firmó con Tinto Talents, una agencia de talentos en Los Ángeles. “Recuerdo que me ofrecieron el contrato el mismo día que cumplí 19 años. Era muy chica y representaba una posibilidad increíble. Miré mi vida y pensé: ‘Acá no tengo nada’, y sin mirar atrás, me fui. Ya pasaron tres años…”.
Con la valija llena de ilusiones llegó a los Estados Unidos, pero explotó la pandemia y todo se detuvo. Las producciones se suspendieron por dos años. “Antes de viajar tenía miedo de que me pasara algo allá, porque la atención en la salud es muy costosa. Pensé en muchas cosas malas que podría tener que llegar a afrontar, pero jamás imaginé algo así como el Covid. Al principio fue un shock, porque quedé encerrada, sin familia ni amigos y con el temor de no tener dinero para vivir”, relata la actriz.
Sin embargo, la firma que la había llevado le asignó otras tareas de producción hasta que la pandemia terminara, y así logró salir adelante. “Fue una sorpresa, pero aproveché esos meses para ambientarme a mi nueva ciudad, viajar y conocer California. Por suerte las restricciones ya no eran tan estrictas, por lo que no la pasé mal. Además, a los meses de llegar me puse en pareja y hasta el día de hoy vivimos juntos”.
Al poco tiempo de instalarse, Clara conoció al productor Ángel Cassani y empezó a trabajar con él. En 2020 trabajaron en Home Sweet Home, un thriller ganador en el Festival de Tribeca. Luego en la megaproducción de su estudio, Land of Grace, donde la entrerriana tuvo la oportunidad de compartir pantalla con Josh Hutcherson, de The Hunger Games, la ganadora del Oscar Melissa Leo y Frank Grillo, figura de la saga de Capitán América.
Además, Clara acaba de regresar de Colombia tras filmar un proyecto del que no puede dar más detalles. En sus planes está el rodaje en Texas de Flamingo, una película del productor Lee Caplin (True Detective y Alí), protagonizada por Will Smith. Se trata de un filme de acción con una protagonista femenina.
“Si bien esporádicamente hago moda, diría que hoy en día mi carrera está más enfocada en la actuación y producción”, dice Lope, consciente de que busca hacer su camino en una ciudad donde la mayoría de sus habitantes comparten un mismo sueño. “Actuar en Los Ángeles es complicado, conocí a personas de todas partes del mundo viviendo ahí para lograrlo”, cuenta-. Pero me siento privilegiada por tener una excelente representación y por rodearme de personas tan generosas que siempre me abren las puertas a sus proyectos”.
Por todo esto y aunque “siento un poco la presión de dar mi 100% y cumplir con las expectativas”, Clara Lope sigue trabajando por conseguir su sueño y vivir de lo que ama.
FUENTE: Infobae