Loggio destacó que el proyecto comienza repasando los orígenes de la organización de los estados modernos, la convivencia social y se hace un reconocimiento al texto fundacional de Jean-Jacques Rousseau «El Contrato Social» que fue el libro que los sistemas políticos de Occidente tomaron como referencia para organizar la convivencia de los sistemas políticos.
«Desde allí hice todo un recorrido de como se constituyó la República nuestra, la democracia a partir de 1916 y de los golpes de Estado a partir de 1930 cada vez que los verdaderos dueños del poder económico sintieron que los gobiernos democráticos ponían en duda la rentabilidad y las ganancias de sus empresas», sostuvo Loggio.
«Esto vino siendo permanente hasta 1976 que fue el golpe más violento de todos donde se perpetró un verdadero genocidio en la República Argentina que persiguió, mató, violó, robó y no tenía otro sentido que disciplinar a la sociedad y establecer claramente un cambio en el modelo productivo de los argentinos», remarco.
«Hasta esa época teníamos un modelo de producción de desarrollo y de distribución de la riqueza sin perjuicio de los cambios políticos que hubo, pasando por Perón, Frondizi e Illía, pero vivíamos en una sociedad donde el motor de la economía era la productividad», indicó el legislador. «El Golpe del 76 vino a destruir eso y a poner el eje en el negocio de los monopolios y de la rentabilidad financiera», añadió.
«La dictadura, además de torturar, matar y apropiarse de bebés, se robaron empresas y se la repartieron entre los dueños del poder como el Grupo Sasetru que era un emblema, un grupo económico nacional de aquellos años, o Papel Prensa, otro ejemplo que se la robaron en la cámara de la tortura a su verdadera dueña», sostuvo Loggio.
Además, en el texto se hizo una reivindicación del expresidente Raúl Alfonsín por su decisión de juzgar a los responsables del genocidio. «No tenía una clara mayoría que lo apoyase. En la película ‘1985’ se veía claramente que en el seno de su partido había mucha gente con dudas respecto de avanzar con esa decisión política de encarcelar a los genocidas», manifestó.
«Sin embargo, Alfonsín tuvo una decisión muy patriota porque tenía claro que esto iba a significar un antes y un después. Por eso hoy llevamos, a pesar de todas las dificultades, 40 años ininterrumpidos de democracia. Ha quedado claro para los golpistas que el que las hace, las paga. Ya no es tan sencillo alzarse contra la democracia pensando que no va a haber ningún hecho posterior que se lo cobren en materia de constitucionalidad y Derechos Humanos», remarcó Loggio.
También destacó la decisión del expresidente Néstor Kirchner de juzgar a quienes fueron amnistiados por Carlos Menem y a descender en la cadena de mandos con su política de Verdad y Justicia. «Impulsó que se juzguen fuertemente a los responsables y que se avance con la política de memoria y esto es lo que ha quedado en la sociedad argentina», indicó.
Más adelante, remarcó que en otras oportunidades, cómo cuando la Corte Suprema intentó aprobar un régimen de 2 x 1 para favorecer a los represores condenados por delitos de lesa humanidad, la sociedad en todo el país repudió esa maniobra. «Esto es lo que está intentando desarmar, destruir la candidata a vicepresidenta Villarruel», indicó.