En aquel entonces, el Gobierno del Frente de Todos tomó la decisión de suspender la aplicación del impuesto desde el primer trimestre de 2021 para evitar el aumento sistemático en el precio de los combustibles. Sin embargo, esa determinación se extendió en el tiempo y la última disposición oficial al respecto -que se publicó en noviembre del 2023- establecía que el congelamiento quedaría vigente hasta el 1º de febrero de 2024.
«El congelamiento en los impuestos al combustible es una medida que implica que el Estado resigna la recaudación de estos tributos para lograr una mejor competitividad en los precios y evitar mayores costos para los ciudadanos”, había explicado Fernández.
Sin embargo, el Gobierno de Javier Milei podría “no renovar” ese congelamiento, lo cual se traduciría en un aumento de los precios de las naftas, ya que el componente impositivo suele trasladarse automáticamente a los precios.
Según la consultora Economía & Energía, si los impuestos recuperan todo el atraso que arrastran desde 2021, deberían subir 377%. “Eso daría un aumento en naftas de aproximadamente $82 por litro y de $60 en gasoil, que equivale a una suba promedio de 8%”, que se sumaría al 155% de incremento aplicado en los últimos dos meses. Por su parte, en las empresas calcularon que si se actualiza el impuesto según la inflación de los últimos 10 trimestres, la nafta debería aumentar $95 y el gasoil, $65, lo que daría una suba promedio de 11%