Pero lamentablemente para ese proyecto de hegemonía unipolar, ya es cosa del pasado. Estados Unidos está a punto de perder la hegemonía en Oriente Medio. Su ahora enemigo mortal no es Rusia, sino China, que tiene cada vez más peso diplomático y económico en la zona. En abril de 2023, el presidente chino Xi Jinping logró que dos rivales históricos como Irán y Arabia Saudita reanuden sus relaciones. Esto fortalece e impulsa el proyecto de la Ruta de la Seda hacia el Mediterráneo. Además, países claves de la región como Egipto (que limita con Gaza e Israel), Arabia Saudita e Irán, son parte de los BRICS desde el primer día de 2024.
Volviendo a Gaza, hay que decir que todos los actores saben lo que se pelea más allá de los límites de Gaza. Incluso que se juega mucho en la «interna» política de Israel. Cuando se produjo el ataque de Hamas, Benjamín Netanyahu, acusado de estafa y corrupción, cargaba con 40 semanas de protestas por su plan de reforma judicial, para perpetuarse en el poder, y por su pésimo gobierno sionista. Netanyahu es Primer ministro desde 2009, estando en el cargo incluso más tiempo que David Ben Gurión, fundador del Estado mismo de Israel. Por eso su única opción para no ir a la cárcel es la victoria total en Gaza. Pero ni el hambre, ni la muerte de 10.000 niños, ni las más de 50 mil toneladas de bombas, arrojadas incluso contra hospitales y escuelas, han logrado menguar la resistencia Palestina. Según cifras de la propia Israel, en estos meses su ejército destruyó apenas el 15% de los 1.500 túneles que construyó Hamás. En la segunda semana de enero, el ejército consideró un triunfo haber capturado un pasaje subterráneo de 4 km y de 50 metros de profundidad: esto es nada si se considera los 500 o 600 km. de longitud que tienen los túneles, y unos 5.770 pozos de entrada o salida de los mismos. Esto es un informe del Modern War Institute de West Point nada menos, titulado «La clandestinidad de Gaza, toda la estrategia política militar de Hamas se basa en los túneles» dice el informe.
En un primer momento, dada la asimetría en cuanto a la capacidad militar de uno y otro, Israel esperaba una campaña rápida de 3 a 4 semanas a lo sumo y un nivel de bajas aceptable. La censura militar cuantifica el número de muertos israelíes en 560, aunque fuentes hospitalarias multiplican esta cifra hasta llegar a 3.000 y más de 15.000 heridos según las fuentes. Unos 3000 heridos son irrecuperables. La cantidad de lesionados que han perdido la vista o sufrido deformaciones faciales por el tipo de guerra que impone Hamás triplica las bajas en cuanto a conflictos anteriores.
Mientras Israel intensifica sus ataques contra Gaza y el Pentágono bombardea a Yemen, el presidente de los Estados Unidos, Joseph Biden, como si él no tuviera nada que ver, opinó, ahora, que la embestida de los israelíes sobre los palestinos son «excesivas». Lo dijo cuatro meses después de la resolución de la Corte Internacional de Justicia.
Los números oficiales de muertos al 8 de febrero difundidos por la ONU fueron: 27.840 palestinos y 1.314 israelíes. La sociedad israelí no sionista no quiere seguir pagando el precio con la sangre de sus soldados en un conflicto que amenaza a todo Medio Oriente.
En el mundo crece la simpatía del pueblo palestino e Israel está cada vez más aislado. En la última Asamblea General de la ONU, 172 países votaron a favor del cese del fuego, 10 se abstuvieron y solo cuatro votaron en contra: Israel, Estados Unidos, Nauru(?) y Micronesia. Fue un punto de inflexión que se profundizó el 29 de diciembre con la presentación ante la Corte internacional por parte de Sudáfrica, argumentando que las acciones de Israel son de carácter «genocida» y que tienen como objetivo «la destrucción de una parte sustancial de un grupo nacional, racial y étnico Palestino». Hay además una denuncia grave por los asesinatos de los prisioneros palestinos, y sus cadáveres desventrados y utilizados para el tráfico ilícito de órganos. Algo similar ocurrió en Ucrania, donde los alemanes montaron un equipo hospitalario con cámara de refrigeración para mantener los cadáveres y luego utilizarlos en el tráfico mundial de órganos. Lo cual demuestra que se han sobrepasado todos los límites morales en este genocidio.
Fuente: Pájaro Rojo
Korea del Centro
Israhell y Satanyahu deben ser castigados por genocidas.