“Hemos concluido en el día de ayer (jueves) la producción de la prueba por parte de la defensa y, antes de eso, en las dos primeras jornadas la producción de la prueba por parte de la acusación, tanto pública, como es la fiscalía, como privadas que son los abogados querellantes que representan a la familia”, señaló
Núñez recalcó que, en el transcurso de la investigación, el anterior presidente del Colegio de Kinesiólogos había dado una respuesta ambigua en un informe requerido desde la fiscalía. “Somos profesionales de la salud con capacitación para cuestiones estéticas y cada quien sabe hasta dónde llega su competencia”, fue la respuesta palabras más, palabras menos. Núñez remarcó que esa contestación es “sumamente peligrosa”. “Con ese criterio, un kinesiólogo podría hacer cirugía estética. No existiría la diferencia entre un cirujano plástico y un kinesiólogo ya que los dos tienen competencia estética”, indicó. Pero el fiscal recalcó que “no es lo mismo” una persona que tiene un título médico que otra que tiene un título de “menor conocimiento” o de “conocimiento distinto”.
Pero el licenciado José Damián Etchegoyen, presidente del Colegio de Kinesiólogos de Entre Ríos, declaró, a pedido de la defensa, el jueves pasado y de manera contundente que la carboxiterapia es una práctica médica, no realizada por kinesiólogos, y que no conocía ningún colega que la practicase. Por ello, Núñez recalcó que en la audiencia quedó claro que Mitre ha realizado “una práctica de tipo médica por parte de una kinesióloga extralimitándose”.
De la misma forma, el fiscal explicó, en base a otro testimonio, que la aplicación de la aguja debe realizarse en forma oblicua a la piel. Pero en este caso, la inserción fue realizada de manera perpendicular. La conclusión es que la práctica fue «mal realizada” ya que se accede a una zona más profunda de la anatomía de la persona. A mayor profundidad, mayor posibilidad de acceder a una arteria o a una vena que fue lo que sucedió. El shock cardiogénico (paralización del corazón) se produjo por el ingreso de Co² al torrente sanguíneo.
En tanto, Núñez explicó que la teoría de la defensa es que el gas llegó al corazón –remarcó que el hecho es irrefutable ya que está demostrado por la autopsia- por “difusión”. “Es decir, por la absorción del tejido”, dijo. El fiscal sostuvo que eso es “imposible” no por una opinión personal sino porque así fue establecido por los médicos forenses. “No es que no exista la absorción de gas por difusión, sino que debe ser en cantidades enormes”, señaló.
Se basó en los dichos de un médico forense quien sostuvo que en una cirugía laparoscópica que realizo 15 años antes de ingresar al Poder Judicial inyectó 8 litros de gas medicinal, una cantidad 10 veces mayor que en una carboxiterapia, y el cuerpo no colapsó. “Lo que ocurre es que no se inyecta en el torrente sanguíneo, sino que se inyecta en el abdomen y se regula por un equipo médico”, dijo.
Más adelante, Núñez remarcó que también surgió del debate que para realizar una práctica médica se requiere de capacidad de respuesta, aparatología adecuada y un lugar predispuesto para atender una urgencia como fue en este caso, una embola gaseosa. “Y un instituto kinesiológico no es en lugar adecuado para realizar una intervención como esta”, dijo.
El próximo jueves 2 de mayo, Mitre tendrá la posibilidad de dar su testimonio, algo a lo que se negó cuando comenzaron las audiencias. Luego será el turno de los alegatos. En ese momento, la acusación dará a conocer la pena que va a solicitar, si así fuere, aclaró Núñez. Posteriormente, el tribunal tendrá 10 días para adoptar una decisión.
Aunque obviamente no sabe en que terminará el juicio, el fiscal manifestó su esperanza de que al menos sirva para que los kinesiólogos sepan sin duda alguna que no pueden realizar carboxiterapia. “Es una terapia reservada a los cirujanos plásticos, a los médicos especialistas en cirugía plástica. En el mejor de los casos pueden introducir una acupuntura, pero jamás una sustancia en el cuerpo de otra persona”, dijo.
De hecho, respecto de Mitre, remarcó que tiene entendido que si bien sigue trabajando, ya no realiza carboxiterapia. Y el aparato utilizado ese día fue secuestrado y sigue en Tribunales.
Por último, Núñez destacó que mucha gente puede no saber si el lugar adonde acude a realizarse una intervención de tipo estética está habilitado. Se deduce que el Estado debe controlar que así sea, pero recalcó que la legislación existente es antigua, donde la cirugía estética solo se reservaba para restaurar lesiones derivadas de algún accidente o un evento desafortunado. Los tiempos cambiaron y se hace necesario adecuar la legislación vigente. De lo contrario, de seguir vigente una regulación “gris” donde no se sabe hasta qué punto un kinesiólogo puede realizar prácticas reservadas a los médicos, pueden volver a ocurrir casos como el que se está juzgando desde el martes pasado en Tribunales.
Fuente: Radio Ciudadana (FM 89,7)