El triunfo de Claudia Sheinbaum en las últimas elecciones presidenciales de México no solo le aportó el título de primera mujer presidenta de su país, sino que le dio la oportunidad de exponer ante todo el mundo el modelo de judío de la diáspora como pieza de la gran maquinaria que es la diplomacia supranacional judía en defensa de intereses de Israel.
Apenas se confirmaron los resultados finales que coronaron a Sheinbaum, desde diversos ángulos de la colectividad judía del mundo comenzaron conformar expectativas junto con advertencias que se está en presencia de un modelo de judío que no responde a la expectativa generalizada del pueblo judío.
Dudi Caplin, jefe de la Casa Jabad en Cozumel, México, afirma que “Sheinbaum no entusiasma a la colectividad judía de México, aunque esperamos que su corazón judío despierte y la veamos hablar en nombre del pueblo de Israel. Nosotros los israelíes, veremos cómo ella, como judía, trata a Israel. Como descendiente de sobrevivientes del Holocausto, espero que ahora, después de haber sido elegida, tome un lado claro para apoyar al pueblo de Israel” (“Claudia Sheinbaum no entusiasma a la colectividad judía de México”, Ynet en español, 4-6-24).
A este wishful thinking judío le cayó el balde de agua fría de Alma Hernández, una mujer judía de origen mexicano que hoy es ciudadana de USA y cumple la función de representante en el Congreso del Estado de Arizona. “Por favor, dejen de emocionarse por la elección de la primera mujer judía presidenta de México. Claudia Sheinbaum es de ascendencia judía, pero no participa en la comunidad judía. No es amiga de Israel, así que todos pueden calmarse; ella no está afiliada a la comunidad y no quiere estar asociada” afirmó la parlamentaria de Arizona. (Jewish News Syndicate, 3-6-24).
Por su parte, Dina Siegel Vann, también nativa de México y directora del American Jewish Committe, asegura que Sheinbaum proseguirá la política del presidente anterior apoyando a Sud África en la demanda contra Israel por genocidio en Gaza, aunque se cuidará de no cortar relaciones diplomáticas entre los estados (Canal 11 TV Israel, 3-6-24).
Desde el momento en que Claudia Sheinbaum anteponga intereses nacionales mexicanos por sobre sus antecedentes étnicos, especialmente en la diplomacia, su conducta se convertirá en una lección de democracia a judíos de México y del mundo donde no debe haber lugar a doble lealtad. La preocupación por intereses de Israel en la arena internacional son el derecho y el deber únicamente de su diplomacia por medio del personal de sus embajadas.
La intromisión en decisiones de la diplomacia o presiones al gobierno de parte de ciudadanos de un estado en favor de intereses de otro estado con el cual tienen vínculos étnicos, no es mas que una conducta inadmisible en un orden democrático y representa claramente una expresión de doble lealtad.
NETANYAHU HALAGA A ANDRÉS ROEMER
El incidente con Andrés Roemer no fue mas que el desenlace inevitable de la gran maquinaria de la diplomacia israelí en la que cada día adquieren mayor preponderancia instituciones, personajes y ciudadanos judíos de la diáspora que aprovechan su poder económico y/o enorme capacidad de influir, para interferir en decisiones de autoridades locales con impacto internacional a favor de Israel. No por casualidad, tras su acto de desobediencia a la diplomacia mexicana, país donde es ciudadano, para favorecer intereses de Israel, Roemer fue halagado por el primer ministro Netanyahu y hasta fue condecorado otorgando su nombre a una calle de la ciudad Ramat Gan de Israel.
ANDRÉS ROEMER Y LA CALLE A SU NOMBRE EN ISRAEL
Si es que no prestaron atención, el agregado de conductas como la de Roemer, junto a la grosera intervención de dinero judío condicionado a una conducta favorable a intereses de Israel en elecciones de USA, lenta pero persistentemente se están convirtiendo en factores importantes que aportan a la creciente ola de aversion a Israel y judíos de la cual somos testigos en gran parte del mundo.
Fuente: Por Daniel Kupervaser
Juan Manuel Rios
El manejo de la política entre estados no debería ser interferido por las apreciaciones religiosas de ningún tipo.