La Conmebol es “una plaga de mentirosos”, dijo, llena de amenazas y conspiraciones, a los locos que pretenden decir la verdad. Miente, dijo el «loco» genial, cuando la responsable de las canchas manifestó, contra toda evidencia, que estaban en buen estado. Mienten cuando amenazan con sancionar a sus jugadores, en lugar de disculparse por la inseguridad que sufrieron sus familias.
Es un alivio reconfortante que en un ámbito tan turbio exista «el loco» Bielsa, que con su coraje denuncia al periodismo cómplice, a los medios cómplices. Lo hace en el mismo momento en que el Robin Hood del fútbol, otro loco que robó a los ricos las imágenes de la tribuna, para darles a los pobres esa módica alegría de ver un partido, era encarcelado. Altos locos injustamente tratados, son del linaje de aquellas, también llamadas locas de la Plaza, que jugaron con valentía su dignidad, sus vidas, por la verdad y la justicia.