Sobre la incertidumbre que hay respecto de la continuidad o el fin de la emergencia sanitaria Lemessoff indicó que no hay novedades al respecto. “Hemos hablado con las Cámaras a nivel nacional y algunas otras cámaras de la zona o de otras provincias y no se sabe a ciencia cierta si se va a prorrogar o se va a levantar antes del 31 de julio que no falta mucho”, indicó. “En los últimos años se iba prorrogando por un año o por dos años y el nuevo gobierno la prorrogó desde el 31 de diciembre hasta el 31 de julio, por siete meses”, dijo.
Además de la posibilidad de que puedan sufrir embargos o ejecuciones, se incrementa en un 50 % la masa salarial ya que se los obliga a hacerse cargo en un 100 % de las contribuciones patronales y previsionales. La emergencia sanitaria les permitía dejar de pagar algunas de las cargas patronales.
Pami, Iosper y obras sociales
Al mismo tiempo, Lemesoff explicó que el arco financiador de la salud privada está en situación complicada. Por ejemplo, el Pami en enero a julio otorgó un incremento de la cápita del 42 % mientras que la inflación general en el mismo lapso fue del 79,8 %. Pero además el costo de muchos de los insumos es “desmedido” ya que va “por encima de la inflación”.
Lemesoff explicó que mantienen una buena relación con la UGL XXXIV que corresponde a Concordia pero hace varias semanas que no tiene director ejecutivo ni coordinador médico. “La gente que está hace todo lo posible para conseguir, pero los resultados no se ven del todo”, acotó.
La otra obra social más importante es el Iosper. Lemessof indicó que “viene pagando en tiempo y forma” y otorgando los aumentos que le permite la pauta salarial de los empleados provinciales. A pesar de eso, al igual que el Pami, está relegado respecto del costo de los insumos y de la inflación general. De hecho, este mes hubo un atraso leve en el pago a los médicos y los sanatorios.
“Tuvimos varias reuniones y no tienen forma de aumentar los valores de las prestaciones que están bastante por debajo de lo necesario”, explicó. “Hay algunas prestaciones que no están cubriendo ni siquiera los costos de lo que valen”, añadió Lemesoff. Por ejemplo, las ecografías o algunos ítems de la internación clínica como la atención a los pacientes diabéticos o los módulos de hemodinamia y cirugía cardiovascular. En la última reunión que mantuvieron, desde el Iosper les manifestaron que han comenzado “con problemas de déficit mensual en sus arcas”.
La tercera pata con la que trabajan los sanatorios son las prepagas y las restantes obras sociales. Lemesoff sostuvo que la decisión del gobierno nacional de “pisar el aumento de cuotas” y “regirse por el aumento del IPC (Índice General de Precios)” tuvo como consecuencia que las mismas no puedan aumentar las capitas por las prestaciones a los sanatorios.
Por todo ello, no descartó que se pueda suspender algún servicio a las obras sociales en caso de no poder recomponer los aranceles para evitar algún tipo de pérdida que se les genere a las instituciones. “Sin olvidar que nosotros asumimos el gasto hoy y lo cobramos a los 180 días. Eso es lo grave”, dijo.
Incremento de los servicios
Al mismo tiempo, deben hacer frente al pago de los impuestos, los servicios como la energía eléctrica, los medicamentos y otros insumos. Respecto de la energía, Lemesoff sostuvo que son electro-dependientes. El funcionamiento es “24×7” durante todo el año. No se puede apagar ni una luz ni desconectar alguna maquina durante la noche. “Tuvimos un 300 % de aumento hace dos o tres meses y ahora se estima que va a llegar un 150 % más en la próxima factura”, indicó. La ultima factura del Sanatorio Concordia fue de $ 7 millones.
Audiencia en Paraná
Desde la Cámara de Clínicas y Sanatorios de Concordia vienen solicitando una audiencia con el gobernador Frigerio. Aún no tienen fecha, pero en la misma, de concretarse, van a plantear por el Iosper, el costo de la energía eléctrica y cuestiones impositivas como Ingresos Brutos y la tasa general Inmobiliaria. Respecto de la tasa inmobiliaria, sostuvo que al igual que el sector hotelero, los sanatorios tiene un descuento del 50 % pero lo que a veces sucede es que no les dan de alta el inmueble con ese beneficio. “Eso es lo que viene sucediendo”.
En una ciudad donde de por sí hay déficit en la capacidad de camas para internación, sumando al sector público con el privado, la perspectiva de que algún sanatorio cierre sus puertas perjudicaría mas la capacidad de respuesta ante cualquier eventualidad. Lemesoff sostuvo que siempre se trabaja con el 90 % de ocupación. Pero cuando llega la temporada de invierno y se produce el descenso de las temperaturas, ese porcentaje se incrementa. “Después de varios días de frío intenso aumentan mucho las enfermedades respiratorias que requieren internación. Es cuando sufrimos el pico de ocupación de camas y siempre terminan faltando en ambos sectores», argumentó.