Un hombre” condenado” a devolver lo robado, es premiado con un cargo. Miles de chicos quemados tras las rejas por pequeños robos, deberían tener ese derecho.

Un periodista es despedido en un acto de censura. ¿Quién hará, ahora, las preguntas incómodas?

Cientos de hombres precarizados, quedan entrampados en Cipolletti, en una cosecha que no existía.

Una familia revuelve el contenedor de basura. Buscan comida. Todos pasamos y miramos.

Barrios enteros sin agua, y nadie donde bañarse, en ríos y arroyos donde los peces perecen.

Son cosas que pasan en la Concordia que no.

La celebración del amor en sus diversísimas formas, como ayer en la marcha, es una Concordia que sí.

Chicos con futuro y con Justicia, es una Concordia que sí.

El trabajo digno para todos, es una Concordia que sí.

Una Concordia con gente feliz, sin desigualdades, sin pobreza ni hambre, con las aguas limpias y los ríos cristalinos de mi niñez, libre para decir sin miedo, sin explotación laboral ni desocupación, es una Concordia que sí, definitivamente, un país que sí, y un Mundo que sí.

(1) Ideas inspiradas en un flyer de difusión de la Marcha del orgullo antifascista y antirracista

Sergio Brodsky