Ale,
Siempre las flores vigilaron la muerte
porque siempre, incomprensiblemente
supimos que su existir dormido y gracioso,
es el que mejor puede acompañar a los
que murieron sin ofenderlos con soberbia
de vida, sin ser más vida que ellos…
Ale,
Siempre las flores vigilaron la muerte
porque siempre, incomprensiblemente
supimos que su existir dormido y gracioso,
es el que mejor puede acompañar a los
que murieron sin ofenderlos con soberbia
de vida, sin ser más vida que ellos…