En la política internacional, las decisiones se toman en base a una geopolítica de expansión territorial, por grandes intereses económicos, y por fundamentalismos religiosos cercanos al poder, como lo es en Irán e Israel. Sea como sea, el Occidente Imperial ha desplegado todas las estrategias para seguir manteniendo su hegemonía en el mundo, que de golpe se ve seriamente comprometida por la aparición de grandes bloques regionales que se niegan a seguir sometidos por la influencia del patrón dólar a partir de la crisis de la OPEP de 1973. Y como el Capitalismo siempre trata de salir de las crisis, organizando conflictos regionales con el pretexto obsceno de defender la Democracia y la Libertad, cuando fueron los principales actores de las guerras miserables de Vietnam, Laos, Camboya, Afganistán, Irak, los Balcanes, para terminar en auspiciar la guerra Rusia-Ucrania en la cual han fracasado rotundamente. Como consecuencia de "lavar" la derrota, y de introducir a Europa como vasallos a una crisis económica de la que los soberbios europeos solo se dieron cuenta cuando el Fascismo está golpeando sus puertas. Entonces el eje Anglosajón, junto con su aliado Israel, se dedicaron a detonar un conflicto que viene desde hace décadas, que tiene intereses distintos, ya que la región de Palestina junto a su vecina Siria, son poseedoras de inmensas reservas de petróleo en un mundo cada vez más ávido de energía. Esto es un resumido contexto para tratar de explicar la génesis del conflicto Israel-Hamas, que casi era una crónica de un final anunciado.
Existen grandes dudas de cómo fue posible un ataque de tal magnitud por parte de Hamas, portando armas de semejante calibre y hasta tiradores montados en parapente "cazando" civiles a diestra y siniestra en una acción absolutamente coordinada, sin que de inmediato tuviera la respuesta eficaz en una frontera altamente sofisticada en cuanto a elementos tecnológicos de última generación y personal militar de gran profesionalismo. Un comandante israelí, que no quiso dar su nombre, explicaba que fue jefe militar del Sector Kerem Shalom (Rafih) y estaba a cargo del sector de Kissuf. También estuvo en el campo de refugiados de Shatti, en Gaza.
En toda guerra existen diferentes causas de origen y propósitos no declarados abiertamente. Y casi ninguna de ellas se gesta abruptamente. Son procesos acumulativos de razones y circunstancias que van madurando, hasta que se produce el estallido. Así, la guerra delegada entre Rusia y Ucrania, ya estaba planificada por la OTAN, como brazo armado, por los EEUU desde hacía casi veinte años. Por eso, el proceso bélico en Medio Oriente, entre Palestina e Israel, tiene como antecedentes la mala política de Inglaterra primero, en 1923 en la mala colonización de la tierra Palestina, y luego la persistente acción de Israel en el avance de despojo de tierras del pueblo Palestino a través de distintos conflictos armados que ya hemos descrito en esta misma columna, con el apoyo de EEUU vetando en la ONU toda resolución en contra de la ocupación ilegal a través de distintos conflictos hasta que llegamos al día de hoy con la tragedia de muertes civiles que son en última instancia los que pagan las consecuencias.
Prosiguiendo la primera parte de esta nota, que una privatización de la moneda como sugiere el diletante Milei, es un tema que se basa en otro principio: la independencia del Banco Central del poder del Estado. El fundamentalismo del ultra liberalismo alemán ha llegado a imponer otras reglas para poder quitar poder discrecional al Estado. Estas son las famosas tres reglas de oro: Estabilidad monetaria; presupuesto equilibrado, competencia libre. Estos principios que se empezaron a aplicar en todo el mundo Occidental, no tuvieron eco en los EEUU que ha construido su propia forma de imperialismo sobre el dólar. La Casa Blanca mantiene un control absoluto y centralizado sobre el dólar, y nunca ha soñado con hacer de la FED un órgano independiente en la toma de decisiones. Aplicadas a EEUU, las tres reglas de oro, que también están inscriptas en la Constitución de la Unión Europea, conducirían a un colapso económico y político inmediato porque la dominación del dólar se construye sobre un déficit comercial que debe ser permanente y NO se puede aceptar ninguna competencia libre y sin distorsiones al sistema monetario estadounidense. O sea, en conclusión, el sistema norteamericano se basa en el desequilibrio fiscal. Y mantiene fuertemente en sus manos las "palancas" monetarias. Para ellos, que son los que "fabrican" el dólar, lograr la estabilidad monetaria, o consagrar en la Constitución de un presupuesto equilibrado, son reglas para "vasallos". Así de simple. Por eso gastan lo que gastan.
Qué difícil es explicar, no justificar, ese ejercicio ancestral del Hombre de arrasar pueblos enteros por su etnia, religión, pensamiento político, intereses geográficos, o cualquier otra razón de la sin razón, que denigra la condición humana. Se llevan a cabo actividades que se practican en frondosas tinieblas a través de tiempos históricos alejadas de la opinión pública, manipulada para legitimar acciones impropias de seres que se denominan homo sapiens. La guerra, cualquiera que sea, no le es ajena a los hombres de cualquier tiempo histórico que se considere. Pero la crueldad sin límite, cualquiera que sea la ejecute, nos hace repensar que estamos transitando un camino inverso de la evolución de la razón humana.
¿Cómo descifrar este momento de incertidumbre política que vive nuestro país ante el próximo compromiso electoral? Porque no son unas elecciones más. Es de esas que pueden trastornar o transformar la salud pública, económica, social, y económica de un país donde "todos juegan a disfrazarse, como dice la canción".
A través de los años, hubo sucesos en la Historia Universal con un sello único y extraordinario por el impacto que significó en las épocas subsiguientes a las relaciones humanas en el desarrollo del mundo. La Historia real es una sola. Interpretaciones sobre la misma puede y hubo centenares, de acuerdo a los intereses de quienes la protagonizan y de quienes la relatan o escriben.
Nadie puede dudar de que una guerra es una derrota cultural y humanitaria de cualquier proceso civilizatorio, sea cual fuere la identidad de sus participantes. Pero la pulsión de la muerte y de la eliminación de un enemigo es casi la Historia misma de la humanidad cuando acuden a ella por sus incapacidades manifiestas de resolverlo por otros medios menos trágicos. Porque, como decía Gramsci, cuando un mundo está próximo a morir, pero otro no termina de nacer, es cuando aparece el monstruo de la guerra. El mundo que habitaban hace cien años quienes tenían el poder de decidir quiénes irían a ocupar Palestina en 1923, no es el mismo que conocemos hoy. Y el primer responsable fue el imperio Británico, que determinó que fueran colonos europeos y árabes, musulmanes, cristianos una porción escasa de judíos, 10%.
Hace 48 años se desató un nuevo conflicto bélico entre el Estado de Palestina y el Estado de Israel. En política exterior, como en otras instancias de los conflictos internacionales, el periodismo juega un papel importante en el manejo de las responsabilidades que le caben a cada uno de los participantes de esos conflictos. Y, como en todos los casos, una foto no es toda la película que da origen a cualquier conflicto. La Historia está llena de ejemplos donde la verdad está escamoteada o secuestrada para ocultar el verdadero génesis de los acontecimientos. El capítulo entre Palestina e Israel no es reciente, sino que data de más de cien años, más precisamente desde el 29 de septiembre de 1923, cuando la Sociedad de Naciones asignó formalmente a Gran Bretaña el rol de Potencia Mandataria en Palestina. Su misión era guiar al pueblo palestino desde el Colonialismo hasta la Independencia. En lugar de ello, en uno de los actos más flagrantes de mala fe, hipocresía y cinismo de la historia moderna, la principal potencia colonial del mundo en ese momento entregó Palestina a los colonos europeos, desposeyendo a los nativos palestinos y sembrando las semillas de conflictos sangrientos de sangre y dolor.
El elemento más determinante de la derecha argentina del siglo XXI, es que exhibe sin inhibiciones sus desvaríos en la conquista del poder, utilizando todas sus herramientas legales e ilegales para eliminar cualquier poder de alternativa política que se le oponga, para horadar y desmoronar todos los cimientos del sistema democrático.