Hace ya bastante tiempo que en nuestra Argentina, la grieta que más nos separa es la que se amplía entre los que piensan y los que se niegan a hacerlo. Y esto no es un concepto con rango discriminatorio. De ninguna manera. Es que vivimos en una época en que el uso y abuso de lo comunicacional le ha quitado al ciudadano común el ejercicio nato de desarrollar un espíritu crítico que le ayude a comprender procesos sociales y políticos cada vez más complejos. Y es por esta confusión donde los poderes fácticos se apoderan de esa inercia de pensamiento del hombre común, quien ha delegado a la estructura mediática que piense o actúe por él.
Hace tiempo, en forma silenciosa y subrepticia, el Sur inmenso, ignorado por nuestros gobiernos pero codiciado por empresarios y capitales extranjeros, se ha convertido en un paraíso de inversiones a precio vil, propiciado por cipayos y vendepatrias que facilitaron la enajenación de miles de hectáreas, propiciando latifundios fronterizos (prohibidos por Ley) a extranjeros y empresarios nacionales.
En el año 2013, Macri delegó en Rogelio Frigerio el armado entrerriano de su proyecto político nacional. Su estrategia debía enmarcarse en la planificada para la Región Centro que había quedado en manos de Emilio Monzó, por entonces funcionario porteño, amigo y socio del hoy candidato a gobernador de Entre Ríos.
Como comentaba en la nota anterior, el Juez Guillermo Lipera había sido nombrado por Macri en la Corte Suprema, como Conjuez, pero que participaba en las decisiones de esa misma Corte. En el acto en la Bolsa de Comercio junto a Macri, dejó clara la alianza de la Justicia con el macrismo expresando: "Tenemos una oportunidad histórica con este gobierno (el de Macri). No tenemos porque tener vergüenza de nuestras convicciones (¡faltaba más, Don Lipera!) y por el contrario defenderlas con uñas y dientes". Aquí no hubo metáforas: llamó a los socios del Colegio de la calle Montevideo, a los abogados del establishment a "jugar el partido" a favor del Gobierno de Macri. ¡Vaya si lo jugaron!
Victoria Villaruel, la negacionista, dice representar a la "Familia Militar", cuando en realidad ambos representan al poder económico que estuvo detrás de la dictadura, con el que nada tienen que ver los militares de hoy. Ella representa a través de un eufemismo del negacionismo, la reivindicación del terrorismo de Estado. Pero oculta algo que queda al descubierto en la escritura fundacional del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTYV), que vinculan no solo a ex funcionarios dictatoriales, sino principalmente a los estudios jurídicos más importantes de la City Porteña, es decir, a los representantes de las principales corporaciones, incluidos los abogados y recaudadores de Macri.
El lunes 11 de este mes se cumplió medio siglo del infame Golpe de Estado contra uno de los Gobernantes más lúcidos, honestos y de mayores convicciones democráticas de toda América Latina. A lo largo de su vida, enseñó el camino de la constante militancia, la coherencia entre el pensar y el actuar, la confianza en el potencial transformador del pueblo y la esperanza en un nuevo mundo sin explotación social ni dominio imperial.
En la nota anterior, describimos la manera en la que personas físicas y jurídicas se apropiaron a precio nominal de una fabulosa suma de millones de dólares que luego pasan a engrosar las cuentas de los Paraísos Fiscales, y que a su vez también constituyen un elemento sutil de desestabilización de la economía del país.
Uno de los mayores problemas de Argentina ha sido siempre la restricción de dólares para el funcionamiento de su economía, ya que la demanda de los importadores, a quienes el Banco Central les provee para la compra de insumos, genera carencia de divisa extranjera. Esta carestía se ve acentuada por el saldo favorable de las exportaciones, que debe destinarse a amortizar los intereses de la monumental deuda externa que dejó Macri. Además, se enfrentan a las presiones extorsivas del F.M.I para retacear los DEG (derechos especiales de giro) acordados previamente.
Ante tanta arrogancia y falacias en su discurso "redentor" de la Dictadura Civil, Militar, Eclesiástica y Financiera, le dedico este poema que pertenece al inolvidable poeta y escritor Juan Gelman, que sufrió el secuestro y asesinato de su hija y apropiación de su nieta, que después de largos años de lucha pudo recuperarla:
Mucho se habla en estos días de las nuevas derechas en general, y de los partidos libertarios en particular, pero pocos saben de las entidades personales de sus integrantes, por lo que hay que sumergirse en las "napas" subterráneas por las que navegan estos personajes en un mar de pasiones políticas. Y Victoria Villarruel es ya casi un símbolo de representación, que usando de trampolín al candidato anarco capitalista, como gusta definirse, el mismo, o sea Javier Milei, le sirve, decía, a la Diputada Villarruel, como escenario propicio en su campaña no en busca de justicia para los muertos de la subversión, sino para la reivindicación del trágico momento histórico que sufrió la República Argentina. Pero, ¿quién es Victoria Villarruel?
3 comentarios
HUGO
Para mi es muy simple, la gente, de casi todas la extracciones sociales, está repodrida de la inestabilidad, la inflación, la inseguridad, y los políticos a los cuales no les entiende. Pero no sabe muy bien a que se debe: CUANDO VIENE MILEI Y LE EXPLICA TODO, SIN DISCURSOS, «LE CAE LA FICHA» porque oye lo mismo que él dice privadamente, cuando Milei le grita a todo el mundo, con su mismo lenguaje.
Daniel
Leticia, hablas de democracia y le pedís a los jóvenes que no voten a tal candidato porque no te gustan sus ideas. No tomen por estúpidos a ¨los jóvenes ¨, yo tengo 40 años no soy muy joven y laburo como la gran mayoría y el dinero no alcanza. Seguí votando lo mismo desde hace décadas que gracias a los grandes como ustedes nos va a seguir yendo de 10. Los jóvenes por suerte no son tan estúpidos para creerle el cuentito a los mismos políticos de siempre. Gracias a vos y los que piensan como vos estamos tan mal como país. Saludos coordiales
Leticia
Muy buena nota. Hay que tomar en serio el fenómeno Milei. Es muy serio y peligroso. Es un falso profeta, que vende muchos espejitos de colores y que aquellos que le creen y le compran esos espejitos de colores nos llevan a todos al caos total. Milei y su equipo son muy PELIGROSOS. No lo voten, tomen conciencia, festejemos todos los 40 años de democracia. ¡¡¡Por favor!!! Lo jóvenes; piensen en sus abuelos y en su propio futuro.