Bordet ahora dice estar “indignado” y “decepcionado” por Kueider, pero nadie le cree

Ahora sabemos que, durante los años de su desempeño en la función pública, fue un viajero frecuente a destinos internacionales, a los que arribaba en costosísimos vuelos privados o, en su defecto, cuando abordaba aviones de línea, empleando butacas en la primera clase. Es sabido que estos tickets de primera cuestan hasta diez veces más que los de la clase turista. Por ejemplo, si un pasaje a Europa en clase turista cuesta algo más de U$S 1.000, uno en primera clase puede llegar a costar U$S 10.000 o más. Un solo viaje al año con esos costos ocuparía prácticamente el sueldo de intendente y/o gobernador de todo el año.

Pero no estamos hablando de un viaje al año: estamos hablando de decenas y decenas, que, según el informe que tendría la fiscalía (al que DIARIOJUNIO no ha podido acceder por un enigmático «secreto del sumario» ordenado por el fiscal José Arias), abarcarían más de 20 páginas con los detalles de los viajes y salidas al exterior del exgobernador. Entre estos se incluyen numerosos vuelos a Punta del Este, el balneario de ricos y famosos de Uruguay, y también destinos no turísticos como Panamá, un país donde políticos de todo el continente constituyen cuentas y sociedades anónimas para ocultar sus fechorías. De hecho, y solo para refrescar la memoria de algunos, a raíz de la información surgida en los Panamá Papers, se descubrió que el expresidente Mauricio Macri tiene en ese país más de 50 sociedades anónimas vinculadas.

Bordet fue el padrino de toda la carrera política de Kueider, poniéndolo a dedo para cargos electivos y después protegiéndolo cuando estallaron los escándalos.

Toda la trayectoria política de Kueider fue avalada y apañada por Bordet. Incluso el destino del que acaba de ser expulsado: la senaduría nacional por Entre Ríos le llegó porque Bordet lo puso a dedo en ese lugar.

Y siempre fue su «protector», incluso cuando Kueider traicionó a sus electores, haciendo posible la Ley de Bases que inició el saqueo libertario. Por esta razón, las bases del justicialismo provincial, en el último congreso partidario, exigieron su expulsión. Pero Bordet y su runfla de acólitos lo salvaron. Algo que claramente habla (y hablaba) de la complicidad y connivencia de Bordet con Kueider.

Bordet no puede despegarse de Kueider, quien en su caída libre lo está arrastrando abrazado.

Las revelaciones del ‘caso Kueider’ que nos ofrece el expediente del Juzgado Federal de San Isidro hablan incluso de pagos ilegales recibidos por ambos, Kueider y Bordet, algo que comienza a ser investigado.

Bordet está en caída libre y, a pesar de que todavía mantiene una postura de “yo no fui”, su situación es cada vez más comprometida y, sobre todo, ya nadie le cree. Después de haber protegido hasta el extremo a su ladero incondicional, ahora acorralado por las evidencias y la difusión de los escándalos en la prensa nacional, se permitió decir, con su mejor cara de póker: “Siento sorpresa porque fue algo no previsto. Algo sorpresivo y después inmediatamente una gran decepción, una enorme decepción que se tradujo en otros sentimientos que tienen que ver también con la bronca, con la indignación que es lo que siguió en los días posteriores” (sic).

La intervención del Juzgado Federal de San Isidro sacó a sus pares de Concordia de su sospechoso letargo

Los expedientes Kueider y Bordet venían durmiendo el sueño de los justos en la fiscalía de Concordia. Habían reducido el número de fiscales intervinientes en la causa de tres a uno (José Arias), quien había declarado un desopilante ‘secreto del sumario’, impidiendo que la prensa pudiera acceder a las actuaciones.

Pero de repente el Juzgado Federal de San Isidro, a cargo de Sandra Arroyo Salgado, con simpatías hacia el PRO, arremetió contra los imputados Kueider y ahora también Bordet, efectuando actuaciones judiciales que venían siendo más que demoradas por el fiscal Arias, obligándolo a salir de su larga siesta.

Ahora, Arroyo Salgado solicitó al fiscal de Concordia —a través de un oficio enviado al juez de garantías Edwin Ives Leonardo Bastián— que se inhibiera en la causa por enriquecimiento ilícito contra el exsenador Edgardo Kueider, y que el expediente que tramita aquí pase a su juzgado en San Isidro, al considerar que los delitos investigados son competencia de la Justicia Federal. El pedido de la jueza pateó el avispero judicial de Concordia, y Bastián ya anunció que apelará la decisión para que la causa quede en Concordia.

Las razones de la solicitud de San Isidro y el rechazo de Concordia a entregar el expediente se han prestado a especulaciones de todo tipo. De lo que sí no hay dudas es que a Bordet, desde que comenzaron las investigaciones que lo afectan y, sobre todo, a partir del escándalo de su protegido Edgardo Kueider, “se le han caído varias capas de niquelado”, lo que lo ha obligado a salir a los medios amigos para tratar de aclarar lo imposible. Pero su exposición y, sobre todo, sus palabras tratando de despegarse de hechos que cada vez lo comprometen más solo logran despertar más dudas.