“Por otro lado, lo que podríamos catalogar como ‘frame opositor’ parece haber crecido a un ritmo moderado pero saludable. Que el paro nacional de la CGT cuente en nuestro estudio con un margen de diferencial positivo es una señal en ese sentido, sobre todo tomando en cuenta que los gremios eran de los actores públicos con peor valoración hasta hace meses. Sin embargo, enfrentado a una oposición que aún carece de un liderazgo claro capaz de capitalizar los errores del Gobierno, las propuestas y dichos de Milei parecen gozar de un piso de 30% a 35% de aprobación – el famoso tercio “núcleo duro”- con un techo aproximado del 45%, dependiendo de los distintos temas”, agrega el estudio.
Uno de los puntos más polémicos y que más dificultades desató en el Congreso para alcanzar acuerdos en torno a la ley ómnibus fue el ataque del Gobierno contra los gobernadores y las administraciones provinciales. Primero fue el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo el que amenazó a los mandatarios provinciales, y luego el propio Presidente habría dicho que los “iba a fundir” si no acompañaban el proyecto con sus legisladores. En torno a eso también consultó Zuban, Córdoba y Asociados: un 58% de las personas respondió que está en desacuerdo con la idea de que el ajuste lo paguen las provincias.
El consultor político y docente, Mario Riorda, comentó sobre la encuesta de Zuban, Córdoba y Asociados: “Una muestra (de gran cantidad de nuevos datos en el segundo mes de gobierno) que configuran una reversión de la mayoría del balotaje a favor de posiciones opositoras al gobierno. Ya se puede hablar de diferencial negativo y de oposición mayoritaria al relato gubernamental. ¿Cómo seguirá todo? Ni idea. Va demasiado rápido la dinámica política y social. Sin embargo, a casi 50 días, el cambio no es menor”.
“La confrontación con las provincias sea probablemente, uno de los errores políticos más costosos para el gobierno de Javier Milei. La inmensa mayoría de los gobernadores en Argentina cuentan con grandes márgenes de imagen positiva en sus territorios. La legitimidad que tienen los gobiernos provinciales suele superar en creces a la legitimidad de las gestiones nacionales. Pensar que es buena idea confrontar con esas figuras, poniéndolas en la misma categoría de ‘casta’ que sirvió para confrontar con figuras nacionales mucho más desgastadas, es una maniobra peligrosa que puede poner al gobierno en una situación de debilidad inédita y les da a los gobernadores un halo de guerreros en defensa de sus provincias”, consideró en su análisis la consultora.