Javier Milei dio su primer discurso como presidente ante la Asamblea Legislativa, marcando el inicio de la labor parlamentaria que él mismo desea clausurar. Fue un montaje meticulosamente estructurado para que las cámaras de TV enfocaran exclusivamente a las huestes de legisladores y al público oficialista.
A partir de la toma de conciencia sobre la pérdida de la hegemonía mundial que gozaba Estados Unidos (EEUU), se comenzó a desplegar una iniciativa en el "patio trasero" de su feudo imperial para tener acceso a todos los recursos naturales que fuera posible en franca competencia con los ascendentes competidores como China, los BRICS y otros, utilizando todos los medios posibles.
El planeta está en el medio de una locura bélica sin precedentes y mientras los escenarios de muerte se diversifican, los promotores del horror son siempre los mismos: los que manejan las finanzas del planeta. Solo basta ver uno de los ejemplos de los genocidios en ejecución en este mismo momento: Europa y EEUU, que, en su afán de desmembrar Rusia, para apropiarse de sus recursos naturales, alimentan una guerra en la que no participan, pero en la que sí, hacen negocios, proveyendo armamentos y vendiendo sus hidrocarburos a precios estrafalarios, mientras los cadáveres de 450.000 ucranianos, por ahora, (serán más), testimonian la verdadera moral de sus dirigentes. Que no dudan con poner sobre la mesa, como acaba de hacer Macron, la delirante amenaza de una tercera Guerra Mundial, que esta vez sería terminal para todos.
Las cosas no tienen nombres; las palabras las crean, les dan existencia y significación. En tiempos de desconcierto, impotencia y perplejidad, de arrasamiento del sentido, lo real aniquila y nos deja boquiabiertos. Literalmente, el cuerpo, la sangre que hierve, el pulso que acelera y la boca enmudecida anticipan, como el rayo al trueno, las palabras que faltan a la cita en contextos de confusión. Parece que solamente la poesía pudiera nombrar lo inconcebible. Con su concurso, como decía Federico, lo imposible se ha hecho posible. “Hay golpes en la vida, tan fuertes… yo no sé. Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, la resaca de todo lo sufrido, se empozara el alma… yo no sé” (1). Un golpe tan fuerte como el hambre, el retaceo de comida o medicamentos, la mezquindad tan cruel.
El lenguaje, la palabra, que es la última adquisición del hombre en su etapa evolutiva, es precisamente el instrumento que primariamente se utilizó para la comunicación entre sus pares. A través de la historia, el lenguaje se trasladó a la escritura y a otras expresiones estéticas como la música y la pintura. El "Guernica" de Picasso nos muestra en una imagen el horror de la guerra. En nuestra "especie" política cada vez más ha ido desapareciendo la calidad del lenguaje para expresar un pensamiento o una idea que se pueda conceptuar o debatir. En esta Democracia mal concebida, la incapacidad de construcción política a través de lo supuestos representantes del pueblo reunidos en el Parlamento, ha derivado en discusiones estériles y ofensivas de distinta naturaleza, teniendo como ejemplo superior e inaudito, al mismo presidente de la Nación, Javier Milei, que no ha comprendido que el preside un gobierno, que para su funcionamiento se debe aplicar las reglas emanadas de la Constitución Nacional.
Javier Milei liberó el precio de los alimentos que aumentaron hasta más del 400 por ciento y suspendió los envíos a 44 mil comedores populares. Es lo más parecido a sacarles el paracaídas a cientos de miles de argentinos y lanzarlos al vacío. Este gobierno llevó a la mayoría de los argentinos a la pobreza y los trató como vagos que no trabajan y viven del Estado. La desesperación en los barrios humildes hizo que aumentaran los necesitados y desbordaran los comedores que aún funcionan, pero sólo pueden dar una comida y no todos los días a base de donaciones y de un enorme esfuerzo solidario. Otra vez la Argentina solidaria del pueblo frente a un gobierno empobrecedor y de los poderosos.
La "suerte" parece estar del lado del ex gobernador Gustavo Bordet. El que tomó el bastón de mariscal, mientras la justicia entrerriana y sus ilustres miran para otro lado, e hizo la primera denuncia formal para que se investigue su patrimonio varias veces millonario es un ex militante del peronismo neoliberal en lo económico y conservador en lo político, Héctor Daniel D'Ambros, quien mutó con el tiempo en ferviente militante del PRO y de las ideas del "cambio", defensor de la última dictadura militar, que tuvo cierto protagonismo mediático en algunos episodios relevantes y conflictivos de la historia reciente entrerriana y local como la sublevación policial de 2013, la pandemia y el conflicto de los hermanos Etchevehere con su hermana Dolores. Un denunciador que le permite al denunciado ponerse en el lugar de víctima de una persecución política cuando en realidad se trata de que explique a los entrerrianos cómo hizo su riqueza habiendo trabajado la mayor parte de su vida como funcionario público.
En "El juguete rabioso" (1), Silvio Astier traiciona al rengo. En la escena final, el rengo le propone un robo. El rengo es un feriante, un miserable que sobrevive cuidando carros y puestos en el mercado. Lo siente un par, confía en él y por eso le propone violar la caja fuerte de un ingeniero. La sirvienta es cómplice. Astier, sin saber por qué, lo delata. Habla con el Ingeniero y lo advierte del plan. El rengo es apresado. El Ingeniero quiere recompensar a Silvio, pero este rechaza cualquier retribución. Contrariado, le pregunta por qué lo hizo. Astier no tiene motivaciones razonables, es solo una existencia lanzada a la maldad. Antes de salir de la oficina del Ingeniero, tropieza con la silla. Es la gran pregunta de esa excepcional novela. ¿Por qué Astier traiciona, gratuitamente, al Rengo?
Así dice en una de sus frases la canción “Marcha de la bronca”, creada por Miguel Cantilo en tiempos de Onganía, Presidente de un gobierno Militar, autoritario como todos los derivados de un golpe a la Democracia, en este caso la que gobernaba Arturo Illia.
"El Grito" es la famosa obra expresionista creada por el noruego Edvard Munch. Todos conocen esta figura casi espectral que se toma la cara y tiene la boca abierta, a punto de liberar una carga de angustia y ansiedad que lo está ahogando. Por ser una obra de expresión radical y atemporal de la ansiedad humana, todos podemos sentirnos identificados con su mensaje y se podría usar para describir como símbolo de la angustia, el miedo y la bronca por la que pasan millones de argentinas/os. Traslado este sentido para, como ciudadano, poder interpretar qué sentimientos se movilizan en los primeros setenta días del gobierno anarcocapitalista.
1 comentario
Leticia
Vean la película; «Calígula, el emperador loco», y parece calcado a lo que estamos viviendo. ¡¡¡Cualquier parecido con la realidad, no es pura coincidencia!!!!