Esa salud mental es, sin duda, un ideal, pues esas necesidades humanas suelen encontrar en la sociedad, en distintos momentos históricos, destinos de frustración, privación, insatisfacción. En lugar del amor, predomina el egoísmo y el odio; en lugar de la ternura, la crueldad. En lugar del trabajo como actividad de realización humana, la alienación y la explotación del hombre por el hombre, o el desempleo, el hambre, la indignidad. No hay salud mental, si se entiende por ella el bienestar humano, sin la satisfacción de sus necesidades a través de los medios que una organización social pueda proveer, desde las más a las menos imperiosas, como dice Max-Neef: subsistencia, protección, afecto, entendimiento, participación, ocio, creatividad, identidad, libertad y trascendencia.
En nuestra actividad vivimos momentos difíciles, instancias en las que el hambre, la desesperación, la pobreza emergen como síntomas de una sociedad impiadosa e incompasiva que construye una cultura de la mortificación que produce solo sufrimiento psíquico en las víctimas del sistema. Salud mental hay en los jóvenes del centro de estudiantes de la Escuela Mariano Moreno, que organizan, junto a Lazos en Red, una charla que brindaré junto a mis compañeros Verónica Bordagaray (y los chicos del taller de expresión) y Silvia Fernández (coordinadora del taller de tejido) en la Biblioteca Serebrinsky (Urquiza 751) este jueves 25 de julio a las 19 horas sobre «Salud mental, prevención del suicidio y autolesiones». Digo que expresan salud mental en su capacidad de ternura, empatía, solidaridad y miramiento de los otros, todos rasgos propios de esa búsqueda colectiva por el bienestar del hombre, ya que propusieron la donación, en la misma jornada, de ropa de abrigo para adolescentes.
Nancy Analía
Es necesario inscribirse para la charla ?