La bicicleta financiera ya no les funciona como lo venía haciendo, porque luego de las últimas performances fallidas de motosierra con peluca, los yupis que manejan los fondos especulativos internacionales han dado la orden de desarmar sus tenencias de bonos en pesos a corto plazo, pasarse a dólar billete y tomarse el bondi. La presión sobre el dólar se les hizo insostenible y necesitan tenerla contenida, rematando reservas del Banco Central hasta las elecciones legislativas en las que, cualquiera sea el resultado, aumentarán su representación parlamentaria.

El FMI lo conoce, pero ya sabemos por experiencias sangrientas que finalmente no le importa, porque los que manejan el organismo internacional son los mismos especuladores financieros que diseñaron y ejecutaron el carry trade así llaman a la bicicleta financiera las Fuerzas de Cielo, porque les resulta muy elegante expresarse en inglés y de paso que la gilada (nos) no entienda de que hablan. Algo que de cualquier manera no los desvela demasiado porque saben que con la Banelco compran todos los votos que necesitan, provistos por el Pro, el Radicalismo y los ‘peronistas con peluca’ como Kueider, Camau Espínola y la mujer de Schiaretti, Alejandra Vigo, esta última la que ‘misteriosamente’ (o no tanto) viene zafando de salir en la prensa, probablemente porque su esposo, Juan Schiaretti, al igual que ella ‘justicialistas´ (SIC), es empleado, socio y cómplice de Mauricio Macri, el que controla una porción importante de los medios de incomunicación masiva con La Nación y La Nación+.

La plata del FMI la necesitan para poder fugarla transformando sus tenencias de bonos y colocaciones a corto plazo en pesos, en dólares. Pero están temerosos de no poder controlar la estampida porque saben que los que manejan esos activos no están incluidos en los seducidos por el carisma del líder libertario. Que por otra parte luego de su acting con $Libra ha quedado en la mira de observadores externos que comienzan a preguntarse si ‘es o se hace’ (SIC).

La estampida sobre el dólar traerá como consecuencia inevitable suba generalizada de precios. Lo que impactará una vez más sobre los asalariados y jubilados que verán nuevamente recortados su ingresos.

Pero tal señala Álvaro García Linera, el ex vicepresidente boliviano[i]: “Hay que abandonar la ilusión de que la gente no va a aguantar. La gente no aguanta cuando, además de tener un deterioro de sus condiciones de vida, hay una esperanza por la cual vale la pena unirse, reunirse, gastar tiempo, caminar, marchar y protestar»

Y por ahora; nada por aquí, nada por allá.