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Cresto habló de Kueider, Urribarri, de Cristina y Kicillof y de la necesidad de reconstruir el peronismo con nuevos nombres

A Enrique Cresto el fin de año lo encontró autocrítico y con la necesidad de mirarse en un espejo del pasado. Sobre todo cuando repasa los lugares en los que estuvo. La Lista 100, que surgió como consecuencia de la inclinación de Jorge Busti por Sergio Urribarri como sucesor; y la elección de Gustavo Bordet por Adán Bahl, son para el diputado nacional procesos a observar.

“No hubo reconstrucción del peronismo en todos estos años, lo que sucedió fueron herencias”, dice y enseguida se remonta al 2007 cuando tenía 31 años y decidió desafiar al PJ oficialista. “Julio Solanas expresaba otra cosa. Entendíamos que había que gestionar la cosa pública con responsabilidad. No es casualidad que no estemos en la causa contratos truchos o ATER. No tenemos causas, y eso que en mi caso han dicho barbaridades un montón de veces”, repasa el ex intendente de Concordia en dos oportunidades. Y retoma: “El Pato era la continuidad de Busti, como Gustavo Bordet la del Pato y el Beto (Adán Bahl) la de Bordet. Todas continuidades y, el año pasado, la gente quería un cambio”.

Cresto se muestra como un dirigente que pudo haber sido “un cambio” y no fue elegido. “La gente pidió un cambio y Bordet eligió a Beto, que era continuidad. No había en esa propuesta la decisión de tocar algo. Nosotros, en 2007, ya hablábamos de problemas que finalmente terminó atendiendo Rogelio Frigerio, como el Iosper o la Caja de Jubilaciones. Y Julio no era un dirigente recién llegado, era el intendente de la capital provincial por segunda vez ”.

El diputado de Concordia reconoce la crisis del peronismo y la necesidad “urgente” de reconstrucción. “El año que viene el peronismo no puede elegir candidatos pescando en la pecera. Tenemos que reconstruir el peronismo con otros nombres. Lo digo por mí, que soy parte del problema”, señaló en declaraciones con Página Política.

Su definición invita a preguntar sobre el encuentro que se llevó adelante este sábado en San Salvador, convocado por Domingo Daniel Rossi y Hugo Berthet. “Está todo bien que se haya creado un ámbito de debate. Incluso del Dani no se puede decir nada, fue elegido siete veces en su ciudad y es ahí, en tu ciudad, donde mejor se conoce a un dirigente, pero insisto con lo de la pecera”. Y agregó: “La reconstrucción no es el Dani, nos es Mayita (Héctor Maya) y no soy yo. Haber llegado hasta acá no nos exime a ninguno”.

El fin de año no pudo haber sido peor para el PJ. Urribarri detenido en la Unidad Penal de Paraná y, como si fuera poco, la causa de Edgardo Kueider. Le cuesta hablar de ambos casos, entre otras cosas porque se ha publicado mucho y, entiende, que en todo caso están en manos de la Justicia. “La detención del Pato creo que tiene que ver con lo que generó su liderazgo. Produjo tensiones en algunos sectores y, además, el hecho de haber sido de los gobernadores más alineados a Cristina (Kirchner) le juega en contra judicialmente. Su detención es una exageración, propia de una decisión política y no jurídica. En cuanto al Turco (Kueider) me siento dolido y sorprendido. Lo lamento mucho por su familia, que conozco. Lo de él lo tendrá que explicar”, se limitó a decir.

No se anima a avizorar un escenario para el peronismo el año que viene. Si hay interna o no, dependerá, según Cresto, de la capacidad de ordenamiento nacional  y lo que surja del cortocircuito entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof. “No es una interna bonaerense, ahí se está discutiendo el peronismo nacional”, opina. Afirma que el liderazgo de la ex presidenta no tiene fisuras, pero ve en la figura del gobernador de Buenos Aires “uno de los mejores cuadros que tiene el peronismo en el país, que además de haber ganado en dos oportunidades la provincia más grande, no tiene una sola causa. Es un cuadro y transparente en serio”, subrayó. Con el mandatario tiene canales de comunicación. Hace unos meses estuvo con Andrés “Cuervo” Larroque, pero también a través de Gabriel Katopodis, funcionario de Kicillof y a quien conoce desde el Enohsa.

El “cordobesismo” no lo entusiasma demasiado, como sí a buena parte del peronismo entrerriano. “Son buenos, pero en Córdoba. Y cuando se la ven medio complicada profundizan el antikirchnerismo, lo que hace que sea imposible que se convierta en un proyecto por fuera de su provincia”, analiza.

La gestión de Rogelio Frigerio, Cresto la ve con cuidado. “Ha hecho cosas buenas en la Legislatura y en el Iosper”, enumera, para a renglón seguido poner en narrativa su gestión en Concordia: “¿Sabés por qué Francisco Azcué no echó a nadie? Porque los empleados ingresaron por concurso, como lo plantea ahora el Gobernador.

Cresto insiste con evitar la pecera. Lo demás está claro: hay dos modelos de país: el del peronismo y el antiperonismo. El primero -dice- se conoce y es “el del ascenso social”; mientras que el segundo, también se conoce, como “descenso social, pero cada vez se profundiza más”.

 

Fuente: Federico MalvasioPágina Política

  • Digan lo q digan Enrique es un Peronista. de ley una persona con código y por sobre todo siempre da la cara

  • Juan Pueblo.

    Palabras huecas, sin sentido, producto de su decadencia y deterioro. No sirven si no dice renuncio o doy un paso al costado.
    Parecen de alguien que miente. El forma parte de una familia que abuso del estado. Ver la fotos del casamiento del anciano Calucho lleno de botox y derroches, da pena. Perdieron el buen criterio. Y tiraron a la mierda lo mucho que hicieron bien.
    Critica a quienes se abrazó, como a kueider. Tres faniliares trabajaban en su despacho delict8vo y traidor. Kueider creó y financió a su verdugo asueta cuya única obra fue atacar a los Cresto. Y los dañó mortalmente, aunque asueta se terminó. Creadores de Francolini que despues no lo sabe contener como aliado. Ni su vice lo seguiá. Y después aparece abrazado y asosiado a kueider. Como a Mauro Urribarri y a su felpudo Aldo Alvarez.
    Enrique era la gran promesa del justicialismo. Los excesos. Los amigos. El cuñado y su mansión. Sus palabras son menos dignas que sus silencios. Y huelen a miedo tribunalicio. Las detenciones y denuncias andan muy cerca.
    El ocaso de un joven político es feo. Las esposas pasando boletas o facturas, en papel a funcionarios en el poder y recriminaciones y aprietes fuera de él marcan un fin anunciado. El primero que se larga a hablar junta una multitud. Y muchos están en ese camino. El tiempo es implacable. Y los pasillos municipales arden.
    Cuando a la pérdida de poder se le suma perdida del sentido común, la sobriedad y la sensatez es un final durísimo.
    Esperemos que muchos recapaciten y otros devuelvan.
    Necesitamos un peronismo renovado con las viejas banderas y doctrinas que hicieron grande a la naciones y felices al pueblo.algunos dirigentes hicieron grandes fortunas y felicesa sus familias, pero se engañaron: la corrupción empobrece y enfurece al pueblo

  • Al menos este reconoce que ya son pasado dentro del peronismo. Hay que ver si lo pone en practica porque estos hacen como que se van pero no cumplen.

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