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lunes 17 de junio de 2024
hace 19 días

Cuando la verdadera historia es superior al bronce

Por: Ricardo Monetta
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Última actualización:
hace 19 días
A raíz de la presentación de un Concejal de Concordia para cambiar el nombre de Pueblos Originarios, con el que se denominó a la Costanera de Concordia, engalanada y honrada con la presencia del genial escritor y ensayista Osvaldo Bayer, es que me decidí involucrarme en este debate a través de mi columna en DIARIOJUNIO, aportando datos para tener en cuenta a la hora de tomar una decisión en su definitiva denominación.

Se ha escrito mucho sobre la Generación del 80 y el supuesto nacionalismo que la adornaba. Desde luego un programa «nacionalista» de este tipo debía hallar su más rendido apreciador y admirador en la Bolsa de Londres. Que agasajó a Roca con un banquete, apenas terminado su gobierno, en la City a la que asistieron los mas empoderados personajes del Imperialismo Inglés. Con el Jefe de la Casa Bering Brother a la cabeza, amén de algunos patricios argentinos de esa «ralea» que han ocupado los directorios de las empresas imperiales a lo largo de varias generaciones. Por ejemplo: García Merou, Rodríguez Larreta, Terrero, Paz, De la Plaza. Era el credo tradicional de la oligarquía portuaria, que Roca repite con las mismas palabras en la unción sobre Inglaterra, igual que Bartolomé Mitre.

Poco después pasando de la teoría a la práctica, Roca gestionó en Londres un empréstito de $10 millones de pesos oro. Así era el «nacionalismo» roquista, que se descubre luego en el «nacionalismo» más profundo, la visión global de la Patria, y hasta el «perfume del pasado».

La verdad que a este argentinismo a lo «Roca», le sobraban títulos para cotizarse subidamente en la Bolsa de Londres. Por eso el endeudamiento fraudulento y sus concomitantes crisis bancarias llegaron a su clímax entre 1880 y 1892 bajo la Presidencias de Roca, y su concuñado Miguel Juárez Celman. Este renunció en 1890. Tras la insurrección del Parque y fue reemplazado por Carlos Pellegrini Bevans, períodos que se conocen como el «unicato».
Tuvo su saga con la presidencia de Luis Sanz Peña, que renunció en 1895, por su Vicepresidente, José Evaristo Uriburu, (el consuegro de Roca), quien a su vez en 1988 le entregó la Presidencia a Roca. Que la ejerció hasta 1904.

Esta generación del 80, fue ensalzada por algunos historiadores y denostada por otros como la «Oligarquía Argentina».

Lo cierto es que en ese período llevó al poder un puñado de hombres como Julio A Roca: Victorino de la Plaza, Wenceslao Pacheco. Eduardo Wilde, Rafael Igarzábal y otros. Que habían sido educados en el Colegio Entrerriano de Concepción del Uruguay, Entre Ríos, fundado por Urquiza y su yerno Victorica, a instancias de su confidente y asesor financiero, el caballero inglés Charles Ohlsen, con el objeto de convertir al Colegio , en escuela de elegidos para que en futuro gobernaran la Nación.

Sin embargo, Leandro N Alem , denominó a ese período, «el Régimen», y lo describió como la amalgama de «fusil y Banco», en el que el fusil, veladamente definía las elecciones fraudulentas, y las finanzas subrepticiamente condicionaban los gobiernos, sacando y poniendo Ministros de Hacienda. Esta amalgama se plasmó como una saga de la «Conquista del Desierto» que emprendió Roca como Ministro de Guerra de Avellaneda, auspiciado por la Sociedad Rural, uno de cuyos fundadores fue Toribio Martínez de Hoz.

La Conquista, a través del Remington, que expulsó al aborigen hacia la áspera cordillera, se financió con una cuantiosa emisión de títulos públicos, que tenían como garantía las tierras conquistadas o a conquistar. De tal manera que detrás de la tropa marchaban los especuladores tenedores de títulos, acaparando la tierra conquistada. Pero aparte de este aspecto, se agravó la tenencia de la tierra producida por la Ley de Enfiteusis de Rivadavia, como consecuencia del endeudamiento con la Banca Barhing Brother. Esta campaña tuvo como motivo indirecto, lanzar a Roca hacia la Presidencia. El otro, «zanjar» la cuestión «capital» de la República, a la que se oponía el autonomismo porteño, para preservar los ingresos de la Aduana.

El Ejército de Roca y Pellegrini, armado supuestamente para ir contra el Indio y ocupar el Desierto, a su vuelta permitió dirimir de una vez y para siempre este diferendo, aparentemente insoluble, al derrotar a los «autonomistas porteños», en aquella suerte de Guerra Civil del 80 que dejó mas de 3.000 muertos. De esta forma «democrática» Roca llegó a la Presidencia y la cuestión «capital» se resolvió, con el proyecto del Ministro de Guerra Pellegrini de federalizar la Ciudad de Buenos Aires y el puerto, a lo que el incorruptible Leandro N Alem exclamó:» Es el golpe mas rudo a las instituciones democráticas y al sistema Federal…es arrojar una nube negra sobre el horizonte político».

Roca además , hipotecó los ingresos de la Aduana a favor del Banco Morgan, que hoy es continuado por el J.P Morgan, fusionado hoy con el Chase Manhattan Bank de los Rockefeller. Aquellos Banqueros aplicaban la política de la cañonera llamadas «expediciones de cobro».  Es que tanto Roca , como los de la generación del 80 tenían una pasión irredenta por la «Rubia Albion», solo que luego de que los vencedores de las luchas intestinas escribieron la historia cubriendo de «bronce» a un pasado falsificado por los intereses espurios.

Quien escribe estas líneas fue testigo de la imposición del nombre de Pueblos Originarios» a la costanera de Concordia, junto a mi amigo Osvaldo Bayer con quien nos encontramos en tres oportunidades, guardando la grabación de la famosa «Cantata a los Pueblos Originarios».

¡¡Vaya un gran abrazo amigo del alma donde quieras que estés!!

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