Director: Claudio Gastaldi
Concordia
lunes 16 de septiembre de 2024
Nota escrita por: Tekoá Cooperativa
domingo 24 de septiembre de 2023
domingo 24 de septiembre de 2023

¿Cuánto hace que no escribís en letra cursiva?

“Uno de los elementos más importantes en el aprendizaje de un niño, ayuda a fomentar la coordinación, las habilidades manuales y su ejercicio periódico es fundamental para la actividad cerebral” Hasso Mansfeld[1]

Quienes tienen en su haber más de 40 años de edad podrán recordar la experiencia de aprender a escribir en letra cursiva. Esos cuadernos (que los y las nostálgicos, aún suelen conservar) de los primeros años de la escolaridad, reflejan el profundo esfuerzo que significó lograr esa letra pareja, redondeada y unida una a otra que debía apoyarse sobre un reglón que servía de guía.

La posibilidad de elegir en que letra expresarse. La digitalización de la lecto – escritura (acelerada con la pandemia) llevó a que la mayoría de los y las estudiantes de secundaria no la usen y muchos, no solo no la saben hacer, sino que no la pueden leer.

Para estas generaciones la vida es en imprenta. Y en realidad, casi completamente digital. Según datos del INDEC, el 90% de los hogares urbanos de la Argentina tienen acceso a Internet, 88 de cada 100 personas tiene un teléfono celular y casi un 65% de los hogares cuentan con una computadora.[2]

Según Delia Lerner[3] enseñar la letra cursiva no es tan importante porque “el tiempo que los alumnos dedican a aprender a escribir en cursiva, puede emplearse mejor en enseñar contenidos educativos más ricos(…) ¿porqué perder tiempo en enseñar a leer y escribir en un tipo de letra que cada vez se usa menos?”

Lejos quedaron los cuadernos de caligrafía y las largas horas de practicar las curvas y las uniones. Y aunque muchos docentes insistan en la importancia de la utilización del papel, la realidad es que incluso gran parte de los adultos ya no escribe a mano, mucho menos en cursiva.[4]

Sin embargo, no es un debate saldado, hay países, como el caso de Finlandia, donde desde 2016 se dejó oficialmente de enseñar la letra cursiva, para que los y las alumnas aprendieran a escribir directamente en el teclado de la computadora. Pero por otro lado hay un renacer de la cursiva, como se puede ver en TikTok o Instagram donde demuestran que este arte sigue muy vivo: los bullet journals (esas agendas tan de moda donde uno puede exprimir su productividad), videos demostrativos de caligrafía y hashtags que han sido tendencia en los últimos meses en Estados Unidos como #penmanship, #cursive o incluso #penlife, todos inundados de fotos de caligrafía impecable en tinta de alta gama.

Durante siglos, la escritura fue el reino de los más educados y privilegiados: el papel era caro y los escribas especiales desarrollaron estilos de escritura ornamentados para dar lustre a los manuscritos iluminados y los documentos oficiales. Pero en el siglo XVIII y principios del XIX, la escritura se hizo más accesible, lo que propició el florecimiento de la caligrafía y la invención de formas más rápidas de escribir. Una de ellas consistía en juntar las letras de una palabra, y así surgió la letra cursiva (basada en el verbo latino currere, “correr”) tal y como la conocemos ahora.

Con la inmigración a las colonias británicas y a Estados Unidos en el siglo XVIII, los inmigrantes trajeron consigo sus estilos cursivos preferidos, o “manos”. Una de ellas, la Copperplate o caligrafía inglesa, surgió de la mano redonda y se convirtió en la favorita de los maestros de escritura privados que impartían clases a muchos estudiantes de élite. La tecnología también ayudó: cuando la pluma estilográfica empezó a sustituir a las plumas a principios del siglo XIX, la letra cursiva Copperplate se hizo más fácil y accesible a las masas.

Otros sistemas de escritura se sucedieron, hasta que Austin Norman Palmer, creara la cursiva tal y como la conocemos hoy. Palmer observó el ritmo acelerado del trabajo de oficina en Estados Unidos e imaginó una forma de escritura simplificada que permitiera seguir el ritmo a la nueva clase de oficinistas, secretarias y empleados administrativos. Inventado en la década de 1880 y acogido con entusiasmo por los educadores, el método Palmer fue diseñado para automatizar la escritura manual humana.[5]

Pero la pregunta del millón nos interpela: ¿Es necesario recuperar la enseñanza y el uso de la letra cursiva? Lucrecia Ekert[6] dice que “El alumno tiene que estar preparado en su motricidad fina” dijo, agregando que hay que prestar atención a las “características bonitas” que tiene ese tipo de letra. En esa línea, explicó que la cursiva “ayuda a entrenar el cerebro, además de la habilidad motora fina”. Si bien reconoció que la escritura en teclados “está de moda, es más rápido y nos ayuda con la ortografía”, señaló que “los científicos aseguran que aprender la letra cursiva es crucial para el desarrollo cognitivo, porque integra el control del movimiento y el razonamiento”.

Ekert, en ese punto, extendió el pedido de “no dejar de lado la letra cursiva con el paso del tiempo y el avance de la tecnología”. En consecuencia, explicó que el cerebro del niño se está desarrollando y se activan diversas características que imponen relevancia: “Las letras se unen, no hay ninguna suelta. Hay letras altas o bajas, que bajan del renglón, y otras, que son las medianas” describió, poniendo el foco en cuan “terrible” es mezclar las imprentas con la cursiva: “Respeto a quien escribe con imprenta. Este año he tenido la posibilidad de tener un desafío en el secundario y cuando empecé a escribir en el pizarrón en cursiva no entendían” contó, explicando que, como sus alumnos hacía tiempo no la usaban, invitó a entrenarlos: “Les dije que, si no la reconocían por algunos días, iba a escribir en imprenta” agregó, describiendo que los primeros días fueron bastante desafiantes, pese a que los subsiguientes se vivieron con más entendimiento.

Los que abogan por el resurgimiento de la letra cursiva son los Terapeutas Ocupacionales y Psiquiatras quienes afirman que ayuda a desarrollar la coordinación mano-ojo, el desarrollo cognitivo y la motricidad fina, por nombrar solo algunos aspectos. En los casos de niños con dificultades motrices y cognitivas les ayuda a desarrollar funciones cognitivas vitales. También es una de las prácticas habituales en la estimulación cognitiva de adultos, dado que pone en funciones circuitos cerebrales que han dejado de usarse o que están en franco deterioro.

El debate está vigente ¿es necesario escribir y leer en letra cursiva?

 

Lic Verónica López

Tekoá Cooperativa de Trabajo para la Educación

 

 

 

[1] Experto en caligrafía, de origen alemán

[2] Diario La Nación. 15 de Febrero 2022

[3] Delia Lerner asesora de la Dirección Provincial de Educación Primaria de la Provincia de Buenos Aires.

[4] Ob. Cit.

[5] Revista National Geographicla. Erin Blakemore. 15 de septiembre 2023

[6] Lucrecia Ekert. Docente. Rectora de Nivel Secundario de la Provincia de Bs. As.