La organización Desarrollo y Autogestión (DyA), reconocida por su experiencia en cadenas productivas, ha sido un actor clave a través de su Proyecto PAR (Producción Agrícola Responsable), financiado por el USDOL. Este proyecto fue el encargado de desarrollar e implementar un Sistema de Cumplimiento Social, que permitió la erradicación del
trabajo infantil en los cultivos de arándanos de Tucumán, Buenos Aires y Entre Ríos. Este sistema ha sido esencial para la prevención, monitoreo y reparación de casos, garantizando el respeto por los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
El desafío comenzó en 2009, cuando los arándanos producidos en el país ingresaron a la Lista de Bienes Producidos con Trabajo Infantil o Trabajo Forzoso (TVPRA) debido a la detección de casos de participación de menores de edad en la cosecha, lo cual significaba una afectación de la asistencia escolar. Sin embargo, gracias a el esfuerzo intersectorial, se ha logrado una reducción significativa de la incidencia del trabajo infantil en la producción de
arándanos, limitándola a casos esporádicos y aislados. La asistencia técnica brindada por DyA, junto a la implementación de medidas de responsabilidad social por parte de las empresas y el despliegue de programas estatales y de los sindicatos, ha resultado en una real transformación del sector.
«El trabajo infantil en el sector de los arándanos en Argentina ha disminuido significativamente, y los mecanismos actuales de cumplimiento y respuesta pueden detectar y prevenir futuras ocurrencias, según entrevistas con trabajadores, observaciones directas e investigaciones realizadas en la provincia de Tucumán.» según el Informe del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos (USDOL).
Este logro marca un hito no solo para Argentina, sino también como modelo a seguir para toda América Latina. La colaboración entre los distintos actores ha demostrado ser un enfoque eficaz para combatir el trabajo infantil. El Sistema de Cumplimiento Social ya se está extendiendo hacia otras producciones, como la yerba mate y el limón, donde tres empresas han comenzado a implementarlo durante la cosecha de 2024.
“A nivel mundial, más de 160 millones de niños aún se ven afectados por el trabajo infantil.
El caso argentino es un ejemplo concreto de que, con el compromiso conjunto de gobiernos, empresas y organizaciones de la sociedad civil, es posible erradicar estas prácticas”, remarcó Maró Guerrero Directora de Desarrollo y Autogestión en Argentina .
Este caso de éxito refuerza la responsabilidad compartida de seguir trabajando para proteger los derechos de la niñez y adolescencia, no solo en el sector arandanero, sino en todas las cadenas productivas del país.