“Hay negocios que te abren a las 9 de la mañana, otros que abren a las 8, por ahí vas 8:30 y tenes la mitad de los negocios cerrados. Lo mismo pasa al horario de cierre. Algunos cierran a las 12:30, otros a la 1”, dijo. Mientras tanto, a la tarde sucede algo similar. “Algunos abren a las 4, otros a las 5 y otros a las 6 mientras que algunos cierran a las 8 y otros a las 9”, dijo.
Hace 20 o 25 años, el CCICS fijaba horarios en verano e invierno y la mayoría de los comercios lo acataban. “Había una tradición de que era obligatorio ese horario”, dijo. Pero hoy no sucede eso porque nunca hubo una obligación y los propietarios no son proclives a respetar un horario en común. “Cada uno tiene el horario que cree que le conviene más”, dijo Lampazzi.
De ahora en más, la idea es que los horarios sugeridos sirvan como guía para que no se extiende el horario, sobre todo a la noche en que se dilata demasiado el momento del cierre. Lampazzi dijo que, si un comercio abre, el competidor también lo hace. “La gente necesita descansar, los dueños de comercio y los empleados”, indicó.
Los horarios son sugeridos en primera instancia en la zona comercial del proyectado “Centro Comercial a Cielo Abierto”, delimitado al Norte por calles Ramírez y 3 de Febrero, al Este Hipólito Irigoyen, al Sur Sáenz Peña y Alem y al Oeste, calle Sarmiento, implementándose desde el 14 de agosto al 28 de octubre, inclusive.
La intención es que la prueba piloto dure dos meses y medio para evaluar los resultados antes del fin del invierno y la llegada de la primavera.
El ensayo no incluye comercios de rubros que, por su naturaleza, necesiten otros horarios (alimentos, farmacias, ferreterías, repuestos, etc.) ni aquellos que decidan tener abiertas sus puertas en horario corrido.