Director: Claudio Gastaldi
Concordia
lunes 16 de septiembre de 2024
Nota escrita por: Federico Odorisio
martes 8 de agosto de 2023
martes 8 de agosto de 2023

El citrus y un mismo escenario de explotación laboral que cruza el charco hacia el Uruguay

El dirigente sindical Juan Carlos Albano de la Unión de Trabajadores Rurales y Agroindustriales del Uruguay (UTRAU) denunció la presencia de trabajadores concordienses en la recolección de citrus en Salto. Precisó que hay “entre 30 y 40 zafreros” que cruzan el puente para trabajar de manera informal por una paga un 40 por ciento menor a la que recibe un recolector uruguayo por el mismo trabajo según el laudo. El caso de la Cooperativa “La Precursora” cuyos trabajadores todavía reclaman por sus pagas y la connivencia entre contratistas argentinos y empresarios uruguayos

La llegada de zafreros argentinos para trabajos en la cosecha en la vecina ciudad de Salto ha generado inquietudes acerca de sus condiciones laborales y aportes a la seguridad social. El testimonio de un trabajador de una cooperativa de trabajo y servicios afectado que reveló haber trabajado, junto con sus compañeros, sin remuneración durante dos semanas, alertó sobre un operativo orquestado por intermediarios quienes atraen a trabajadores desde Concordia  a través del paso fronterizo Concordia-Salto, que hacen el trámite en migraciones y cruzan como peatones para posteriormente ser trasladados en autobuses a las zonas agrícolas, donde trabajan sin registros legales ni seguridad social, recibiendo una fracción mucho menor a la estipulado para los trabajadores uruguayos. La diferencia en el costo laboral llegaría a una disparidad de hasta un 40 por ciento en los salarios percibidos por los trabajadores argentinos en comparación con sus homólogos de uruguayos. El gremio y las autoridades se encuentran investigando este modus operandi  irregular para erradicar esta práctica y darle un marco de formalidad.

Juan Carlos Albano de UTRAU, el gremio que representa a los trabajadores rurales y agroindustriales en el Uruguay, relató que el fenómeno tendría directa relación a la enorme brecha cambiaria entre las monedas de ambos países. Para los trabajadores argentinos resulta conveniente cobrar en pesos uruguayos y luego gastarlos del lado argentino. Para los empresarios salteños, cabe la posibilidad de ofrecerles sueldos inferiores a los que perciben los cosecheros del Uruguay y en condiciones de absoluta informalidad.

“Primero recibimos un par de rumores de que estaban viniendo argentinos a trabajar acá, lo que nos hizo pensar en qué calidad y cómo estaban trabajando. A los pocos días, tomamos contacto con otro trabajador que ya nos dijo trabajé cuatro días y no me pagaron nada. Ahí ya prendieron las luces de alerta hasta que recibimos una tercera denuncia donde se nos dio concretamente el modus operandi, digamos, y lo que estaba pasando. El tema básicamente es así, hay un tercerizado que capta a la gente y vende el servicio de cosecha. Hace pasar en forma de peatón a los trabajadores argentinos por el paso de frontera, ahí los levanta a unos doscientos metros en un ómnibus y de ahí los distribuye por las quintas”. 

Los trabajadores llegan a migraciones en colectivos puestos por un contratista y en migraciones hacen el trámite y cruzar como peatones, pero inmediatamente las personas deben subirse a un transporte motorizado porque está prohibido cruzar caminando el Puente Internacional Salto Grande.

“Trabajan en negro, sin ningún tipo de aporte, sin figurar en ningún lado, sin seguridad social y cobrando una tercera parte de lo que sería el laudo del trabajador uruguayo. Hay una diferencia de casi un 40% por ciento entre el precio que se le paga a un uruguayo y lo que están cobrando estos compañeros de Concordia”, narró Juan Carlos Albano de UTRAU.

Según explicó el sindicalista, de acuerdo al convenio laboral de los trabajadores de la fruta en Uruguay, el ingreso de un cosechero ronda los 25 mil pesos uruguayos, un estimado de 190 mil pesos argentinos, muy por encima de lo que gana un zafrero de este lado del río. Aunque, si bien el trabajador argentino mensualizado por 23 días tiene que estar ganando un mínimo 108.308 pesos con 96 centavos, a lo que se le debe adicionar la puntualidad, la antigüedad y los premios por producción, ese número dista mucho de efectuarse en la práctica por diferentes motivos que van desde la informalidad casi excluyente que tiene el sector en Concordia (Se calcula que apenas el 10 por ciento de los obreros de la Fruta están registrados) y maniobras como la de computar en los recibos de sueldos menos días de los realmente trabajados – Se han visto casos de apenas dos o tres días computados por quincena-  con clara intención de escatimar en aportes patronales para la jubilación y la salud de los trabajadores.  

El caso de la Cooperativa “La Precursora”

Uno de los testimonios reveladores proviene de Juan Domingo Retamar, miembro de la Cooperativa de Trabajo y Servicios «La Precursora» de Concordia. Retamar ha relatado su experiencia en la que él y otros trabajadores de argentinos cruzaron la frontera para trabajar en la cosecha del citrus en Salto, Uruguay.

“Prestamos servicios en distintos oficios, el servicio de cosecha es uno de esos. La cuestión es que este señor, de apellido Chiarello, que no es un empresario, sino un audaz, nos llevó a trabajar durante dos semanas y no nos pagó. No está ni inscripto, ni siquiera está en la AFIP. De acá íbamos hasta el puente, hacíamos migraciones, cruzábamos al otro lado para subirnos al colectivo del recorrido uruguayo. Ahí nos llevaban a la quinta. Se nos iba a pagar unos 140 pesos argentinos el recolector, y eso es el doble de lo que pagan acá en Concordia. Somos todos monotributistas sociales en la cooperativa. Éramos 24, los que íbamos a Salto, si bien somos mucho más los socios”, explicó Retamar a DIARIOJUNIO

Sin embargo, fueron víctimas de un intermediario que no les pagó por su trabajo y los mantuvo en condiciones precarias, sin inscripción en la seguridad social del vecino país.

“Trabajamos seis días, dos semanas de tres días porque justo llovió jueves y viernes las dos semanas seguidas. Cuando fuimos a una quinta en Paysandú empezamos a sospechar cuando vimos que este hombre no sabía absolutamente nada, ni la variedad de fruta que estábamos trabajando, ni tenía idea de cómo se trabajaba. Se había arreglado el pago el sábado y nunca sucedió. Aprovechó que llovió antes del fin de semana y no nos pagó”.

Además de la paga, Retamar cuenta que se les había prometido que estarían regularizados e inscriptos en el Banco de Previsión Social (BPS) del Uruguay. Esta situación estaría en conocimiento de la PIT-CNT (La central sindical única de Uruguay).

“Nosotros no fuimos a robar el trabajo a los trabajadores uruguayos. Hablamos con los medios de Salto, con los encargados de las quintas y empresarios porque queremos que alguien se haga cargo de los días que nos deben y alertar sobre estos delincuentes que se aprovechan de la necesidad de la gente. Este señor Chiarello, la semana pasada, se dedicó a recorrer todas las empresas de Salto en nombre de nosotros, de la cooperativa, salió a vendernos como si todavía estuviéramos trabajando con él. Es una gran mentira este muchacho y lo que vemos peligroso es que no es el único argentino que es audaz, hay varios”.

Retamar también explicó a DIARIOJUNIO que la intención es recomponer la relación con los empresarios uruguayos.

“Nosotros como cooperativa nos presentamos ante los empresarios para recuperar la relación laboral y acceder a un transporte para llegar, porque después ellos mismos se encargan de ponernos en el Banco de Seguro y todo ese tipo de cosas, porque a nosotros -nos dijeron- no nos quieren hacer trabajar de manera ilegal. Tengo 63 años, me faltan dos para jubilarme, y a esta edad no consigo trabajo en Concordia de ninguna manera y tengo la posibilidad de trabajar del otro lado, recibiendo los aportes. Todas las empresas nos dijeron en Uruguay que necesitan muchísima gente para la cosecha; además tienen la frutilla, tienen membrillo, hay una serie de variedades de cosecha de distintos rubros, distintas frutas. Digamos que sirve si nosotros pudiéramos ir a trabajar sin intermediarios con las empresas uruguayas. De 140 pesos que nos iba a pagar este señor, que al final no nos pagó, pasaremos a ganar 30 pesos uruguayos por cajón (225 pesos argentinos), que es un montón para nosotros”, concluyó con entusiasmo Retamar.

Sin embargo, según explicó  el gremialista uruguayo Juan Carlos Albano, si los empresarios del citrus en Salto formalizan el servicio de los trabajadores argentinos, tendrían que pagarles según el laudo, el convenio laboral, de un trabajador uruguayo, por lo que quedarían en igualdad de condiciones y «el negocio de importar mano de obra» dejaría de ser redituable para el sector empresarial.

 

Fuentes: DIARIOJUNIO, La Prensa Salto, Programa TareaFina (Radio Ciudadana), Quinto Elemento

  • El problema no es que algunos argentinos crucen a trabajar, porque hay decenas de uruguayos que diariamente lo hacen y nadie los acusa de nada. El problema es el trabajo esclavo o sin registrar, es lo qie deberían combatir allá y acá , denunciando con nombre y ubicación a los enprendimientos qie se detecten…no confundir los tantos

  • No queda otra que una reforma laboral sería y responsable. No sólo el citrus, la mayoría de los empresarios con cada empleado compra todos los números de la rifa del juicio.