Todo estaba garantizado para que la construcción de un relato político e histórico asegurara el statu quo. La idea era que el pueblo televidente del país convirtiera la resignación en un sentimiento profundamente internalizado, sin necesidad de ser procesado explícitamente. Milei actúa con un supuesto aire supremacista o de superioridad que surge precisamente de una posición de inferioridad. Trata de edificar su propia verdad a través de denostaciones y ataques verbales dirigidos a propios y extraños. Su objetivo es construir un relato ideológico capaz de presentar como natural y lógico el salvaje ajuste en curso. Pretende convencer a quien esté dispuesto a escuchar que el hundimiento de millones de personas en la pobreza es el camino sacrificial para la Argentina Potencia, el cual, según él, el llamado «populismo» enterró décadas atrás. Milei trabaja siempre sobre el fracaso de sus predecesores, un fracaso que se manifiesta con las viejas formas políticas que moldearon la agenda nacional en las últimas dos décadas. Por eso, el kirchnerismo y Juntos por el Cambio son visualizados como responsables de una persistente decadencia nacional. Desde su perspectiva, su presidencia asume la forma política de un desencanto extendido por años, transmitido de generación en generación. Milei avizoró esa «frustración» y construye constantemente comunicación política desde ese lugar.
Siguiendo la línea de la derecha «trumpista» o de Jean Marie Le Pen, se presenta como la voz de una mayoría silenciosa que, al votarlo, rompió con ese pasado de fracaso. Sin embargo, surge una gran contradicción, ya que incluye a esa mayoría en el ajuste feroz y, al final, le dedica una empatía fingida, pidiéndole «paciencia y confianza». Autopercibido como un «monarca», asegura que, «con o sin el apoyo político», avanzará con su plan económico.
Asesorado seguramente, baja un cambio en su enfrentamiento con los gobernadores y anuncia un Pacto del 25 de Mayo para dar tiempo a la práctica de la extorsión que ya comenzó: «Va a haber dinero para las provincias (un alivio fiscal), SI aprueban el DNU y la Ley Ómnibus a medida del Gobierno y el poder económico del Congreso. ¡Casi nada!- Porque Milei va contra los jubilados, a los que les sacó $900,000 millones de pesos. ¿Por qué, por primera vez, con la renegociación de la deuda externa de su cómplice Macri, los intereses de la deuda superaron el pago de las jubilaciones pagadas por el Estado? La licuación de los haberes jubilatorios (es decir, con el hambre y la salud de los jubilados) le permitió al Ministro «lobo con piel de cordero» Toto Caputo presentar un superávit de $518 mil como símbolo de pleitesía al querido FMI.
El llamado Pacto que anunció Milei contiene los 10 principios que el Consenso de Washington redactó para los países con deuda con el FMI.
Apenas terminado el show, los gobernadores de la UCR (cuando no) y el PRO empezaron a arrodillarse a los pies del presidente. El Gobernador entrerriano Rogelio Frigerio escribió: «Cuente conmigo para impulsar el Acuerdo de Mayo. (y si por fuera poco agregó) Estoy de acuerdo con todos y cada uno de los 10 puntos que planteó. Es lo que necesita la Argentina, y celebro su invitación. (Rogelio, no le habían pedido tanto…) El mendocino y arrogante Cornejo se adjudicó un plan similar en su provincia. El santafesino Pullaro escribió en Twitter, lo celebro por esta convocatoria. El antes verborrágico y desafiante Ignacio Torres celebra la convocatoria y lo invita a la reunión del 07/03/24 en Puerto Madryn, junto a los gobernadores patagónicos para consensuar una agenda de desarrollo productivo.
Una curiosidad: cuando «Nacho» Torres se sublevó contra Milei por la retención de fondos, casi todos los gobernadores, salvo el de Corrientes, le brindaron su solidaridad, incluido, como uno de los primeros, Axel Kicillof. Pero cuando Axel se presentó a la Corte Suprema por el mismo problema, recogió pocas adhesiones, aunque era el mismo problema. ¿Por qué será? Porque Axel es kirchnerista y el que se solidariza con él pasa a ser enemigo de Milei. Así de simple.
Quiero detenerme en el «revolucionario» Torres, Gobernador de Chubut. Él es del PRO y fue Mauricio quien lo empujó a rebelarse contra Milei para indirectamente «marcarle la cancha» a Javier y luego obligarlo a negociar. Cuando el Presidente tomó nota de ese frente de gobernadores, surgió la idea de convocar a un Pacto, que es una trampa debido a las necesidades financieras de las provincias, las cuales van a recibir el ajuste nacional más el provincial. Por eso, el revolucionario «Nacho» Torres pasó de ser quien se puso la gorra del Che Guevara a convertirse en un simple seminarista.
Estamos en un proceso de deshumanización de la política. No es que Milei no entienda la situación, aunque pueda formar parte de la explicación de su conducta. Se trata de algo más complejo y difícil de resolver en la práctica: cómo combinar ideas absolutistas con falsas promesas que exceden el tiempo lógico y racional de tolerancia de una sociedad acosada por la emergencia de la simple supervivencia.
Milei es como el héroe de la Odisea, Ulises, quien, a bordo de un barco, se ata al palo mayor de la nave para no sentir el canto de las sirenas que lo llevarían al naufragio. Pero si su construcción política no cambia, la realidad de los recursos humanos, es decir, la sociedad en su parte más sufrida, le hará saber que no llegará a cumplir su tiempo político y se estrellará con la realidad.
Leticia
Vean la película; «Calígula, el emperador loco», y parece calcado a lo que estamos viviendo. ¡¡¡Cualquier parecido con la realidad, no es pura coincidencia!!!!