Director: Claudio Gastaldi
Concordia
domingo 8 de septiembre de 2024
Nota escrita por: Ricardo Monetta
domingo 21 de julio de 2024
domingo 21 de julio de 2024

El fascismo a la vuelta de la esquina

El fascismo en el siglo XX fue un hecho moral, político y hasta un morbo intelectual. Fue una expresión de clases y de sentimiento. El fascismo emergió en un momento de depresión, de catástrofe y en un instante de doble decepción: frente al liberalismo racional y al marxismo. ¿De dónde emergía la catástrofe? De la Primera Guerra Mundial que estalló de manera sorpresiva. Fue una sacudida y conmovió el cuadro de orden, la razonabilidad, la tranquilidad que la civilización occidental venía cultivando desde el siglo XIX. Se combatió en toda la superficie europea, involucró a los pueblos de los países beligerantes y se refractó también sobre la vida de los pueblos neutrales. Esta catástrofe de tal magnitud provocó miedo en el ser humano, por la falta de protección y por la situación de aislamiento en medio de los peligros de la vida. Y cuando el ser humano atraviesa un período denso de incertidumbre (como el que vivimos nosotros en la Argentina hoy), se vuelve a sentir fuerte y seguro si entra a formar parte de un gran ejército de las "masas" o de un movimiento "mesiánico". Se trata de la seducción fascinante de la fuerza.

Después de la Primera Guerra Mundial, ¡qué hizo el asombro! Empujó a las masas a una impaciencia creciente y al desprecio de la racionalidad, del compromiso o de cierta idea de progreso. En ese contexto de catástrofe, de incomodidad, de crisis tremenda, emergió ese movimiento audaz, carente de ideas positivas pero capaz de atraer y fascinar a las masas: había surgido el fascismo. Por eso creo procedente consignar que lo que se viene en el mundo en forma paulatina es ese ascenso de la derecha en muchos países de raigambre democrática como Holanda, al igual que en Finlandia, de nuevo en Alemania, y Francia ni hablar.

Hace poco tiempo, Madrid fue sede de la convención de la ultraderecha global, “Viva Vox 2024”. Un evento organizado por el partido Vox de España. Este tal vez sea el episodio que se avizora un giro en la estrategia de dominación y control trazada en medio de una aguda crisis de Occidente. En este cónclave participaron personajes como el presidente de Argentina, Javier Milei, Giorgia Meloni de Italia, Marine Le Pen de Francia, y Viktor Orbán de Hungría y otros de menor cuantía, como José Antonio Kast, candidato en Chile, y el recién elegido primer ministro de Portugal, André Ventura.

El evento estuvo cargado de acciones, palabras y pensamientos de odio frente al pensamiento social, a las propuestas sociales redistributivas y de mensaje contra “la cosa pública”, o sea, el Estado. Además, se hizo hincapié en reforzar la necesidad de redoblar esfuerzos para redoblar la “batalla cultural” y política por “la libertad contra la ruina de la izquierda”, como afirmó el diletante Milei. También se manifestaron en oposición a las migraciones, la confrontación con la diversidad sexual, y la defensa de un extremo e irracional nacionalismo europeo. No es casualidad que en tiempos de decadencia occidental, en plena crisis de un mundo unipolar y hegemónico, rebrota este creciente extremismo que se parece cada vez más a una forma de fascismo.

Por eso es muy importante comprender el mundo que vivimos, para eso es necesario definir algunas de las características de esta extrema derecha:

-Un fuerte culto a la tradición, que idealiza el pasado rechazando cualquier modernismo.
-Desprecio por la ciencia y el conocimiento.
-Un populismo “selectivo” en el cual el líder se presenta confusa y falsamente como un salvador, como la voz auténtica del pueblo, pero que en realidad desprecia y aborrece.
-Distorsión del lenguaje, de su significante y significado para confundir, manipular y controlar.
-Atacar toda posibilidad de pensamiento crítico.
-Promover un régimen político fuerte para mantener sus privilegios y poder.

Muchos se preguntan si el viejo fascismo se parece al de estos días. Por lo pronto, el nuevo fascismo reutiliza símbolos, discursos y tácticas propias del viejo fascismo, adaptándolas a las nuevas realidades políticas y sociales. En esta misma línea coinciden en valorar las redes sociales, plataformas digitales para difundir su mensaje. Esto se acompaña con dos condimentos esenciales: el miedo y la desinformación. Esto es una forma insidiosa y omnipresente de control que infiltra las estructuras y prácticas de la vida cotidiana.

A diferencia del fascismo tradicional, el fascismo social opera de manera más sutil encubierta, pero sus efectos son igualmente devastadores. Se caracteriza por una clara erosión de los derechos sociales, económicos y ambientales, también por la total negación del derecho a la paz, se normaliza y naturaliza la violencia, la opresión y la represión (Patricia Bullrich dixit).

El otro, el viejo, es deshumanizado. El nuevo se disfraza de participación colectiva. Pero rechaza a los migrantes, a las minorías étnicas y religiosas y a la población empobrecida. El problema es cuando el racismo y otras formas de discriminación se normalizan y se institucionalizan. En todas las expresiones del fascismo se suma un constante desmantelamiento de la democracia. Se ataca al Estado como garante de derechos. Y aunque sobrevivan instituciones, estas se socavan por una corrupción abierta y cínica que acompaña estas tendencias.

A todo esto se suma un control ideológico y cultural en donde los medios juegan un papel central en tanto son los encargados de difundir pensamientos, sentires y maneras de explicar el mundo sobre la base de estigmatización, la exclusión y el odio. Se sabe que el caos favorece al fascismo y a la derecha ultra cuando logran convertirlo en orden a través del autoritarismo. Cuando se expande la idea y el discurso y el “sentido común” del fascismo, la democracia se repliega. El fascismo se jacta y la ultraderecha de la intimidación de la fuerza pública, inoculando el miedo y los dolores que provocan en el presente y da la promesa implícita de los dolores futuros.

Por eso hay que estar preparados para una gran confluencia de fuerzas democráticas progresistas para detener el avance fascista en nuestro país, en el que por lo menos en memoria de tantas víctimas físicas en el pasado reciente y las que se vienen de la aplicación de “terrorismo económico” de parte del Estado, es que no hay que abandonar la resistencia en busca de la recuperación de ese Estado que supimos conseguir. Y que los que se resignan a la “cosa juzgada”, que dejen ser ciudadanos “religiosos” y no vivan de rodillas, que la memoria histórica no perdona. ¡¡Viva la Patria!!

  • Marcelo Leonardo Garcia

    No se si es pereza intelectual o ignorancia. pero ponen a la Biblia junto al Calefon. Son cuestiones bién distintas: El facismo. El Neoliberalismo. El Nazismo .El liberalismo. El Capitalismo. Otra es el anarcolibertarismo.o Libertarios.
    Por ejemplo , el Facismo, es un movimiento autoritario en lo politico, pero inclusivo en lo social, generado por las clases medias bajas, profundamente anticomunista y anticapitalista, que pretendio organizar la republica bajo la articulación del estado con las corporaciones o falanges.
    El Nazismo c omparte con el facismo su impronta autoritaria,y su desprecio por los partidos políticos y por el comunismo. pero tien a la supremacia de la raza aria, como concepto ordenador de la sociedad. El expansionismo justificado en la razon del espacio vital.
    El Neoliberalismo , es una deriva de la escuela de Chicago, dónde el monetarismo es la base del funcionamiento de la economía y reducen el papel del estado a proveer las necesidades básicas.
    El liberalismo , es la maxima expresión del individuo, como miembro de la sociedad y organizado en un estado que asegure la independencia de poderes y la libertad de los individuos, los partidos politicos y las minorías sociales. , cree en el progreso , la racionalidad cíentifica y en la educación como motor de la movilidad social y de igualdad de oportunidades.
    El anarcoliberalismo, es un Neoliberalismo extremo , que pugna por la desaparición del estado y pretende regresar , a un modo preterito del hombre solo con la naturaleza y dejar librado a que las fuerzas del mercado , por si solo , asigne, competencia, productividad, y crecimiento.
    No se puede poner a todo en la misma bolsa. No es serio, por supuesto lo expresado es un mero resumen de las cracteristicas fundamentales de estos movimientos.

  • A ver si entendi bien…
    El liberalismo enfatiza los derechos individuales, la libertad personal y la autonomía frente al Estado. Considera que el individuo tiene derechos naturales inherentes que deben ser protegidos, como la libertad de expresión, la propiedad privada y la igualdad ante la ley. En contraste, el fascismo critica este enfoque individualista, argumentando que el bienestar de la nación debe prevalecer sobre los derechos individuales. Propugna un colectivismo que subordina al individuo al interés nacional, y considera que los derechos individuales pueden ser sacrificados en aras de un bien mayor percibido como la grandeza nacional.
    El liberalismo defiende una economía de mercado libre y competitiva, donde el Estado tiene un rol limitado en la regulación económica y la propiedad privada es fundamental. El fascismo, por otro lado, critica el liberalismo económico por considerarlo individualista y desregulado, y propone un sistema corporativista donde los intereses de trabajadores, empresarios y el Estado son integrados y coordinados bajo la autoridad del Estado. En este modelo, las corporaciones (sindicatos y gremios empresariales) son organizadas y dirigidas por el gobierno para promover los intereses nacionales y mantener la estabilidad social.

  • ciudadano conciente

    Muy buena nota!! Si me permite el autor, le agregaría una síntesis en 8 ó 10 palabras dichas por George Dimitrov, dirigente comunista búlgaro acusado del incendio del Reichtag: ” el fascismo es la dictadura feroz del gran capital”.