Tres domingos me detuve para manifestar mi disconformidad en el peaje de Puerto Yeruá. En la primera oportunidad se me negó el libro de quejas, recibí un papelito de manos de un supervisor con una dirección de correo electrónico para hacer el reclamo. A la vez siguiente fui recibido por otro personal a cargo, quien gentilmente me dio (para mi sorpresa) el libro de quejas. Así que escribí que me negaba a pagar el peaje por la falta de mantenimiento, ausencia de demarcación, ahuellamiento y otras cuestiones por las que el manejo nocturno era de alto riesgo, sin existir, tampoco una vía alternativa. Dentro de las quejas dejé asentado que dos domingos antes se me había dicho que no existía tal libro de queja. Dos domingos más tarde repetí el procedimiento. Todo esto pasó durante los meses de septiembre y octubre.
Transcribo la respuesta recibida por mail:
“Estimado Usuario, tenemos el agrado de dirigirnos a Usted a efectos de dar respuesta a su nota asentada en nuestra estación de cobro.
“Al respecto le informamos que la Concesionaria hace pública su preocupación por la continuidad del atraso tarifario debido a los incumplimientos contractuales efectuados por los distintos gobiernos. Esta situación no solo impidió realizar las inversiones necesarias, sino que además llevó a la empresa a una situación de ahogo financiero que derivó en la imposibilidad de afrontar sus obligaciones.
“El ahogo financiero derivado de los incumplimientos reiterados del Estado Nacional incurridos desde el año 2009, en especial por la falta de ajuste y por no realizarse la renegociación comprometida ha provocado un mantenimiento deficiente y a todas luces inadecuado de los trazados viales, a pesar de los esfuerzos operativos realizados por nuestra empresa.
“Pese a todo lo expuesto, Caminos del Río Uruguay S.A. mantiene su vocación conciliadora de encontrar soluciones. Ratifica su intención de cumplir los compromisos asumidos, dentro de los cuales es relevante completar el proceso de renegociación acordado, con el fin de mejorar las condiciones de tránsito del Corredor, y corregir errores cometidos en el pasado por los anteriores Gobiernos.
“Desde ya agradecemos su comprensión.
“Saludos cordiales.”
Menos mal que tienen buenos modales. No se privan de explicar su “vocación conciliadora para encontrar soluciones” pensando exclusivamente en “completar el proceso de renegociación”. Del respeto hacia el prójimo: minga.
Es una preocupación vacía que no tiene el correlato de la ocupación. Se intenta excusar la falta de mantenimiento en razones económicas, las que no son suficientes para justificar la falta de responsabilidad sobre los daños que están causando a terceros, desde simples daños materiales por roturas de vehículos a daños graves que comprometen la integridad física, muertes incluidas. Como si se tratara de una cuestión nimia, debe ser por eso que omiten mencionarlo.
No tengo esperanzas, pero al menos quiero levantar la voz.
(*) Médico especialista en Ortopedia y Traumatología. Escritor. Subsecretario de Salud de la Municipalidad de Concordia