Director: Claudio Gastaldi
Concordia
domingo 8 de septiembre de 2024
Nota escrita por: Sergio Brodsky
domingo 2 de junio de 2024
domingo 2 de junio de 2024

El hambre es un crimen

Del mismo modo que los medios de comunicación dieron cuenta de la muerte de pacientes oncológicos que no recibieron del Estado Nacional los medicamentos necesarios para su tratamiento, ahora informan del allanamiento ordenado por el Juez Casanello por la retención de los alimentos para los comedores, acopiados en los galpones de Tafí Viejo y Villa Martelli. La ministra Bullrich declaró que los alimentos no se entregarían hasta que culminara la investigación de las supuestas irregularidades de las organizaciones sociales que los administraban. La misma explicación que con los remedios para pacientes con enfermedades graves, es decir, priorizar la burocracia suspendiendo la asistencia a las necesidades urgentes de las personas, que suponen que pueden esperar. Sin embargo, y sin que se les mueva un pelo por la contradicción en un tema tan delicado, la ministra de Capital Humano y el vocero Adorni dijeron que esos alimentos eran guardados "por si las moscas" y hubiera una catástrofe, como si estuviéramos viviendo en Disney. Esa retención de alimentos que dejó sin comida a los comedores a los que concurren personas desesperadas de hambre, incluye trescientos treinta y nueve mil ochocientos sesenta y siete kilos de leche en polvo que se vencen en julio y cuarenta kilos de arroz con hortalizas que ya expiraron.

Ante la crueldad evidente, la ministra Petovello echó al Secretario de Niñez, Adolescencia y Familia, lo mismo que hizo el anti-casta Milei cuando se aumentó en varios millones de pesos su salario, sin darse cuenta, y culpó a Cristina y al funcionario que le hizo firmar ese infame recibo de sueldo que ni miró las cifras que contenía.

Es claro que esta triste situación de despojar de la comida a los pobres no es casual, porque el presidente Milei sostiene que la gente no se muere de hambre, porque de lo contrario habría muertos en las calles y que los pobres deberán decidir cómo alimentarse para no desfallecer.

De lo primero tenemos la evidencia cotidiana, en nuestra ciudad, de personas metidas en los contenedores revolviendo basura para no morirse de hambre, ni siquiera es necesario ir a los barrios periféricos para certificar que es el modo en que están “decidiendo” subsistir, aun cuando en eso se les vaya la dignidad y la vida, en su sentido pleno.

En nuestra ciudad, el camino que, según el intendente y el secretario de Desarrollo Humano, van a transformar nuestra ciudad y combatir la pobreza, es el plan Relevar. Consiste en un registro de la pobreza y sus causas cuya etapa de evaluación podrá finalizar, con suerte, en el dos mil veintiocho, seguramente al finalizar su mandato, si apuran el tranco. Es decir, el primer paso es el diagnóstico de las causas de la miseria.

No creo que sea necesario tanto despliegue para comprender el porqué de la pobreza, comenzando por lo que el Estado paga, de poco e informal, a los encuestadores y a cientos de trabajadores municipales. Siguiendo por el desempleo, la precariedad y la explotación laboral de los trabajadores. Además, el gobierno municipal sabe ya de antemano, según se deduce de las declaraciones del secretario de Desarrollo Humano, que las causas de la pobreza, según su criterio, son la falta de la cultura del trabajo, el esfuerzo y el mérito de los pobres, es decir, el viejo prejuicio reaccionario. Por lo que la solución, después de tanto esfuerzo revelador y relevador, será darles la caña y no el pescado, pues son, para ellos, finalmente, los pobres los responsables de su pobreza, según este razonamiento que constituye un preconcepto y una falacia verificable cuando vemos, bajo las heladas, buscar el mango a los trabajadores de la cosecha, por salarios de hambre con los cuales ni siquiera pueden alimentar a su familia. Como un ejemplo local de la falsedad de la falta del esfuerzo y la cultura del trabajo como motivaciones de la pobreza.

Yo creo que es más sencillo, que solo se trata de generar fuentes de trabajo dignas y encontrar otro destino (inexpresable) a las cañas con las que los maestros de la moral quieren enseñarles. La pobreza y el hambre son un crimen, son una indignidad que nos envuelve a todos, nos conmina, nos avergüenza. Debe escandalizarnos, so riesgo de naturalizar tamaña deshumanización.

 

 

 

  • Orlando Sosa

    …como dice Atilio Boron en la charla que brindo ayer,la unica respuesta que hay ante estas LACRAS es el pueblo tomando las calles….
    La única respuesta a estos lumpenes ,parasitos inutiles
    Tiene que suceder más temprano que tarde….