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martes 2 de julio de 2024
hace 2 días

El Pacto de Julio ‘se vio reflejado’ en la sesión extraordinaria, remarcó Ramón Cabrera

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Última actualización:
hace 2 días
Tras la sesión extraordinaria de esta mañana, Ramón Cabrera, del Frente Nacional Surge, sostuvo que el ‘Pacto de Julio’ se vio reflejado en los temas aprobados esta mañana. “Se viene trabajando en las sombras el acuerdo entre (Enrique) Cresto y (Francisco) Azcué”, indicó. Los proyectos, como el retorno de los vehículos en forma parcial al Parque San Carlos o la intervención de Radio Ciudadana, salieron por unanimidad. Ello a pesar de que, desde el bloque del PJ, en los discursos previos manifestaban cierta disconformidad con las iniciativas que luego aprobaban. En consecuencia, desde la tribuna manifestaron su rechazo y hasta el repudio. Incluso, en un momento dado se escuchó el cántico “¡que se vayan todos, que no quede ni uno solo!!!”.

“La mayoría nos enteramos a través de los medios y de las redes sociales de una convocatoria que se hizo de apuro”, dijo. Cabrera sostuvo que lo que quedó claro es que la Radio se tercerizara además del cambio de algunos nombres como el del director, Gustavo Guaglianone.

“Son cosas que no podemos dejar pasar. Ésta es una radio que es de Concordia y tercerizar, para los que venimos de un proceso muy triste como en la década de los 90, sabemos que eso terminaba en privatizaciones y el despido de muchos compañeros trabajadores”, indicó Cabrera. A su vez, destacó que en la radio “trabajan compañeros que son muy honestos, que trabajan”.  También lamentó que se saque a un director que ganó su cargo por concurso para poner a otra persona. E inscribió el hecho en la avanzada que se viene realizando desde la Nación con el cierre de la agencia de noticias Télam y de la privatización de la TV Pública. “Concordia no podía ser la excepción”.

Respecto del comportamiento de la gente en la tribuna, indicó que cuando levantaban la voz lo que querían era hacerles saber a los ediles que había cuestiones que no eran tal como se las planteaba desde las bancas.

Pero, a su vez, sostuvo que había ediles cuyas intervenciones fueron lamentables. “No sabían ni que decir. Les temblaba la voz y no sabían cómo reflejar lo que ellos querían proponer”, dijo. “Este Concejo no es la expresión de un pueblo ciudadano”, indicó. Más adelante, Cabrera sostuvo que en la barra hubo poco acompañamiento de los gremios estatales como ATE o de Agmer.

“A mí lo que me preocupa son algunos hechos que vienen sucediendo. Suceden cosas que no sabemos hasta donde van a llegar”, indicó en referencia a la muerte de una persona en condición de calle en la esquina de Gualeguay y Güemes el jueves pasado. “Eso es producto del hambre y de la miseria que ocurren en Concordia”, dijo. Simultáneamente, sostuvo que no hay definiciones claras para atender esas problemáticas de parte del gobierno municipal.

  • La Miguel 222

    Son el torpe reflejos de los bombardeos de plaza de Mayo, de decapitar las estatuas, de prohibir el nombre de Perón y Evita. El reflejo miserable de los fusilados de León Suarez, de la censura. Del despido, la persecución por razones políticas. Son los torpes que quieren disciplinar una emisora radial para que florezcan miles. Al odio siempre salió el amor a vencerlo. A la prohibición florecieron miles de flores Nomeolvides.
    Esta vez en voces destempladas como de mascaritas de carnaval pidiendo que la policía desaloje al pueblo, a los soberanos. «Soy concejal» si mascarita, pero arriba tuyo está el soberano, el pueblo y sus voces. La soberbia suele surgir de la mediocridad.
    Por primera vez se maltrata al público de un debate, por parte de timoratos ediles, y se invita a la gente a salir por parte de una comparsa disfrazada de seudos policías. Quizás ni sea legal. No es otro que Azcué (el de las noches con Cresto), el que se disfrazó de autoritario y permitió esa función tétrica en el Concejo Deliberante de Concordia que supo de buenos proyectos, oradores destacados y proyectos de avanzada. De concejales, hombres y mujeres, templados, inteligentes, educados, valiosos ciudadanos tras el bien común. Creando, uniendo, componiendo, buscando lo mejor aún en esos terribles momentos que suelen aparecer seguido. Esa sesión convirtió una mañana soleada en una oscura noche en la ciudad sufriente.
    Destaco a la presidente cuando fue a hablar con los ciudadanos. Pero era inapropiado no haberlo hecho antes y meter de un día para otro, proyectos tan importantes sin ser debatidos previamente en la sociedad, en las organizaciones intermedias.
    Azcué eligió el mal camino quizás para tapar cosas peores tras dilapidar su capital político en componendas nocturnas y bien regadas, a espaldas de la gente y contra el mandato popular de las urnas; y ahora opta por lo peor: una salida autoritaria mientras llama al dialogo o al pacto. ¿Al final demuestra que es solo un circo detrás de un intento de pacto espurio y de ser un títere del pasado? O una versión deslucida del pacto de impunidad entre Rogelio y Gustavo.
    Y los concejales que llegaron por el justicialismo se convirtieron en una tenebrosa sombra del nuevo partido de los bordet y kueider: la decadencia brutal de personajes denunciados y que en las calles condenaron al duro mote de traidores.
    Ha muerto una persona de frio en la calles de la ciudad. Se viene un duro ajuste en las tarifas de gas y electricidad. Ya mucho no lo pueden hacer pero más frio y oscuridad para todos. Sueldos y jubilaciones que no alcanzan, chicos que no comen, enfermos sin tratamiento. Calles destruidas, hambre en los comedores en una de las peores crisis sociales, y acá en Concordia, aparece esta sesión que nos habla de la crisis moral de nuestra sociedad y de la tremenda destrucción del sistema de representación. Cambiar nombres de calles, de salas, censurar una emisora radial porque no le gustan lo que piensan, calificar a los periodistas por sus expresiones señalan que el autoritarismo y la decadencia están marcando un triste final. Una nueva decepción. Un nuevo abismo entre el pueblo que es el titular de la soberanía (como en mayo de 1810) y sus representantes. Recordemos que el 9 de julio supimos liberarnos como muchas veces de la tiranía. La paciencia explota en el momento menos pensado, cuando los violentos autoritarios se creen impunes. Uno de los síntomas es la intolerancia cuando hay hambre. Es falta de sentido común. Y a veces hasta una panza llena no significa un espírtu inflamado de cansancio en busca de libertad y dignidad. La paciencia se agota.
    ¡Que se vayan todos!

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