Los documentos a los que accedió este diario dan cuenta de que el vocero de Milei se desempeñó como “coordinador técnico administrativo” en la dirección de Infraestructura de la cartera de Cultura (fue ministerio y luego secretaría) durante dos años seguidos, entre enero de 2017 y diciembre de 2018. Lo hizo bajo la modalidad de un “contrato de obra”, bastante común en el Estado. Es el tipo de contratación anual de la mayoría de los empleados, bastante precaria e inestable. Ese tipo de contratos se renovaba de manera anual, lo mismo que sucede con los de locación de servicios. Eso fue así hasta la llegada del gobierno libertario, que redujo ese período a solo tres meses, como forma de llevar a cabo un plan de despidos por goteo. Los últimos en caer por el plan motosierra fueron unos 2.400 trabajadores del Ministerio de Justicia. El propio Adorni fue el encargado del anuncio: «Es un curro que se ahorra el Estado», dijo sobre estas contrataciones que calificó de «irregulares», sin mayores explicaciones.
Según su entorno, Adorni se dedicó en ese tiempo a «tareas de asesoria» para «un director». Es decir, como si fuera un asesor externo. El «director» en cuestión que lo contrató fue Daniel Testagrossa, un histórico funcionario porteño ligado al PRO que en aquel entonces había sido designado al frente del área de Infraestructura cultural de Nación. Por esa área pasaron varios procesos de contrataciones directas para servicios de limpieza y seguridad que la gestión macrista en Cultura luego tuvo que declarar nulos –y mandarlos a licitación pública, abiertas a competencia– para evitarse problemas. Por ese motivo Testagrossa salió eyectado y tras él, Adorni hizo lo propio.
«No tenía más tareas», contó una fuente que lo trató en aquella época, que también relató que Adorni «se fue enojado». Otros testigos directos agregan que se lo veía «poco y nada» ingresando al edificio que la cartera tiene en la calle Alsina al 400, en pleno microcentro.
«Barrido y limpieza»
Por motivos que sólo él conoce, Adorni borró de buenas a primeras su perfil de LinkedIN, en el que no figuraba su paso por Cultura durante el macrismo. Detallaba, en cambio, sus colaboraciones en el mundo del periodismo (desde columnas esporádicas en Infobae, hasta sus apariciones en LN+ como invitado, que él mismo consideraba un trabajo) y su carrera académica: allí se detallan sus estudios de grado como economista y contador.
El vocero tampoco mencionó ese detalle en una entrevista de la que se auto invitó en la TV Pública. En el canal estatal, Adorni fue el entrevistado estrella del primer envío de Giros, en línea recta, que conduce su amigo –y ex socio– Marcelo Grandio. La conversación repasó toda su biografía, pero en ningún momento Adorni mencionó su pasado en el empleo público, y eso que se recorrió de «pe a pa» su vida profesional. Sin ningún tipo de tapujo, dijo que nunca «estuvo en política» y que su interés por participar en el Estado se despertó en sintonía con el ascenso de Milei.
Algunas declaraciones suyas denigrantes del empleo público desde la sala de conferencias de la Casa Rosada pueden tener algo que ver con ese pudor:
* A principios de abril, luego del despido de 15 mil estatales, dijo: “Esto es parte del trabajo que venimos haciendo para achicar los gastos del Estado y personal que no es necesario, que no siga cobrando un ingreso del Estado. Como digo yo siempre, por más que les canse, del otro lado hay un contribuyente que lo paga”.
* En mayo, previo a la segunda ola de despidos libertaria, dijo: «Hay un universo de 70 mil contratos que están en revisión permanente, de esos hay 23 mil que se dieron de baja y el resto seguían analizándose. El 30 de junio será otra barrida y limpieza que se le de a ese universo».
* En julio, otra vez, fustigó: «Esta es una limpieza de la planta estatal. Es sano que se revise cada uno de los rincones del Estado para saber si funcionan bien o no».
Un apellido que ya es «casta»
La lucha contra la «casta» fue el caballito de batalla de La Libertad Avanza para la campaña electoral. En la gestión el gobierno mantiene el mismo slogan pero en la práctica es otro cantar.
Lo de Adorni, en tanto, es un caso magistral de la última afirmación. No solo por el pasado «ñoqui» que este diario acaba de destapar sino porque mientras vocifera luchar contra los privilegios, su hermano Francisco disfruta las mieles de ser un inamovible del Estado. Eternizado en el Consejo de la Magistratura bonaerense, el otro hermano consiguió un ascenso al ser nombrado como asesor de Luis Petri. Aquello le significó un pasar de cobrar a principios de año unos 820 mil pesos a casi cuatro millones (unos 3.935.093,7 pesos, para ser exactos) al mes de julio. Es decir, se trata de un monto desactualizado.
El empleo estatal parece ser de familia. Su madre -la misma que le prestó casi 10 mil dolares- y Susana Pais, su tía, trabajaron durante años en la Legislatura bonaerense.
Y, como frutilla del postre, al mismo tiempo que dice reducir al Estado a su mínima expresión, Adorni agranda su secretaría de Vocería y Comunicación de Gobierno. En septiembre este diario dio la primicia que el área que maneja el vocero se convirtió, casi, en un imperio: Adorni tiene más de 200 empleados. La mayoría de ellos entró luego del 10 de diciembre.
En el listado de contratados figuran desde trolls, editores de La Derecha Diario (como el caso de Juan Pablo Carreira) y hasta la productora radial que le pautaba los entrevistados al vocero cuando jugaba a ser conductor en Radio Rivadavia.
Es probable que estos nuevos empleados, y la decenas de contratados por Adorni que cumplen funciones en la Rosada, aprendan del jefe el exquisito arte de ocultar y de decir una cosa y hacer exactamente lo contrario. Como decía un cantante, un negocio difícil de explicar pero fácil de enseñar.
42 mil dólares
Cuando se pone la lupa en Adorni, otros claroscuros quedan a la vista. Porque el secretario -con rango y sueldo de ministro- hasta se demoró en presentar su Declaración Jurada ante la Oficina Anticorrupción. Y cuando lo hizo, dos días pasada la prórroga, las cuentas no fueron claras: su patrimonió creció 500% en apenas doce meses.
Empezó el 2023 con 11.608.804,65 pesos y terminó ese año, con un cargo estatal y un patrimonio de 61.018.251,10.
Para justificar ese crecimiento del doble de la inflación, Adorni usó una maniobra común de aquellos que necesitan acomodar los números: un crédito familiar. Por los más de 40 mil dólares de diferencia no se hicieron con el sudor de su frente sino por dos préstamos de familiares: Silvia Pais, su mamá, le dio 16.109.000 pesos mientras que Norma Zuccolo, de 96 años y también familiar del secretario, le alcanzó 18.122.625 pesos. Sumados ambos, el funcionario llegó a recopilar 42.500 dólares.
«El año que viene te vas a sacar la duda sobre cuál fue el destino de ese dinero», desafió el vocero ante una pregunta por el crecimiento de su patrimonio. Probablemente los más de cinco millones de pesos que cobra por mes le servirán para justificar en 2025 el aumento de sus arcas.
Fuente: Página 12