Director: Claudio Gastaldi
Concordia
domingo 8 de septiembre de 2024
Nota escrita por: Ricardo Monetta
viernes 16 de febrero de 2024
viernes 16 de febrero de 2024

El Salario del Miedo

Desde la recuperación de la Democracia hubo innumerables intentos de recuperar "la república perdida" ,de antes de la dictadura cívico militar, que algunos gobiernos subsiguientes con sus claros oscuros enfrentaron ese gran desafío. Pero siempre, los que lo intentaron, se enfrentaron con una clase social, una élite dominante desde el punto de vista económico que sí constituía y ahora también una verdadera "casta" reaccionaria, que se originó por allá en el siglo XIX, que era la rancia oligarquía "con olor a bosta" como solía decir Sarmiento.

Ese “poder oculto” fue la causa original de lo que luego se conformó como “la grieta”. Y con su enorme poder político y económico se opuso y se opone ahora, a la industrialización de nuestro país, relegándonos como lo manda el Poder Global, a ser nada más que una Nación exportadora de productos sin valor agregados. debiendo importar los bienes de consumo que nuestra mando de obra no lo puede hacer porque eliminan la sustitución de importaciones. Por eso fueron y lo son ahora junto a las corporaciones la base histórica del estancamiento progresistas de nuestra Nación.

Por eso ahora, post dictadura, desde la segunda mitad del alfonsinismo, luego con el entreguismo del infame traidor del peronismo como lo fue Carlos Menem, luego con la irrupción depredadora de Mauricio Macri, encadenándonos a una deuda que solo sirvió para la fuga de capitales de amigos y banqueros corruptos, hasta llegar a la antesala del “infierno Milei”, ayudados por los corruptores asépticos de los mismo funcionarios venales del macrismo como Caputo y Sturzenegger, apoyados por los empresarios de AEA, herederos altaneros de una raza de ladrones de tierras, y ahora son saqueadores blindados por las “leyes del mercado” y por una Justicia venal que acompañó y todavía acompaña en esta “campaña al desierto de eliminación de los pobres” a los que quieren exiliar con DNU, decretos de urgencia de apurar un proceso antes que la gente se dé cuenta, de que están cambiando “pasado por presente”, con la presunta legitimidad de un triunfo electoral, que es cierto a medias, porque la Constitución pone límites que no se pueden violentar, so pena de ser considerados traidores a la Patria, según el art. 29 de la Constitución Nacional.

Ya no alcanza con desenmascarar a los actores de la “casta”. La denuncia de la misma ya no se erige de manera vertical, desde los de abajo, hacia la clase política dirigente vista como un grupo separado de la población e impermeable a sus problemas. Se extiende de forma horizontal, en el interior mismo de la población: es la denuncia solapada de los trabajadores formales por parte de los precarizados, de los usuarios de los servicios públicos por parte de los que toman las migajas de un sistema en crisis. La expansión de la designación de casta y su horizontalidad, muestra la mancha venenosa como una denuncia capilar al interior de la población, y muestra la diferencia entre tener expectativas y la reducción e inexistencia de ellas para debilitar la resistencia y oposición de un sistema que es mucho mas perverso por parte de quienes lo ejecutan que puedan llegar a ser actores de reparto, como los que están detrás del escenario inimaginable de la política que son funcionales de un poder superior multinacional.

Por eso hay que advertir a la población el riesgo extremo de estar desinformado en cuanto a las decisiones que de por sí son en contra de los trabajadores ocupen el lugar que ocupen. Esta es una crisis que tiene la característica de implosión, hacia adentro, y que tiene la particularidad de desorganizar profundamente a todo el arco social.

¿Cómo puede el hombre común leer el clima de época cuando le dicen que no va a haber Consejo del Salario, porque los empresarios no quieren aumentar el 85%, cuando la inflación acumulada es del 268%?  Cuando le dicen que no se va a pagar el fondo de los subsidios a los combustibles de todo el país, que hace encarecer exageradamente el precio del boleto. O cuando por Ley se niegan ejecutar un 6% de el presupuesto docente junto con Fondo de Incentivo Docente. Lo toma con resignación o con una bronca indisimulada. Por eso lo que se vive en estos días es un clima de incertidumbre y que llena de angustia a millones de hogares argentinos.

¿Cómo hacer para contener los odios sociales que emergen de esta situación. Qué hacer con los ánimos de esas almas plebeyas atravesadas criminalmente por una decisión injusta y criminal? ¿Cómo organizamos una Resistencia Anti-Sistema? ¿con sacrificio? ¿Ascetismo? ¿Cómo le explicamos a los militantes de los humildes que sus vidas estarán endeudas y privadas de un Estado ausente porque ha sido “tomado” por una caterva de neoliberales, y economicistas anárquicos que atrasan en el reloj de la historia, pero que adelantan a la hora de expoliar naciones?

Pero cuidado, la sociedad “registra” los odios sociales históricos que nutrieron y aún nutren sentimiento de resistencia. Es en ese terreno afectivo y material, en esa economía de supervivencia, es donde se juega la suerte la gobernabilidad del ajuste.

Sociológicamente, desde esas vidas desorganizadas abruptamente, desde esas fracturas sociales, arrancadas de sus estabilidades precarias, con menos recursos , pero con el esfuerzo regados por el terror anímico, la Historia muchas veces dio vuelta escenarios mucho más trágicos.

No hay que menospreciar al obrero trabajador, que con menos o más destrato y ajuste , con consumo enfriado por “congelamiento” de salario, con deudas y recesión, siempre siguió trabajando. Porque el obrero es una categoría política, mas que sociológica o económica, que el poder no supo, ni lo sabrá nunca poder administrar porque nunca le importaron las clases trabajadoras. Estas mayoría populares, (que son las fuerzas del trabajo), fueron denostadas, envilecidas, saqueadas como ahora con el salario, forman ahora parte por la paralización absurda de la obra pública, que los convierte en una “ociosidad forzada”, o quizá si puede sobrevivir en un tiempo social que sigue  implosionando en sus cuerpos y en sus mentes que luchan por mantenerse a flote y poder llegar al final de la jornada y no saber si podrá mirar a su familia de estómagos reprimidos, disimulando el fracaso de no poder traer algo de lo que le pidieron.

El drama es que la incertidumbre le carcome cada vez mas por un presente que no quiere que el “futuro que se avecina” entre en su casa. Porque las mayorías cansadas son un entramado de hábitos y afectos que no le son propios en la percepción del poder.

Solo me pregunto: ¿En cuánto tiempo el pueblo de esta Nación, se decidirá a cambiar la Historia?

 

  • Porque nadie se quejo en el mandato de Alberto?????? Ahí tampoco comíamos!!!

    Es lo que voto la gente y se respetará siempre en democracia. ¿Porque nadie se quejo cuando gobierno cuatro años Alberto?????????