Lemesoff destacó que en los últimos dos o tres años se manejaron con el Pami con una previsibilidad y una estabilidad que les ha permitido cubrir en tiempo y forma los sueldos, los servicios, los honorarios y hasta les permitió algunas mejoras edilicias en el sanatorio.
Pero eso se revirtió y se deterioró a tal punto que debieron acudir a todo tipo de maniobras para mantener el sanatorio en funcionamiento. Lemesoff sostuvo que debieron pedir prestado a los médicos, apelar al descubierto en los bancos y hasta acudir a las cuevas financieras para cubrir el déficit.
Mientras tanto, solicitaron una reunión con el nuevo titular de la UGL (Unidad de Gestión Local) del Pami, Guillermo Deymonnaz, quien asumió el 13 de marzo pasado. El encuentro se concretó una semana más tarde. Quedaron en juntarse a la semana siguiente. Pero, desde ese entonces, transcurrieran 15 días sin más novedades.
“Es la primera vez desde que estoy como presidente y, recabando información, nunca ha habido una situación similar”, dijo el médico. Lemesoff dijo que en la anterior gestión había un dialogo permanente, casi diario, mediante el cual desde el sanatorio les resolvían los problemas a la obra social y viceversa. Pero en esta gestión se observa solo “silencio” y “falta de respuestas”.
En el Concordia hay una cápita de 15.000 afiliados a la obra social. De un total de casi 60 plazas para internación, los afiliados al Pami ocupan diariamente entre 40 y 45 camas. Además, cerca de 90 afiliados se atienden a diario en la guardia y aproximadamente de un centenar de cirugías se practican por mes.
Además, el medico destacó que es el único prestador para consultas ambulatorias a los afiliados al Pami como cardiología o gastroenterología. Pero, para ello, deben afrontar demoras de dos semanas a un mes para conseguir un turno. Lemessof dijo que pasa lo mismo con afiliados de otras obras sociales. Y eso se debe en parte, al establecimiento de cupos mensuales por parte de los médicos para atender a los afiliados de tal o cual obra social. Por ejemplo, un cardiólogo puede decidir atender a 10 por mes de Pami, 30 de Iosper y el resto de las otras obras sociales ya que, de lo contrario, se satura de consultas de las dos primeras. La decisión se adopta en base a que el valor de la consulta lo consideran bajo y también a la falta de especialistas que padece la ciudad.
La Cámara de Sanatorios de la Costa del río Uruguay que nuclea a los prestadores privados de ciudades como Villaguay, Colon, concepción del Uruguay y Gualeguaychú, están atravesando la misma situación. Se reunieron entre todos firmaron una nota pidiendo una reunión, pero no obtuvieron respuesta a la fecha.
Por último, el médico señaló que la idea es gestionar hasta el último instante para evitar el corte de las prestaciones y de las internaciones ya que no hay ninguna institución, tampoco el hospital Masvernat, que tenga 50 camas para internación disponibles para los afiliados al Pami.