Cuando Javier Milei, en junio, visitaba Alemania, se reunió con el canciller Olaf Scholz y recibió la medalla al mejor alumno (como serían los otros) de parte de la Sociedad Von Hayek. Esta sociedad es un think tank que fue aumentando sus conexiones con el ascendente partido de ultraderecha alemán AfD (Alternativa für Deutschland, Alternativa para Alemania), fundada en Friburgo en 1998 por figuras de diferentes ámbitos del liberalismo conservador alemán. Milei recibió la medalla que ya han recibido otros 38 galardonados alemanes y extranjeros. La asociación lo premió por ser un “ambicioso reformador en el espíritu de Hayek y la escuela austríaca de economía”.
En realidad, la fundación tiene “peso” en el tejido del internacionalismo reaccionario, a través del aporte de dinero, el tráfico de ideas, y la “socialización”, no de los pueblos sino para conocerse entre los congéneres. En Argentina, este rol fue decisivo para la conformación de La Libertad Avanza antes y durante la pandemia.
La Fundación Hayek terminó corriéndose cada vez más a la derecha al mezclarse con el partido extremo AfD, con el que mantiene estrechas vinculaciones y que se considera que la sociedad está infiltrada por los «ultras». La vicepresidenta del bloque de la AfD en el Parlamento Alemán, Beatrix von Storch, condesa y nieta del exministro de Finanzas del nazismo, tiene un rol clave en la Hayek, junto a congresistas como Peter Boehringer y Alice Weidel. Otro congresista de la Hayek es Michael Limburg, vicepresidente del instituto EIKE, negador a ultranza del cambio climático, que influyó sobre Milei, ignorante supino sobre el tema, pero negacionista al fin.
A esta asociación le preocupaba que las «nuevas imágenes del enemigo» de la mayoría de sus integrantes ya no fueran solo los socialistas y los keynesianos, sino también la democracia, el feminismo, la pluralidad, la homosexualidad y el ateísmo. Se habló de una infiltración reaccionaria. Desde 2018, la AfD fue puesta en vigilancia por la Oficina Federal para la Protección de la Constitución por sus posiciones extremistas.
El abogado Ulrich Vosgerau es el representante legal del Consejo de Desiderius Erasmus, fundación de derecha cercana a AfD, que elaboró un plan para expulsar de Alemania a millones de inmigrantes e incluso a descendientes de alemanes en caso de llegar al poder (racismo puro).
El aterrizaje de Milei en Alemania sucedió tras la buena elección de la AfD en los comicios del Parlamento Europeo, donde se convirtió en la segunda fuerza política detrás de la CDU (Unión Cristiano Demócrata). El poder institucional de que gozan es enorme, porque las fundaciones políticas alemanas tienen acceso al financiamiento público. Estas fundaciones tienen mucha incidencia en América Latina, inclusive con partidos de izquierda vinculados con la Rosa Luxemburgo, cercana al partido Die Linke, la Friedrich Ebert, del partido Socialdemócrata, y la Heinrich Böll, asociada al Partido Verde.
Para darse una idea de lo extrema que es la AfD, basta saber que por su propuesta racista, antiinmigración y sus vínculos con asociaciones neonazis, el mismo parlamento le negó la entrega de fondos públicos para su fundación. Las fundaciones Naumann, Seidel y Adenauer han sido claves para el ecosistema de las ultraderechas latinoamericanas. Fueron fundamentales para la creación de redes regionales de think tanks como la Red Liberal para América Latina.
En Argentina, estas fundaciones generan alianzas estratégicas con otras organizaciones, como la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, que promueve foros de discusión y difunde a influenciadores de ultraderecha como El Gordo Dan, Tipito Enojado, y Mamela Fiallo, entre otros hostigadores y adeptos a las fake news.
Ahora, bajo la administración de Milei, hacen lo que hizo Macri: armar un tejido territorial con militancia por abajo, cuadros técnicos, asesores de branding y marketing político, además de contar con entramados supranacionales que permanecen en un discreto segundo plano. Una constelación amplia de think tanks repartidos por las provincias, nodos regionales y redes globales que aportan a los partidos y a sus referentes, difusión y una agenda común. En esa constelación, las fundaciones alemanas jugaron un papel decisivo.
Así actuó el PRO, y además su acción se extiende a otros cuadros del gobierno. Hace años que jóvenes de pañuelo celeste, exmacristas reconvertidos en la Fe Libertaria, e incluso Javier Milei y su vice Victoria Villarruel, reciben el “auspicio” de la Fundación Friedrich Naumann, la Konrad Adenauer y la Hanns Seidel.
Desde hace una década, la Fundación Hanns Seidel promueve el programa de formación para jóvenes dirigentes de la Acción Civil Frente Joven, espacio político ultraconservador integrado por referentes de La Libertad Avanza. Entre ellos se destaca el diputado Santiago Santurio, quien estuvo en España junto a Milei en el evento de ultraderecha internacional VIVA24.
En 2016, el diputado del PRO Martín Maquieyra propuso declarar de interés un programa con el auspicio de la Seidel y de la Universidad FASTA, la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa y el Municipio de San Miguel, territorio de los militantes Pro Vida, Joaquín y Pablo de la Torre, a quienes luego se les concedieron cargos nominales por más de $1.000.000 cada uno.
La Fundación Friedrich Naumann es una prolongación del Partido Democrático Alemán. La Naumann argentina es la filial para Brasil, Paraguay y Uruguay. Ya en los primeros años de este siglo, invitaba asiduamente a Ricardo López Murphy y a la «todo terreno» Patricia Bullrich. En 2004, tras su desastrosa gestión con De la Rúa, Bullrich tomó contacto con la Naumann en un congreso sobre políticas liberales, donde disertó sobre empleo y organización sindical.
Hacia 2014, los contactos se diversificaron y construyeron alianzas con Federalismo y Libertad. En 2016, la Naumann promueve a tres figuras que luego fueron claves para La Libertad Avanza. En febrero de ese año, la Naumann y FyL organizaron la presentación del libro de Victoria Villarruel «Los otros muertos: Las víctimas civiles del terrorismo guerrillero», con la participación de Carlos Manfroni, compañero de Bullrich en el Instituto de Políticas Estratégicas.
Un mes más tarde, por si los condimentos de la derecha argentina eran escasos, la Naumann, FyL y su escuela de formación Alberto Benegas Lynch organizaron un curso de economía austríaca, exhumada del paleozoico, donde el disertante fue nada menos que Javier Milei. Como si fuese una revelación, en el aniversario del 25º de la Naumann, asistieron al evento personajes como López Murphy, Patricia Bullrich, Domingo Cavallo, el todo terreno Miguel Ángel Pichetto y la ahora canciller Diana Mondino, dueña del Banco Roela en Córdoba.
Para finalizar, ya que el circo da para todo, en la fiesta de fin de año de ese 2016 plagado de convenciones, la Fundación Neumann organizó el evento en la famosa discoteca New York City. ¿Y saben qué cantaban? ¡**»Espert Presidente»!
Marcelo
Señor periodista, la sigue pateando a la tribuna. Las analogias historicas tienen limites, y la vinculacion forzada confunden. Milei es el producto del peronismo podrido, de los medios de incomunicación de masas y de los fascistas de Pro y socialdemocratas de la ucr. Milei y su banda son la sintesis del capitalismo en colapso del capitalismo, alimentado. Milei no es nada ni tiene nada, es el garante del personal politico de la burguesia que ha gobernado y gobierna. Deberian dejar el estalinismo que mucho mal ha hecho desde el 30, y empezar a revisar. Saludos