Dirigentes de las organizaciones que estaban detenidos en las cárceles de la dictadura, en la zona más austral del país, organizaron una fuga masiva, pero no lograron su objetivo. El operativo conjunto se puso en marcha el 16 de agosto del 72, pero fracasó y solamente seis de ellos lograron tomar un avión que los llevaría a Chile. El grupo más numeroso no pudo salir de las puertas del presidio porque no llegaron los vehículos que se esperaban y otro grupo se rindió ante los represores en el aeropuerto.
Eran 19 militantes que desde allí fueron llevados a la Base Almirante Zar en Trelew, a pesar de que pidieron ante jueces y autoridades que se hicieron presentes, volver al penal de Rawson y el pedido fue otorgado. Desde ya que el acuerdo no fue cumplido y los llevaron a la base naval. Hasta que el 22 de agosto, a las tres de la madrugada, fueron sacados de sus celdas y ametrallados. El más “viejo” de las víctimas tenía 30 años. Sólo sobrevivieron tres: María A. Berger, René Haydar y Alberto Camps.
La represión oficial continuó luego sobre la población que se solidarizó con los prófugos del penal, que fue reprimida y tuvo una respuesta posterior que, de contundente, dejó sin palabras y argumentos a los gobernantes y jefes militares de toda categoría y tanto a nivel regional como nacional. La pueblada fue conocida como el Trelewazo.
Vecino
Gracias Ricardo por sumar a esta lucha contra la ignorancia, el desprecio y el salvajismo que se impone desde el poder, en todas sus formas. Hago extensivo a Claudio, que juntos convierten a este medio en una referencia, una brújula, ante al avasallamiento de la razón en manos de la política como negocio. No exculpo a gran parte de la sociedad, responsable de esta demencia social consentida. Cuesta esperanzarse ante lo irreversible de esa ‘roca’ que una y otra vez debemos cargar, sabiendo que se va a venir barranca abajo una y otra vez. Quizás en ese pequeño instante en que logramos llegar a la cima sean las utopías que nos merecemos. GRACIAS MONETTA. GRACIAS JUNIO