Fernando Cabrera, secretario gremial de Ate Concordia, señaló esta mañana que hace dos semanas mantuvieron una reunión los delegados junto a la comisión directiva de ATE, la mayoría del personal y el director del hospital, Exequiel Ortiz. Uno de los puntos planteados fue la cuestión edilicia. «Sabemos que viene desde hace años. Esa gestión recién arrancó y ellos aducen que va a llevar un tiempo», remarcó.
Cabrera explicó que la urgencia en este momento es recomponer el servicio de cocina. «Los chicos han planteado que hay falta de inversión en la cocina donde se cocina para todos los pacientes, sobre todo de internación y el personal que está las 24 horas», indicó. El gremialista sostuvo que hace falta inversión en equipamiento, pintura, utensilios, etc. «Hay utensilios viejos que hay que ir renovándolos», mencionó. «Se les complica pero cocinan con lo que pueden, con lo que tienen», indicó.
Por su parte, Gastón Walton, trabajador y delegado de ATE, indicó que la cocina no debería funcionar ya que no están dadas las condiciones de seguridad e higiene que se pretende para esa área. «Lo primordial es el acondicionamiento del lugar, la parte de materiales e insumos que es lo que vienen peleando los compañeros hace rato», indicó. Walton sostuvo que se necesitan ollas y otros elementos. A su vez, indicó que se han comprado cocinas pero no tienen el mantenimiento que necesitan y se van deteriorando con el tiempo. También falta higiene. «Se trabaja mucho con grasa y siempre tienen la problemática que están tapándose los desagües porque son viejos, pensados para los años 50 o 60 pero siguen funcionando», dijo.
Filtraciones por doquier
A su vez, Walton explicó que el aspecto edilicio del nosocomio acusa el desgaste propio de un edificio centenario. En ese sentido, los problemas no son nuevos. «De gestión en gestión se vienen haciendo parches sin darles una solución concreta a la problemática en cada área que hay del hospital», remarcó.
Carina Martínez, delegada de ATE, dijo que en el área de Salud Mental carecen de baños para los pacientes. «Hay diez baños pero solo funciona uno por falta de insumos», indicó. A su vez, también tienen humedad o se filtra agua desde las cañerías antiguas del piso de arriba correspondiente al área de internaciones. De por sí, la mujer sostuvo que es un sector «bastante delicado» debido a la patología de los pacientes que deben tratar. Teniendo sanitarios en ese sector, «deben ir hasta la otra punta del hospital». «Somos una institución pública y los pacientes merecen estar cómodos y confortables», indicó.
Martínez remarcó que lo mismo sucede con el área administrativa ya que trabajan con mucha humedad en las paredes. En el baño que ocupa el personal administrativo también cae agua. «La verdad es que es lamentable», dijo. Al mismo tiempo, remarcó que el déficit edilicio no es de esta gestión sino que viene desde hace años. Pero sostuvo que lo que ha hecho cada administración son «parches», un «lavado de cara». «Con pintura no se soluciona nada».
Persianas trabadas
Por su parte, Erika Leitez, delegada del área de enfermería, sostuvo que en las salas de internación, que son pabellones de varias camas, las persianas de las ventanas se traban arriba y no bajan. «Ahora viene el calor y afecta el sol. En invierno, afecta el viento y el frío», dijo. «Son salas grandes. El aire acondicionado y la calefacción no dan abasto», indicó.
Pero además, en verano reciben pacientes contagiados de dengue. En las salas hace calor pero no se bajar las persianas para que no ingrese tanto sol. A su vez, tampoco pueden abrirlas porque entran los mosquitos. Cuando hace el reclamo, la respuesta es invariable: les piden paciencia. «Que ‘de a poco se van a ir solucionando’ o que ‘no baja plata de Nación’, que ‘están manejando la misma plata, priorizando la compra de medicación o de insumos para mejorar la calidad de atención'», remarcó Leitez.
Siguiendo esa línea, la reparación de un elemento puede llevar meses. Por ejemplo, se había roto el termotanque del baño de mujeres de la sala de Clínica Médica en noviembre de 2023. «Hoy recién están instalando el termotanque», dijo la enfermera esta mañana. Durante casi un año, el personal femenino debía bañarse en el baño del personal masculino.
En el lavadero, las condiciones de trabajo son «bastante precarias». «En el invierno no tienen calefacción. Del gremio se han donado estufas», dijo Martínez. En tanto, Walton sostuvo que el lavadero funciona en un sector que da al patio del nosocomio. El techo es de losa y, con el correr de los años, se fue deteriorando. “En un principio se pensaba como un lugar donde tender la ropa, que no tenían como secarla y ahora, con maquinarias, con estufas en caliente, meten la ropa, la secan ahí, la sacan arriba a ventilarla, nada más”, remarcó Walton.
En el sector de Farmacia, ubicado en planta baja pero sólo está recubierto por una terraza, había filtraciones de agua. Walton sostuvo que los empleados debían esquivar los charcos de agua. “Era impresionante como caía agua; no era que goteaba: caía agua”, señaló Walton. “Hace poquito terminaron de techar esa parte para darle una solución”, indicó.
En otro sector, en el consultorio 12 (Infectología) se habían hecho arreglos, señaló Leitez. “Acondicionaron el consultorio pero, debido a la filtraciones de agua, se llenan de humedad las paredes. Los arreglos que se hacen son en vano. Se caen pedazos de techos y corren riesgos el personal y los pacientes”, acotó la delegada.
Demanda cada vez mayor
Más adelante, Cabrera sostuvo que desconocen si las partidas para el funcionamiento se han aumentado en esta gestión. «Lo que ellos notan es la creciente demanda de pacientes», indicó Cabrera. En ese sentido, muchas personas que dejaron de tener obra social se han volcado a la salud pública. «Al crecer la demanda, es mucho mayor el insumo que necesita el hospital para poder cumplir con la demanda que tiene la sociedad», dijo Cabrera. Según explicó, faltan medicamentos e insumos descartables.
DIARIOJUNIO intento dialogar con el actual director, Exequiel Ortiz, quien se hizo cargo del nosocomio tras la destitución de su antecesor Julio Greco. Esta mañana, desde la Dirección explicaron que Ortiz estaba reunido con la responsable de Infectología por la temática del dengue y no podía atender la requisitoria periodística. Ortiz, a mediados de año, dijo a un medio de prensa que otorgaba unos 400 turnos diarios y atendía a unos 5.200 pacientes en consultorios externos por mes, en promedio. No obstante, esta mañana Walton calculó que se atienden a unos 10.000 pacientes por mes. La cifra concuerda con lo que señalaba el ex director del Heras, José Cáceres, quien en septiembre del año pasado aseguraba que antes de esa fecha se atendía de 3.000 a 4.000 pacientes por mes y luego la demanda subió a más de 10.000. “Sólo la guardia más de 5.000 mensuales”, indicaba Cáceres.
A pesar del incremento de la demanda, “se sigue recibiendo casi la misma partida para insumos o medicamentos”, dijo Walton. Además, sostuvo que los directivos que han pasado por el Heras siempre se quejan de que no les envían partidas. «Si se cierra o si lo siguen dejando caer, mucha gente va a padecer la falta de este hospital. La verdad es que es lamentable», remarcó Martínez. “Uno que trabaja todos los días ve cada vez más gente”, indicó, por su parte, Walton. “Para la Zona Sur es importantísimo porque abarca un montón de barrios. Si este hospital no funcionaría, no sé qué haría la gente de esta zona”, añadió. Y le sumó que ir al Masvernat solo incrementaría la demanda de un nosocomio que “ya está colapsado”.
Y Leitez agregó que cada vez vienen más personas en procura de atención. “Viene gente con Pami, con Iosper, con obra social que vienen a la guardia, a los consultorios externos. Las internaciones de Pami se hacen por lo general porque no hay cama en los sanatorios como el Concordia o en el (hospital) Masvernat”. Al menos, la delegada dijo que cuando se solicita una medicación, “en lo posible te lo tratan de comprar”.
Malestar por salarios y jubilaciones
Por último, cabe acotar que hay malestar por la situación salarial de los empleados de salud y por la reforma de la Caja de Jubilaciones. Por un lado, hubo un ofrecimiento de aumento de parte del gobierno que fue rechazado por ATE. De todas formas, la propuesta será puesta a consideración de los empleados de salud en toda la provincia. Cabrera dijo que ese proceso debe realizase antes del 14 de octubre, cuando se realice la próxima reunión paritaria. Pero evaluó de antemano que seguramente la oferta será rechazada y se pedirá una mejora.
Por otra parte, hay reclamos respecto de los jubilados. “Hoy hay un bono de $ 40.000 que los compañeros jubilados no lo han recibido. Al no ser remunerativo y bonificable, no lo percibieron”, dijo Cabrera. “Ya hay un proyecto presentado en la Cámara de Diputados por esta gestión del gobernador (Rogelio) Frigerio. Estamos totalmente en contra y no vamos a permitir que toquen la Caja ni la modifiquen. Ellos no quieren decir que es una reforma sino que es una modificación pero es lo mismo. No hay una modificación en ningún lugar del país que no sea perjudicial para los trabajadores”, dijo el secretario gremial.