Que la facción de Hezbolá existe es cierto. Pero hay que recordar a los de memoria corta que Hezbolá fue una creación del Mossad israelí, para combatir en el frente sirio, donde actuaban otros yihadistas, para quedarse con el petróleo de esa nación árabe, y que fueron repelidos por las fuerzas rusas. Lo mismo que Hamás fue una creación de EE. UU. e Israel para destronar a las fuerzas de Al-Fatah, lideradas por Yaser Arafat. Por eso uno se pregunta, ¿quiénes son los verdaderos «terroristas»?
Ahora tenemos la «versión» oficial del ejército de Israel de por qué ha atacado de forma tan intensa desde el 20 de septiembre a la fecha en el sur del Líbano. Según dicen, los libaneses esconden lanzamisiles de largo alcance en sus propias casas. Esta explicación oficial pretendía justificar la matanza de 492 personas, incluidas mujeres y niños, además de 1.645 heridos en ¡un solo día de ataque! Esa explicación acompaña todas las noticias de esas matanzas indiscriminadas, lo mismo que pasa en Gaza, que ya lleva más de 42.546 muertos, entre ellos más de 11.000 niños.
Hay que tener en cuenta las declaraciones del presidente israelí, Isaac Herzog, el 13 de octubre pasado, cuando afirmó que NO hay civiles en Gaza y que hay toda una nación ahí afuera que «es responsable». ¿Responsable de qué? ¿De defender su territorio, que es ocupado ilegítimamente? Pero el Estado sionista israelí hace esto cada vez que lanza un ataque contra cualquier nación palestina o árabe. En lugar de obviar a los civiles y las infraestructuras civiles, como hospitales y escuelas, de su banco de objetivos, convierte a la población civil en los principales objetivos de su guerra, con el objeto de insuflar terror en sus habitantes para que abandonen su territorio.
Solo los medios de comunicación israelíes y sus aliados en Occidente siguen encontrando justificaciones de por qué civiles palestinos, y ahora libaneses, están siendo masacrados en gran número. Pero no les ha salido gratis. Pretendieron entrar con fuerzas terrestres en la frontera sur del Líbano y fueron repelidos con fiereza por las fuerzas de Hezbolá, en un combate cuerpo a cuerpo, como aconteció en 2006, donde fueron derrotados. Entonces recurrieron al estilo yanqui: bombardeo generalizado, arrasando con todo. Hay que fijarse en las declaraciones del portavoz militar israelí, Daniel Hagari, relativas a Gaza y el Líbano: «Hamás utiliza los hospitales para hacer la guerra y utiliza de manera constante a la población de Gaza como escudos humanos».
Absolutamente incomprobable e ineficaz de todas maneras. De tal magnitud es la desinformación, que afirmó que la masacre del hospital Bautista no fue obra de la milicia de Israel, que un cohete mató a 500 refugiados e hirió a otros cientos, sino que fue un cohete palestino el autor. (¿?) Todas las pruebas, incluidas las investigaciones de Derechos Humanos Internacional, concluyeron lo contrario. Si nos retrotraemos al fatídico 7 de octubre, en el famoso ataque de Hamás, cuando Israel hizo afirmaciones sobre bebés decapitados y violaciones masivas, se demostró que esas afirmaciones eran erróneas, pero sirvieron para difundir la narrativa falsa por todo el aparato comunicacional de Occidente. Además, nunca se encontró ningún cuartel general de Hamás debajo del hospital Al-Shifa, pero se sigue repitiendo como si fuese verdad absoluta. Incluso de la narrativa participa la BBC, ya que utiliza las afirmaciones de Israel para difundirlas como verdad por el prestigio que tiene la emisora.
Por eso el asesor de EE. UU., Jake Sullivan, describió los bombardeos sobre el Líbano como «justicia cumplida». A confesión de parte, relevo de pruebas…
Hay que distinguir que el Líbano es un estado soberano árabe. Gaza es un territorio ocupado y su población está protegida por la IV Convención de Ginebra. Por eso, ni la vida de los libaneses ni la de los palestinos carece de valor, y no debe permitirse su asesinato en masa por ningún motivo, incluso sobre falsedades evidentes, que esconden otro propósito geopolítico muy importante que luego describiremos.
Pero hay algo muy importante que la mayoría del público desconoce: «Tuve la oportunidad de ver un video donde un importante político le pregunta al canciller británico de hace algunos años acerca de la Declaración de Lord Balfour de 1917 sobre la adjudicación de determinado territorio en tierras palestinas para el asentamiento de colonos judíos europeos, teniendo en cuenta de no entorpecer a los habitantes ya establecidos». Esa declaración, con firma y sello de lacre, está en el edificio de la Cancillería Británica en Londres. ¿Se cumplió?