Director: Claudio Gastaldi
Concordia
domingo 8 de septiembre de 2024
Nota escrita por: Ricardo Monetta
lunes 8 de julio de 2024
lunes 8 de julio de 2024

Javier Milei: El Operador “Títere” del Imperialismo

Hoy, 8 de julio de 2024, se debería llevar a cabo la Cumbre del Mercosur en Asunción, Paraguay. Este bloque continental tiene una enorme importancia estratégica de reciprocidad entre los países del Sur Global de América Latina. Sin embargo, nuestro Presidente decidió no concurrir, no dar la cara luego de haber despotricado contra los gobiernos de Venezuela, Colombia, Bolivia y, principalmente, Brasil, a cuyo presidente tildó de comunista y corrupto. Omitió decir la verdad: que Lula da Silva había sido objeto de una operación de "lawfare" por el juez Sergio Moro, quien después tuvo que renunciar, pero no sin antes haber sacado de la cancha electoral a Lula, permitiendo que Bolsonaro obtuviera de manera fraudulenta la presidencia de Brasil.

Lula contestó que no hablaría con él hasta que no pidiera perdón. Milei, como buen vasallo del Imperialismo, expresó: “¿Desde cuándo hay que pedir perdón por decir la verdad?”. Doble error. Pero su ceguera diplomática no paró con Lula. Ya que en anteriores ocasiones, ante los pedidos de disculpas de otros gobernantes, como el español Pedro Sánchez, el mexicano López Obrador o el colombiano Gustavo Petro, reiteró sus insultos a diestra y siniestra. Pero esto no es casualidad. Hay otras razones más profundas donde intereses regionales tienen que ver con la geoestratégica del Imperio. En medio de su decadencia, quiere asegurarse ahora sí el dominio regional con sus ingentes recursos naturales. Y si no, fíjense: apenas días después de la visita de William Burns, jefe nada menos que de la CIA de EE. UU., Milei, de acuerdo a las instrucciones, se embarcó en los grotescos ataques a los mandatarios progresistas antes mencionados, en un evidente intento contra los procesos de integración regional.

No hay nada más evidente que las relaciones diplomáticas del gobierno argentino han dado un vuelco profundo y peligroso a partir de la asunción de Milei al Gobierno. El mismo López Obrador recordó que Milei trató de comunista al mismísimo Papa Francisco y lo llamó representante del Maligno en la tierra. Milei no se cansa de mencionar a Moisés (a pesar de que no era un liberal, sino un dictador que distribuyó a dedo tierra ajena, pero jamás en régimen de propiedad privada), pero no cita a Jesús porque es “demasiado comunista para su gusto”.

A su vez, Lula, con la diplomacia que lo caracteriza, le hizo una recomendación a Milei: “Ningún presidente debe crear cizaña entre Brasil y Argentina, porque el pueblo brasileño y el pueblo argentino son más importantes que los presidentes”. Y prosiguió: “Si el Presidente de Argentina quiere gobernar Argentina, está bien. Pero que no intente gobernar el mundo”.

¿Y cuál es el objeto del “encomendero” Milei? Desarmar una construcción que ayudó a industrializar la región, convertir a Sudamérica en una zona de paz. Más allá de su decisión de vivir en recesión, esta decisión de destrucción de la cooperación e integración regional es otra herramienta para atacar a Brasil, que es parte fundacional del bloque de los BRICS (Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica), que ya manejan el 40% del comercio internacional y pronto dejarán de usar el dólar de EE. UU. como moneda de comercialización. El progresista presidente de Brasil, Lula da Silva, y el anarcocapitalista mandatario argentino todavía no han mantenido ninguna comunicación, ya que el inicio de la extrema frialdad se remonta a la campaña electoral argentina, cuando Milei le hizo una reseña ofensiva hacia Lula, tratándolo de comunista y corrupto, y amenazó con romper relaciones diplomáticas, ignorando que Brasil es el receptor del 45% de las exportaciones argentinas. O sea, “pegarse literalmente un tiro en los pies” de su propia economía.

Ambos asistieron a la reunión del G7 en Italia, pero solo intercambiaron un saludo protocolar. Ahora, con este desprecio al no concurrir a la Cumbre en Asunción para reunirse con Bolsonaro en otra localidad brasileña, es una clara evidencia de que estar bajo el “ala supuestamente protectora” de EE. UU. no le garantizará flujos de capital, los cuales anda mendigando por el mundo.

También Milei desairó a China, uno de los principales socios comerciales de Argentina, pero tuvo que retroceder cuando Xi Jinping le reclamó los US$ 6.000 millones de dólares que Argentina le debe a China. Primariamente, lo había citado al mismísimo Milei el día 4 de julio (el día de la Independencia de EE. UU.) y debía cumplir con el protocolo chino de colocar una ofrenda floral en la tumba de Mao Tse Tung, el fundador de la República de China. Hubo febriles negociaciones para que ello no ocurriera. Y el presidente chino, dando una muestra de dignidad y cooperación, le prorrogó el pago y evitó hacerle pasar un papelón, sobre todo ante sus “amos del norte”.

Milei, siguiendo las instrucciones de la Embajada, está “desargentinizando” la política diplomática exterior de nuestro país. Le está quitando la identidad al Mercosur y, sobre todo, al rescate de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional, despreciando el prestigio ganado por Argentina con la política de Memoria, Verdad y Justicia. Milei cree que su alianza estratégica con EE. UU. e Israel lo hará entrar en el mundo de las grandes decisiones internacionales, sin saber las consecuencias trágicas en un mundo donde la escalada bélica por parte de los supremacistas blancos (OTAN más EE. UU.) nos están llevando al peligro de una nueva conflagración mundial.

Es muy triste decirlo, pero estamos en manos de un insolvente gubernamental que está ayudando a la “balcanización” de nuestra patria a través de una legalización bastarda obtenida con extorsiones a gobernadores políticamente cobardes y a legisladores cínicos y traidores, quienes, como Cristo, por “treinta dinares”, venden su patria. Pero recuerden: ¡Roma no paga traidores! El pueblo se los hará recordar.