La división que más subió fue Educación, con un aumento del 21,6% a raíz del comienzo del ciclo lectivo y los ajustes de cuotas en todos los niveles educativos. Le siguieron Alimentos y bebidas no alcohólicas, que trepó un 5,9%, impulsado por incrementos en productos de consumo cotidiano como verduras, tubérculos y legumbres, y carnes y derivados.
A su vez, esta categoría fue la que tuvo mayor incidencia en todas las regiones del país, con una suba promedio del 3,2%, lo que refleja el peso que sigue teniendo la canasta alimentaria en los hogares argentinos. También se destacaron aumentos en Prendas de vestir y calzado, y en el rubro Restaurantes y hoteles.
Por el contrario, los aumentos más bajos se registraron en Bebidas alcohólicas y tabaco (0,8%) y en Recreación y cultura (0,2%).
En cuanto a las categorías analizadas, los precios estacionales lideraron la suba con un 8,4%, mientras que tanto los precios regulados como el IPC núcleo se ubicaron en 3,2%.
Un repunte que preocupa
El incremento de marzo representa un punto de inflexión tras varios meses de relativa calma, y pone en duda la sostenibilidad de la desaceleración inflacionaria. La suba estuvo en parte explicada por factores estacionales, como el inicio de clases, pero también por el arrastre de aumentos previos en alimentos y servicios.
El repunte de precios ocurre en un contexto donde las tarifas de los servicios públicos vuelven a actualizarse: en abril, el Gobierno autorizó subas de 1,8% en luz, 1,7% en gas, y 1% en agua, además de un aumento promedio del 1,75% en la nafta.
A pesar del dato negativo de marzo, el Gobierno destaca una caída de la pobreza y la indigencia en el segundo semestre de 2024. Según cifras oficiales, la pobreza bajó al 38,1% (14,8 puntos menos que en el primer semestre del mismo año), mientras que la indigencia se ubicó en el 8,2%, con una baja interanual de 3,7 puntos. No obstante, los indicadores siguen mostrando altos niveles de desigualdad: el 51,9% de los niños menores de 14 años es pobre, mientras que entre los adultos mayores de 65 años, la pobreza descendió al 16%.
Con este panorama, la inflación vuelve a situarse como un desafío central para la política económica del gobierno de Javier Milei, en un año en que las variables externas —como el impacto de la guerra comercial entre EE.UU. y China, y la incertidumbre en los mercados, podrían seguir presionando sobre los precios internos.