“Desde septiembre que no me dan la insulina, y ahora, si tengo suerte, me la darán el mes que viene. Eso me provocó un coma diabético. Estuve internado y casi me muero por no tener la medicación”, expresó Mauro, enfatizando la gravedad de su condición. Con problemas de salud crónicos, que incluyen complicaciones renales y cardíacas, su situación se vuelve aún más crítica.
Mauro es un paciente que vive con una discapacidad significativa, ya que tuvo que amputarse la pierna derecha en 2023 debido a complicaciones relacionadas con la diabetes. A pesar de estar empadronado como discapacitado y contar con un certificado oficial, su experiencia con el IOSPER es compleja. “A pesar de que tengo el carnet de discapacidad, no tengo beneficios reales. Todo lo que me hacen lo tengo que pagar, excepto las órdenes médicas. Es un mito que todo es gratis para los discapacitados”, aseguró.
La falta de insulina no solo ha impactado en su salud física, sino que también ha generado un estrés emocional significativo. “Estoy con 500 de azúcar y a un paso de otro coma diabético. Estoy aguantando, pero la situación es insostenible”, comentó Mauro, que ha tenido que buscar insulina a través de amigos y conocidos: “Conseguí jeringas por mi cuenta, porque el IOSPER no me dio nada”, añadió, reflejando la lucha constante que enfrenta para sobrevivir.
El proceso burocrático para acceder a los medicamentos y tratamientos es, según Mauro, un obstáculo adicional. “Para recibir mi medicación, tengo que hacer trámites complicados, y a menudo no tengo la fuerza ni la energía para hacerlo solo. Vivo en un barrio nuevo del IAPV, y el costo del transporte hasta el centro es alto. A veces, tengo que esperar a que mi hermano, que trabaja todo el día, tenga tiempo para ayudarme”, explicó.
“Cuando fui a reclamar a la farmacia, me dijeron que el IOSPER no había entregado la medicación y que me llevara la receta de octubre. La insulina que necesito no me la han dado, y el tiempo sigue pasando. No soy el único, a muchas personas les pasa lo mismo. No podemos quedarnos sin medicación, como si no importáramos”.