Entrando en materia, y tratando de explicar el título de esta nueva puesta en escena ya repetida de lo que significa una «Guerra Fría».
Vayamos al punto: En 2014 cuando se produce el golpe de Estado en Ucrania dado por los sino-nazis ultranacionalistas, derrocando al Presidente Constitucional Vacunovich, erigiendo en forma transitoria a Porochensko y luego con una simulación electoral al ya conocido actor cómico Zelenski, en una asonada dada en llamar la Plaza de Euromaidan, donde la mismísima Victoria Nuland, Subsecretaria de Defensa de EEUU, dirigía los acontecimientos, terminando de consumar una estrategia de EEUU y la OTAN para provocar a Rusia, para tener un pretexto de extender el conflicto de tal manera que Ucrania pudiera acceder a la OTAN y poder tener un espacio físico apto al alcance de los misiles hacia Moscú. De ahí en más las huestes de Ucrania comenzaron a atacar la región del Dombas, en el límite con Rusia, habitados por rusoparlantes, que luego mediante un plebiscito pasaron a depender de la Federación Rusa. Durante ocho años, la región del Dombas fue bombardeada causando 14.000 muertos civiles, incluyendo mujeres y niños; hasta que Putin dijo basta y traspasó las fronteras y pasó lo que todos sabemos lo que pasó.
Ya en 2014, Michael Gorbachov, ex presidente de Rusia, decía que hay que «construir un sistema de seguridad que incluya a EEUU, Canadá, Rusia, y a los países europeos. Evidentemente no tenía en mente los planes de EEUU que través de la Rand Corporation, un sistema de planeamiento estratégico, había delineado un plan de provocación a Rusia, utilizando a Ucrania, como opción de guerra delegada, comenzar una operación de debilitamiento de Rusia con una guerra prolongada y propiciar el asalto final. Para entonces la población de Crimea y la ciudad de Sebastopol, habían aprobado su adhesión a Rusia en un referendo. Gorbachov esta de acuerdo con Putin que afirma que luego de la anterior guerra fría, los países occidentales se habían comportado como «nuevos ricos»; y comenzaron a limpiarse las botas en Rusia, como si fueran un felpudo. Elogiaban por entonces al alcohólico de Boris Yelzin mientras Rusia estaba postrada en manos de una plutocracia autoritaria. Ahora ha corrido mucha agua bajo el puente desde la unificación alemana, y su incorporación a la OTAN, y la disolución de la antigua Unión Soviética.
Cuando todo eso no había ocurrido, pero era inminente, e inevitable en julio de 1989, Gorbachov habló en el Consejo Europeo y ofreció a la OTAN el retiro de los misiles nucleares de corto alcance, porque decía el entonces presidente ruso, que el desarme debe ser el pilar de la construcción de la «casa común» entre Rusia y Europa. Tres años después, de la disolución de la URSS, Gorbachov habla en un coloquio en la Sorbona en tema: «Adónde va el Este»?. Entonces propone un Consejo de Seguridad para Europa. Dice compartir la visión de De Gaulle, quien concebía a Europa como el espacio entre el Atlántico y los Urales, como la frontera natural entre Europa y Asia, unos 1.700 Km al Este de Moscú. Gorbachov advierte la tentación de una nueva guerra fría. Le reclama a Occidente un nuevo diálogo con Moscú. El Presidente del Parlamento Europeo, el socialdemócrata alemán Martin Shultz, también habla. Reconoce que «nos guste o no, Rusia es una potencia clave, un miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Estamos comprometidos con la integridad territorial de Ucrania, pero hay que tener todos los canales de comunicación abiertos con Rusia.( cosa que no hizo EEUU e implementó la conspiración en Ucrania para hostilizar a Rusia,
Pero si se analiza la cuestión desde el punto de vista de los intereses geopolíticos, » Estados Unidos nunca permitirá una Europa Unida, como tampoco puede permitir que la Unión Europea se una con Rusia aunque sea desde el punto de vista comercial, pues eso significaría un perjuicio geopolítico y económico. Como lo demostró con la voladura de dos gasoductos que provenían de Rusia y le brindaban gas natural a Europa a bajo precio. Lo admitió hasta la ex-Canciller Angela Merkel. Según el guión de EEUU, el arquitecto de la construcción Europea debía ser la OTAN (de la cual forma parte EEUU) y a Gorbachov le preocupaba la ampliación de la Alianza hacia el Este, ante la inminente reunificación de Alemania. Gorbachov vinculaba con razón que la OTAN como una prolongación del poder de EEUU contra Rusia, y no se equivocaba, porque se estaba acelerando la carrera armamentística sin haber, aparentemente, peligro de guerra.
Así las cosas, en abril del año pasado, David Milban, Secretario de Estado de Gran Bretaña, entre 2007 y 2010, publicó unas reflexiones sobre «The World Beyond Ucrania» donde discute las afirmaciones del presidente títere Zelenky, para quien la guerra había «unido al mundo detrás de Ucrania». La realidad no es esa dice Milband. Unos cuarenta países que representan casi la mitad de la población mundial se han abstenido regularmente de votar las condenas a la invasión rusa. Dos tercios de la población mundial viven en países que oficialmente se han abstenido o apoyan a Rusia, incluyendo democracias notables como la India, Brasil, México, Indonesia, China, África del Sur. Y esto es porque perciben el doble estándar de Occidente, y frustración por el fracaso de los esfuerzos por reformar el sistema internacional. En especial el sistema de Seguridad Nacional de las Naciones Unidas, dominada por los anglosajones e Israel.
El distanciamiento entre Occidente y el resto del Mundo, es producto de una profunda frustración con ira contenida, por la forma que se manejó la Globalización desde el fin de la Guerra Fría anterior. Cuando el avance hacia el este era imparable con la adhesión de mas países de Europa a la OTAN, se reunieron en 1989, Helmut Kohl y el Presidente y Secretario de estado de EEUU, George Bush y James Baker, la retirada de las tropas rusas de Europa Central y la incorporación de Alemania a la OTAN, «Ni una pulgada hacia el Este, había sido la propuesta discutida en esas reuniones». Pero ya el avance era imparable. Los más firmes defensores de la expansión, eran de hecho, los líderes y en general, los pueblos del centro y del Este de Europa, Vaclav Havel, tras pedir que las tropas norteamericanas y rusas salieran del centro de Europa, luego cambió de opinión, y le expresó a Bill Clinton el deseo que la República Checa de ser parte de la OTAN. El polaco Lech Walesa, aquel gremialista que impulsó la rebelión de los astilleros Dank , temeroso del resurgimiento de Rusia, cuando su pueblo, Polonia había sido masacrado por los nazis. Este sentimiento «rusofóbico» fue instalado por Juan Pablo II, que callaron cuando el mayor campo de concentración nazi estaba en suelo polaco, y fueron las fuerzas rusas las que los liberaron. Y la nueva «cortina de hierro» avanzó tanto hacia el este que Rusia salió en defensa de la región del Dombas y el 22 de Febrero de 2022 traspasó las fronteras y el enfrentamiento con Ucrania se hizo inevitable como quería EEUU.
Actualmente, cuando el Congreso de EEUU, aprobó un nuevo préstamo de US$ 60.000 millones para Ucrania, en armamentos y US$ 30.000 millones para Israel, el representante demócrata Gerry Connoly proclamó: «La frontera ucraniano-rusa es nuestra frontera». No sabe lo que le espera si es que la OTAN pretende reeditar la «Operación Barbarroja» de 1941, con el asalto a Moscú con las consecuencias que todos conocemos. Es así que Occidente, guiado por EEUU, puede provocar una guerra potencialmente catastrófica entre dos potencias nucleares gracias a su postura abiertamente hostil a Rusia y a sus esfuerzos por poner fin a los acuerdos de reducción de armas nucleares. Las tres potencias de mayores con potencia nuclear , EEUU, Francia e Inglaterra están entre los mayores sostenedores del régimen criminal de Ucrania ya que son los organizadores de la provocación contra Rusia. El Primer Ministro inglés conservador, Rishi Sunak, de origen hindú, casado con una multimillonaria hindú expresó que «defender Ucrania contra las brutales agresiones de Rusia es vital para la seguridad de toda Europa». Están instalando la idea absurda de que Putin estaría empeñado en una conquista de Europa. Cuanta imaginación febril para engañar a sus pueblos y ocultar la pérdida de la hegemonía que detentaron a través de la Historia y de sus colonias.
Continuará…
Korea del Centro
Muy buena nota. Tal vez también se debiera mencionar a Macron y su intención de enviar tropas a Ucrania como puntapié para una intervención directa de la Otán. Probablemente la disuación nuclear haga decantar a la otán en otros conflictos regionales como Taiwán-China, Marruecos-España, etc. Y el más importante para latinoamérica, Esequivo-Venezuela.