POR : DIANA E. NIEL
Y Yo me pregunto por qué aceptamos…
Y se lo pregunto a todo aquel que lea estas líneas, porque no encuentro respuesta a esta pregunta.
Ya se, me dirán que hay cuestiones del orden de lo cotidiano que revisten mayor urgencia por necesidad de supervivencia y les concedo razón, porque a esto nos está llevando el conjunto de medidas de ajustes brutales al que vienen sometiéndonos desde un Estado Nacional en vías de confesado e intencional proceso de vaciamiento y destrucción, lamentablemente imitado a nivel provincial y municipal.
Pero y sigo preguntándome, por qué permitimos sin cuestionar ni resistir, que destruyan lo que funciona bien y fingimos demencia cuando esgrimen argumentos falaces y mentirosos para “explicar” estas decisiones y eso sólo cuando se demanda alguna justificación , ya que en caso contrario ni siquiera se toman el trabajo de argumentar tales atropellos.
Es que previamente se ocuparon de descabezar a quienes dirigían medios tales como Radio Ciudadana para eliminar todo tipo de cuestionamiento a medidas tan disparatadas como injustas, desnaturalizando el propósito de la creación de un medio ampliamente respetado y escuchado en Concordia, para convertirlo en un órgano partidista, digitado, controlado y censurado desde el Municipio. Libertad de expresión y garantías constitucionales, “te las debo”.
Y así es como poco a poco la Dirección de Cultura de esta ciudad viene desplazando a personas de enorme valía, trayectoria, formación profesional, responsabilidad, sensibilidad social y entrega. Las mismas maniobras de ninguneo, desconocimiento o no reconocimiento de la enorme tarea realizada cada uno en sus especificidades, argucias para cambiar la naturaleza e historicidad de los servicios prestados ampliamente documentados, promesas falsas, etc., han resultado eficaces sólo por la buena fe de los afectados, quienes por vocación y real compromiso aceptaron convertirse en monotributistas para garantizar la continuidad en el funcionamiento de los organismos a su cargo.
Estoy hablando de personas ampliamente valoradas por la comunidad como Marisa Beguiristain , desplazada sin razón alguna de la Biblioteca Infantil para desgracia de todos los niños que se vieron así privados de un espacio único y especial en su género.
Hablo también de Ignacio Monná, artista completo si los hay en Concordia, con una trayectoria artística, formación docente y reconocimiento tanto nacional como internacional formidables, quien decidió en su momento volcar lo mejor de sí poniéndose al frente de la Dirección de la Escuela Municipal de Teatro y ello a pesar de un reconocimiento económico casi testimonial, bajo la premisa de brindar a esta ciudad la posibilidad de acceder a una formación profesional sólida y completa al alcance de todos y en forma gratuita. Quienes venían formándose en esta carrera se encontraron de buenas a primeras con sus sueños cercenados, ya que Cultura decidió cerrar la formación sin siquiera permitirles concluir el ciclo lectivo. Nuevamente eficaz la maniobra artera de desplazamiento, obligación de convertirse en monotributista y luego el argumento perverso de decir “no se puede cerrar lo que no existe”, “no están en la orgánica”.
Claro, no existe porque ustedes mismos borran con el codo lo que escriben con la mano, o no fue Ud. señor Wally García quien abrió la inscripción para la Escuela a comienzos del corriente año?
Como estos casos hay muchos con menos repercusión, pero la intención política detrás del vaciamiento es inocultable. En contraposición a este sesgo politizante partidario de la “Cultura”(?), sé a ciencia cierta que en ninguna de las actividades mencionadas se preguntaba a qué partido político pertenecían los usuarios/alumnos, pues estaban abiertas a la comunidad en su conjunto.
Quizás la respuesta sea que no se puede permitir un lugar donde circulen y se expresen las emociones y, válgame Dios, donde se pueda ejercitar el análisis y el pensamiento crítico. El teatro siempre ha sido un lugar de resistencia y se las ha ingeniado para sobrevivir a estos ataques que, aunque lo pretendan, no van a conseguir acallar las voces del pueblo. Fuerza, a no decaer.
Espero que haya algún resto de cordura, el suficiente para que el Señor Intendente reflexione y llame a una reunión con las personas afectadas por estas medidas para poder revertirlas devolviendo a Concordia la posibilidad de seguir contando con una formación sólida y de excelencia como la que venía brindando nuestra querida Escuela de Teatro.
