A la semana, el diario israelí Jerusalén Post difundió una nota con un alarmante título: “El antisemitismo global alcanza su nivel más alto en 10 años”. En su primera frase agregó: “Casi la mitad de la población mundial tiene creencias antisemitas «alarmantes», según una nueva encuesta de ADL, lo que constituye el nivel más alto de antisemitismo desde que esa institución judía comenzó a rastrear estas tendencias” (J.P., 20-1-2025).

Lo más significativo de la fragilidad de estas actualizaciones es que llegan a los medios de información judíos de parte de la principal organización judía encargada de liderar la lucha contra el antisemitismo con una total falta de vinculación con el declarado activismo de la misma organización que debería lograr resultados opuestos. De esta manera las colectividades judías de la diáspora permanecen envueltas en una permanente y angustiosa situación.

SONDEO: EL 80% DE LA SOCIEDAD ISRAELÍ APOYA LA PROPUESTA DE TRUMP DE LIMPIEZA DE PALESTINOS DE GAZA

No es que no reconocen su revés. Lo mencionó explícitamente el mismo Jonathan Greenblatt tan solo unos días antes en Israel. En sus propias palabras admitió el fracaso de todos las estrategias y medios llevados a la practica por su institución, líder del judaísmo mundial en el tema. “A nadie le gusta admitir que no ha logrado lo que se propone. No me gusta perder. Personalmente odio perder. Sin embargo, a veces tenemos que reconocer la realidad, y creo que se necesita confianza para expresar humildad. “Lo que aprendí trabajando en Silicon Valley es que está bien fracasar siempre y cuando aprendas de ello” dijo Greenblatt a miembros del parlamento israelí (EJP- ejewishphilanthropy, 7-1-2025).

Lo llamativo es que las instituciones judías de la diáspora y el liderazgo de Israel no logran, o no quieren, entender el motivo de su fracaso. En todo ese largo tiempo no lograron captar que el principal motivo de sus fallas es el resultado del uso indiscriminado del antisemitismo como arma de defensa en contra de críticas a Israel por su conducta en el conflicto con los palestinos. Como consecuencia de la perdida de significado y desgaste del sentido del antisemitismo, la aversión a Israel y judíos lentamente se generaliza y legitima (Rachel Shabi: “Al término antisemitismo se lo utiliza como arma y se le quita el significado” https://www.blogger.com/blog/posts/6682798817877261075).

La reelección de Trump para una nueva cadencia en la presidencia de EE.UU. y su conocida extravagancia en sus declaraciones, justamente dio motivo para demostrar cómo el liderazgo israelí y las instituciones judías de la diáspora, que tanto se esfuerzan en combatir el antisemitismo, terminan por darse un tiro en el pie.

Como se recordará, días atrás el presidente Trump propuso “limpieza de palestinos” de Gaza como parte de la solución del conflicto palestino-israelí (“Trump wants to ‘clean out’ Gaza”, CNN, 27-1-2025). Sin ninguna sorpresa, los sectores expansionistas minoritarios del espectro político israelí (alrededor de los partidos políticos de Ben Gvir y Smotrich) aplaudieron la propuesta. Pero aquí no termina la historia. Lo sorprendente del caso es la aprobación tacita por medio de un incomprensible silencio por parte del liderazgo israelí, de organizaciones judías de la diáspora, que tanto se jactan luchar contra discriminaciones, todo ello frente a una propuesta de delito de guerra.

No se puede seguir engañando al mundo. El racismo que emana de la falta de desvinculación generalizada por parte de la sociedad israelí ante semejante propuesta deja de ser propio de grupos judíos extremistas marginales con lideres disparatados como Ben Gvir y Smotrich, pasando a ser parte del posicionamiento ideológico mayoritario de Israel y judíos en el mundo. El canal 14 de Israel difundió un sondeo donde esta propuesta goza del apoyo del 80% de la población de Israel.

Nadie se debe sorprender de un amplio rechazo por parte de distintas sociedades en el mundo, especialmente aquellas que año tras año vienen participando en actos conmemorativos en rechazo de los planes de limpieza de judíos en Europa de 8 décadas atrás.

Cuando finalizó la segunda guerra mundial, los aliados juzgaron a la cúpula alemana responsable, pero sus proyectos políticos futuros no incluían “limpiar Alemania de alemanes”.

Desde el momento en que Israel se auto domina por ley Estado Judío guiado por los valores históricos del judaísmo, desde el momento en que prácticamente la totalidad de los liderazgos judíos de la diáspora se posicionan incondicionalmente detrás de las políticas adoptadas por Israel, nadie se debe sorprender que ante un proyecto de cometer un delito de guerra seamos testigos de una nueva y creciente ola de aversión hacia Israel, judíos y judaísmo. Vociferar antisemitismo solo les puede brindar apoyo de algunos pocos liderazgos del mundo guiados por intereses nacionales, o de aquellos, como en USA, que reciben millonarias donaciones de judíos con intenciones que obren a favor de Israel.