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Concordia
jueves 19 de septiembre de 2024
lunes 2 de octubre de 2023
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NORMA COLOMBATTO: Una hija de Gualeguaychù reconocida fuera del pago chico

Oriunda de Gualeguaychú, su impronta personal, solidaria y sensible con los problemas de acceso a la educación de los sectores postergados de nuestra sociedad, la llevaron, muy joven, tenía 17 años, a estudiar a Buenos Aires, ciudad en la que luego ejercería la docencia y aplicaría sus ideas progresistas en barrios humildes de la Capital Federal.

Defensora a ultranza del derecho a la educación pública de calidad, sobre todo de adolescentes en situación vulnerable, que son empujados a las adicciones, como forma de escapar a realidades oprobiosas, Norma decía que la escuela tenía la obligación de transformar la tristeza de los chicos en una fuerza positiva, y que los alumnos que tenían problemas con las drogas ocurrían porque estaban agobiados por realidades que los superaban.

Desde el ejercicio de la docencia en la Escuela de Enseñanza Media N° 4, que dirigió durante años, y que hoy lleva su nombre, impulsó una profunda impronta inclusiva a la institución. Fue en esta escuela donde se empezaron a aplicar distintos proyectos tendientes a que los chicos y chicas pudieran volver a la escuela y sostener su escolaridad. Entre tantos un proyecto que daba contención a alumnas madres para que pudieran concluir con sus estudios. Tiempo después este innovador proyecto se convertiría en el Programa “Alumnas madres y alumnos padres” que funciona para todas las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires.

Quien sabe si su sobrino, José Colombatto, actual presidente de FARER -Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos- habrá encontrado en su agenda un hueco para concurrir al homenaje a su tía. Por lo pronto, escuchando los discursos del ‘ruralista’, se entiende porqué Norma buscó su destino en horizontes lejanos a su familia. José Colombatto: “Hay que achicar un estado elefante”[i] Sumándose a los que adjudican todos los males argentinos al gasto público, como si el problema fuera que el presupuesto no alcanza para los programas que impulsaba, entre otros, su tía Norma. Sin mencionar ni asumir que el presupuesto del estado, fundamentalmente no alcanza, porque los que tienen que pagar impuestos los evaden y fugan del país.

Mientras estudiaba en la Facultad de Ciencias Exactas empezó a trabajar en un programa de cultura popular en la Villa 31 de Retiro: «Allí encontré a mis grandes maestros. Fue muy interesante porque me hicieron a nuevo. Yo era muy joven y creía que lo sabía todo», explica Norma, refiriéndose a su experiencia en la villa del padre Mujica. «En la villa teníamos una casita, cuyo título era ‘Cultura Popular’, y nos llamaban ‘Las Culturas’», y agrega: «Trabajé mucho tiempo con un grupo de muchachos que tenían un club de fútbol y pretendían desarrollarlo como un centro cultural, social y deportivo. Ellos fueron luego la generación que cambió la junta vecinal». Norma cuenta que en la villa hicieron «de todo»: ciclos de cine, alfabetización de adultos, recreación infantil; pero un poco antes del golpe de estado tuvieron que irse: «Nos habíamos propuesto que el día en que los de afuera significáramos particiones entre los de adentro, nos íbamos. Y bueno, cuando comenzó el 75, la cosa se puso muy fea y nos fuimos».

Un poco después de haber empezado a trabajar en la villa, Norma se recibió de profesora de Matemática: «A partir del 66[i] comencé a ganarme la vida como profesora en Avellaneda. Era una escuela de chicas, de población muy humilde. Ahí me hice como profesora, porque una tiene que hacerse: una cosa es lo que leíste y otra cosa es tener a los chicos concretamente. Hay un abismo. En esa escuela, hace ya 22 años, conocí a la primera alumna embarazada. Nadie dudaba de que tenía que dejar la escuela y dejó, pero hoy es maestra y su hija tiene 22 años. Con ella aprendí un montón, vi en la práctica cómo la escuela puede decirle a una alumna ‘A vos no te conviene quedarte porque vas a tener una bebita, ¿cómo vas a hacer para venir?’. Se hacen cosas para que los chicos se vayan, sin que se den cuenta de que les están diciendo ‘andate’ y sin buscarles un lugar»

«Después -continúa Norma- empecé a trabajar en escuelas técnicas de la Ciudad de Buenos Aires. En las técnicas es muy fuerte tu posición de género; porque ahora es otra historia, pero hace 20 años, las escuelas técnicas eran de varones y decían que no podían recibir chicas porque no tenían baños». A partir de otro ejemplo, Norma insiste en mostrar al desnudo algunos de los sutiles mecanismos que tienen las escuelas para dejar afuera a los alumnos: «¿Por qué no puede haber chicas en una escuela que enseña mecánica de automotores? ¿Por qué no puede haber alumnas embarazadas? ¿Por qué no tantas cosas..?». Su última pregunta permanece inconclusa, rebotando. Así habrán quedado, por años, dando vueltas en su cabeza, hasta que algunos «por qué no» empezaron a transformarse en propuesta.

«Yo venía del centro de cultura popular con esa formación que hace que una abra para afuera», dice Norma, y a partir de ahí relata cómo fue que estudiantes de Psicología y del profesorado de Ciencias Jurídicas comenzaron a realizar prácticas en la escuela, así como el surgimiento de la experiencia que están realizando alumnos de la Carrera de Ciencias de la Comunicación: «Este grupo de chicos estaba haciendo un taller cuando lo mataron a Ezequiel (Demonty), entonces nos propusieron realizar una jornada, que seguimos haciendo todos los años, que se llama ‘Juntos por la vida’. El diario mural ‘Puente Informativo’ también lo propusieron ellos el año pasado». Dos jóvenes que ocuparon durante varias semanas los titulares de los diarios, Ezequiel Demonty -el chico arrojado al Riachuelo por efectivos policiales en septiembre de 2002- y Camila Arjona -la joven de 14 años, embarazada, que murió en 2005 por una bala que salió del cargador de un policía- iban a la EMEM 4. La muerte precoz, las injusticias, la sensación de desamparo respecto de las instituciones que deberían proteger, y mucho dolor son, en esta escuela, parte del día a día. ¿Qué puede hacer la institución escolar ante esto? «Cuando comenzaron estas cosas horribles, los pasantes de Psicología me enseñaron mucho, me dijeron que había que hacer un espacio para el dolor», recuerda Norma. La escuela de Lugano, al mismo tiempo que trata de ofrecer algún alivio y contención ante las muertes, las interroga con mucha bronca, ofreciendo además otros nombres para hablar de ellas: «En 1998 mataron a un chico y escribimos una carta donde contábamos quién era Raúl para nosotros: era un estudiante que trabajaba. Después llegaron comentarios de lo que el volante había significado. Nos decían: «Es la primera vez que cuando alguien muere se menciona que era un trabajador y un estudiante»

Norma es recordada por la comunidad de su barrio por haber luchado contra la deserción escolar. Ella consideraba que los adolescentes que abandonaban sus estudios no lo hacían por un problema individual, sino que se trataba de un fracaso del sistema educativo.

La imposición del nombre a la Escuela Normal No. 4 fue aprobada en la legislatura porteña como “Un merecido reconocimiento en memoria de Norma y su enorme trabajo de inclusión educativa de los sectores más vulnerables», según se destacó, en los fundamentos, luego de la sanción del homenaje en la Legislatura porteña.

(P12) -En esta escuela de Villa Lugano se implementó por primera vez, gracias a la iniciativa de Norma, un proyecto para darles contención a estudiantes madres con el objetivo de que concluyeran sus estudios. Luego, esa iniciativa se convirtió en el programa de «Retención escolar de alumnas embarazadas, madres y alumnos padres» que actualmente funciona en la mayoría de las escuelas secundarias de la Ciudad de Buenos Aires.

Norma «era peronista hasta los huesos» y en los momentos difíciles «le pedía una mano a Evita para no meter la pata», aseguró el docente Mariano Molina en un artículo publicado en Página|12 el año de su fallecimiento.

 

[i] https://es.scribd.com/doc/239952277/Entrevista-a-Norma-Colombatto-Norma-de-Vida

[i] https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/un-dirigente-rural-pidio-achicar-un-estado-elefante-y-hablo-de-nepostimo-en-una-provincia-nid21082023/