“Desde que llegó al poder, el presidente Javier Milei apuntó sin miramientos a toda la sociedad, pero hay dos sectores que se llevan la peor parte: los niños y los jubilados. Justamente los sectores a los que el Estado más debería proteger y resguardar con políticas que garanticen la dignidad en los extremos de la vida, los de mayor vulnerabilidad. Porque el acceso a la alimentación y a la salud no puede ser nunca un privilegio, el ajuste que lleva adelante el Gobierno nacional es criminal”.
“La crónica de estos meses es la del desmoronamiento de los restos de un Estado que, cuanto menos, seguía en pie y tenía en claro su deber ser. La metáfora del ‘topo’ que lo destruye desde adentro, enunciada por el presidente y quien debiera ser garante de su funcionamiento, dio el marco a lo que vino después. Los efectos están a la vista. La saña que el gobierno nacional desplegó contra los jubilados quedó expuesta en los primeros días de gestión, cuando en la primera versión de su Ley Bases, declaraba la emergencia previsional, por la cual suspendía la fórmula de movilidad y dejaba en manos de la discrecionalidad del Ejecutivo determinar si se otorgaban aumentos y de qué porcentaje; como también generar las condiciones para la liquidación del fondo de sustentabilidad de ANSES, el ahorro de los jubilados”.
“En marzo, con la nueva versión de la Ley Bases y otro proyecto adicional volvió a intentar meter mano en las jubilaciones para ajustarlas, aunque finalmente no lo consiguió. Como todos estos intentos no prosperaron, finalmente a través de un DNU reformó la movilidad y congeló el bono que percibían los jubilados que percibían la mínima, licuando sus ingresos”.
“La explosión inflacionaria que generó el gobierno de Milei en sus primeros meses le generó un duro golpe a las jubilaciones. El ajuste sobre este sector constituyó aproximadamente el 30% de los recortes que hizo el gobierno de Milei”.
“Según datos del Centro de Economía Política (CEPA), en el primer trimestre del año el poder de compra de las jubilaciones se desplomó. Si tomamos lo que los jubilados cobraban en noviembre de 2023, podremos ver que en enero de 2024 percibían en términos reales entre un 14,7% y un 20,1% menos, entre un 24,7% y un 29,5% menos en febrero; mientras que en marzo los haberes se ubicaron entre 13,7% y 19,2% por debajo”.
“El gobierno no solo no compensó esas pérdidas sino que las usufructuó para licuar el déficit y alcanzar el falso superávit del cual se jacta”.
“Hoy podemos decir que este aparente logro del gobierno se sostiene principalmente a costa del sufrimiento de jubiladas y jubilados”.
“El inicio de la gestión de Milei significó un rápido retroceso de sus haberes, al punto tal que se ubicaron en ese momento un 3% por debajo del poder adquisitivo del promedio de la década del ‘90”.
“En el marco que venimos describiendo no nos sorprende que el gobierno nacional obstruya cualquier iniciativa que mejore las jubilaciones, porque está claro que el mal momento que atraviesan no es el efecto colateral de una crisis económica sino que es una política deliberada del presidente”.
“El veto a esta ley que fue sancionada por un amplio abanico de legisladores de distintas fuerzas políticas, posibilita compensar la pérdida de poder adquisitivo de los primeros meses del año y plantear una progresiva mejora de los haberes, incluyendo una recomposición para todos los haberes de 7,2%; un mínimo para todos los haberes atado a la evolución de la canasta básica total de un adulto más un 9%; y estableciendo una cláusula gatillo en marzo de cada año según evolución salarial”.
“Pero además, el desprecio por los jubilados quedó cristalizado con la brutal represión del pasado 27 de agosto, donde las fuerzas la ministra Patricia Bullrich -la misma que en el gobierno de De La Rúa le quito el 13% a los jubilados- arremetieron con golpes y gases lacrimógenos contra las personas mayores que reclamaban por las condiciones lamentables en la que tienen que atravesar esta etapa de la vida, preocupados por la mera subsistencia”.
“Lo seguiremos sosteniendo, aunque quieran disfrazarlo, el ajuste sobre los más vulnerables es criminal y también cobarde, porque como dijo Néstor Kirchner: ‘¿Cuál es la audacia de ser débiles con los fuertes y fuertes con los débiles?’”.