Ludmila Fernández, representante del Movimiento de Trabajadores Excluidos, dijo que esta iniciativa está en consonancia con «el esquema de articulación que hemos empezado a armar en todo el país, todos los movimientos que tenemos o que hemos asumido a lo largo de estos años, la tarea enorme y la responsabilidad que implica la de tener comedores comunitarios en los barrios populares de nuestras ciudades”.
La crisis alimentaria en la Argentina, y por ende en la ciudad, se intensificó a raíz de la suspensión de las partidas alimentarias por parte del Ministerio del Capital Humano, lo que generó preocupación y la necesidad de buscar soluciones inmediatas por parte de las organizaciones sociales que brindan contención a los sectores más vulnerables de la sociedad. Fernández destacó que los comedores comunitarios dependían principalmente de estas partidas nacionales, específicamente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
«La manera de empezar a encontrar o articular otro tipo de respuestas es empezar a hacer estas mesas coordinadoras en cada lugar donde todos los actores involucrados podamos conversar, hacer un poco del análisis de la situación y ver cuál es el plan de lucha para adelante. Los comedores principalmente se sostenían de estas partidas nacionales, que eran las del PNUD, digamos, ni siquiera es plata del Gobierno Nacional. Son convenios que solo tres organizaciones de la Iglesia han firmado hasta el momento, en estos dos meses, con el Ministerio del Capital Humano y ni siquiera ellos están avalando el corte de los comedores. Lo que pasa con eso es que a los comedores solo les queda lo que venían recibiendo de la municipalidad, que es menos de lo que recibían antes», aseguró.
“Ya hace dos meses que los comedores comunitarios no están recibiendo sus partidas de alimento, con lo cual cada vez la situación es más crítica”, expresó Fernández.