Director: Claudio Gastaldi
Concordia
lunes 16 de septiembre de 2024
Nota escrita por: Guillermo Luciano
jueves 22 de agosto de 2024
jueves 22 de agosto de 2024

Para ellos, la libertad de fugar dólares; para vos, la libertad de morirte de hambre

Hace tres siglos, uno de los sabios más destacados de su época quedó deslumbrado cuando reflexionó acerca de las características de la nueva forma de organización social cuyo nacimiento presenciaba, a la que posteriormente se conoció como capitalismo industrial, y a la filosofía que pretendía respaldarla, reconocida comúnmente como Liberalismo.

Adam Smith, así se llamaba, escribió un tratado detallando minuciosamente sus reflexiones: Acerca del origen y causa de la riqueza de las naciones. Hoy día, este tratado comparte un privilegio con casi todos los grandes libros de filosofía de la historia: la mayoría de quienes hablan de ellos, jamás los han leído.

En dicha obra, detalló los fundamentos teóricos de lo que consideraba sería la forma definitiva de organización social, que llevaría a la humanidad a un mundo virtuoso de justicia y equidad, como nunca antes se había conocido. Pero, como mencionábamos recién, pocos leyeron su texto completo, perdiéndose la posibilidad de entender la idea de Smith, reflexiones que, si las estudiáramos en su integridad hoy, nos evitarían infinitas discusiones bizantinas.

Porque ‘Liberalismo’: (O la trampa de la ‘Libertad’)

Smith escribió algo que mal repite, hasta la exaltación religiosa, nuestro actual presidente. Solo recita la primera parte de la formulación del polihistor y es que: para que los mercados cumplan su rol, deberán funcionar con libertad absoluta. Y aquí detienen la mención, es decir, por la mitad, omitiendo la segunda parte, que es la que, en definitiva, le da sentido a la genial idea del escocés.

Smith decía que para que la sociedad alcanzara el funcionamiento ideal, la única condición necesaria era que en los mercados existiera la Competencia Perfecta, completando la idea con una advertencia: todos los agentes económicos no desean manejarse en competencia, sino en oligopolio y monopolio. Porque con estas dos desviaciones indeseables del mercado, ellos garantizan que los precios de los bienes y servicios sean finalmente valores mucho mayores que los que se hubieran establecido en competencia perfecta, maximizando de ese modo, en forma perversa según Smith, sus ganancias. Y simultáneamente provocando que lo que podría ser la más destacada de sus virtudes y razón de su éxito finalmente sería la explicación de su fracaso, y el de la sociedad que lo adoptase.

Y avanzaba aún más en sus conclusiones, diciendo que, si la economía era finalmente controlada por los oligopolios y los monopolios, la organización social colapsaría, porque la riqueza se iría concentrando cada vez en menos manos, y de este modo, lo que podría haber sido el más virtuoso de los sistemas sociales, devendría en el más injusto, donde existiría una minoría que acapararía toda la riqueza y una mayoría a la que se le haría imposible acceder a los bienes que garantizasen su bienestar.

Esta reflexión, que da a la formulación de Smith el estatus de coherencia que se corresponde con el de una formulación teórica bien fundamentada, quedó rápidamente olvidada, porque los intereses de los grandes agregados económicos, que comenzaron a usufructuar los beneficios y a gobernar tiránicamente los mercados, eliminaron de los discursos académicos esta segunda parte de la reflexión. Transformando un pensamiento virtuoso en una arenga de barricada, la que formula habitualmente el histrión de la motosierra en sus discursos, que tanto entusiasman a sus seguidores.

Ahora, para poder seguir con el análisis, te doy el tiempo que necesites para que estudies cada una de las preguntas que te formularé a continuación, y pienses la respuesta correcta:

¿Qué mercado conocés hoy que funcione en competencia perfecta?

Te ahorro tiempo y te anticipo la respuesta: ninguno. O si querés, decime qué precios podés modificar vos de los productos en los que gastás todos tus ingresos, si decidieras comprarlos o no.

¿La energía eléctrica? No, consumas lo que consumas, tenés que pagar lo que te facturan las empresas monopólicas que se encargan de llevártela hasta tu casa.

¿Los alimentos? Te repregunto: si dejás de consumir papas, ¿las papas bajan de precio? Tampoco. Tu única posibilidad es acercarte a la góndola del súper y comprarlas o no. Pero cualquier decisión tuya no hará cambiar el precio al que te las ofrezcan.

¿El combustible? Fijate en este caso: la demanda de combustible ha bajado por disminución del consumo, sin embargo, el precio del combustible, inclusive medido en dólares, sube casi todas las semanas. O sea que tampoco funciona aquí aquello de que el volumen de la demanda provoca variaciones en los precios.

Y podemos seguir así hasta que te canses de pensar en todos tus consumos. La conclusión inevitable es que Smith tenía razón: un mundo donde no existe la competencia perfecta está inevitablemente condenado al colapso, porque la riqueza se va concentrando cada vez más en menos manos. Cualquier parecido con la realidad NO es casualidad, no necesitás que nadie te lo explique, lo estás viviendo todos los días.

¿Por qué? Por la misma razón por la que no funciona en los otros consumos: porque no existe ningún mercado en el que exista la competencia. Todos, absolutamente todos los mercados donde concurrís están controlados por monopolios u oligopolios que cartelizan los precios y los fijan a su arbitrio para maximizar sus ganancias.

¿De qué libertad hablamos cuando hablamos de libertad?

Cuando José de San Martín hablaba de Libertad, ¿se refería a la misma ‘Libertad’ de la que habla el ‘Ser de Luz’? No es necesario saber mucho de historia para conocer que nuestro prócer recorrió el subcontinente instalando la soberanía territorial en todos los países que liberó. Mientras que el amante ¿? de yuyito está regalando nuestro territorio, nuestros ríos, nuestras Islas Malvinas, nuestro mar territorial y nuestros recursos minerales, la fertilidad y los acuíferos, a los propietarios de la riqueza global que la están tomando, aquí y ahora, por asalto.

Permítasenos solo un ejemplo…

En estos momentos están empeñados en regalar todo nuestro patrimonio, hasta nuestros clubes deportivos. Supongamos que la desregulación que proclaman para todos los sectores de cualquier tipo de actividad, también llegara a las categorías del boxeo. Y las eliminan, dando la Libertad (tal como la entienden ellos) de que cualquiera pelee con cualquiera, desde un peso pluma amateur hasta un peso pesado profesional. No es necesario saber que el deporte desaparecería, porque más tarde o más temprano solo quedaría un púgil activo: el más poderoso de los pesos pesados.

Bueno, eso mismo es lo que decía (con sus palabras) Smith cuando anticipaba que el monopolio y la fijación arbitraria de los precios sería el final de la economía de mercado. Y eso es exactamente lo que estamos viviendo en Argentina.

Una reflexión final

Las sociedades modernas exitosas, definitivamente todas las que les va mejor que a nosotros, han encontrado una forma de neutralizar la acción devastadora que tienen los monopolios sobre la economía, y es muy simple: la acción reguladora del Estado. Ese mismo Estado que el hermano de Karina (y ella también) están destruyendo como elefantes en un bazar. Vos me podrás decir que el Estado no te sirve para nada, y estás en tu derecho, pero yo te entendería si fueras un individuo tan infinitamente rico que tenés la capacidad, si te enfermás, de tomar tu jet privado y en algunas horas ponerte en manos de la mejor clínica del planeta. Tampoco necesitás que alguien se ocupe de la seguridad pública, porque vos tenés un ejército de custodios a tu disposición para cuidarte. Ni de la educación de tus hijos, porque con solo averiguar cuál es la mejor institución de enseñanza del planeta, inmediatamente los anotás en ella… y podríamos seguir con este razonamiento disparatado, pero no es el caso. Sabemos que necesitás del Estado para que regule la economía y te haga accesible los bienes que necesitás para una vida digna. Como todos, o al menos el 99% de los habitantes del planeta.

El desafío es conseguir un Estado administrado por personas honestas, que si pierden el rumbo sean auditadas por una justicia ídem, que finalmente sea garantía del funcionamiento social. No hay otra.

Y que te la cuenten como quieran, por lo menos aquí quedará escrito, para que, si alguien sobrevive al tsunami, entienda los horrores que estamos cometiendo y el delirio que estamos viviendo.

 

[i] An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations https://es.wikipedia.org/wiki/La_riqueza_de_las_naciones

[ii] https://www.eltiempo.com/cultura/musica-y-libros/ortografia-de-donde-viene-la-famosa-frase-discusion-bizantina-565536

[iii]

Polihistor o Polymat – una persona con amplios conocimientos en diferentes campos, enciclopedista. El término polyhistor aparece por primera vez en latín en Swetonius. Derivado del compuesto griego πολυίστωρ que significa «muchos conocedores» o «muy erudito». Los términos individuales del término son: πολυ – «many» y ίστωρ – «aprendido, aprendido, juez». La palabra «polyhist» se ha creado a partir del término «polyhistory» para significar una colección de mensajes de diferentes campos. El término «polyhistoric» se refiere al término «hombre del renacimiento». En palabras de Leon Battista Alberti, es «un hombre que puede hacer todo lo que quiere”

  • No pero son los PERONCHOS, unos chorros, estos los Derechosos y otros como estos que ya pasaron, afanan mucho más que los Peronistas, pero lo hacen con guantes blancos,. Te roban y callan, te venden el Patrimonio Argentino, a ellos mismos con empresas truchas, testaferros, o a Extranjeros. Te Endeudan hasta la cabeza, evaden fugan dinero dólares y después son los Peronistas. Mentiras a través de los medios, de IN-comunicacion, que son de ellos y periodistas ENSOBRADOS. O te tiran Operaciones, comprando gente. Y Miles de tontos, los votan. Les gusta que les mientan, como Martínez de Hoz, Menen, De la Ruina, Macri, Milei.