Este gobierno de naturaleza violenta, tanto en lo físico con las fuerzas de seguridad, como también violento (porque violenta la Constitución) en materia de políticas económicas (con la extorsión a los gobernadores), sociales con los ataques a las instituciones culturales, humanitarias con la deserción de asistencia a los comedores infantiles, no tiene precedentes en la historia de nuestro país.
Pero no vayamos muy lejos. En la década de los 90, cuando las jubilaciones estaban deprimidas por la convertibilidad, representaba para la jubilación mínima un valor de $170.000, pero la inflación estaba «ralentada» por el famoso 1 a 1 (un peso, un dólar), que después lo íbamos a pagar caro cuando explotó.
Esta jubilación se cayó con Patricia Bullrich como ministra de Acción Social, cuando le sustrajo un 13% a todos los jubilados porque los números no le cerraban al gobierno. En el año 2007 durante el gobierno de Néstor Kirchner alcanzó un equivalente al comienzo de $ 340.000 de entonces. Luego con Cristina siguió aumentando hasta llegar hasta los $400.000 la mínima, y se constituyó el FGS (Fondo de Sustentabilidad de Garantía), que fue un fondo anticíclico para que en época de crisis se pudiera compensar a los jubilados por la pérdida del poder adquisitivo. Pero luego, tanto en el macrismo explícito como ahora con el «mileismo» cruel, el «Messi» de las Finanzas, Luis «toto» Caputo lo ha usado y pretende usarlo ahora para la timba financiera con las Leliq.
Hay que tener en cuenta que ese Fondo de Garantías, tiene, además de dinero en efectivo, cuenta con acciones de muchas grandes empresas que generan dividendos que se van acumulando llegando a US$ 670.000 millones de dólares. Hasta se lo van a ofrecer al FMI como garantía para que le otorguen el ansiado préstamo de US$ 10.000 .000 de dólares, que el mismo fondo les retacea hasta que no cumpla con el plan de extorsión que les ha indicado a este gobierno que no es inocente, sino que también es cómplice, como lo fue el macrismo con la estafa no investigada de la fuga de US$ 86.000 millones de dólares, y ahora el pueblo argentino tiene que pagar con el ajuste siendo los condenados de siempre.
Y todo para pagar solo los intereses y no el capital, además de la deuda a 100 años a la banca privada que comprometió el «lobo estepario» de economía Luis «toto» Caputo junto a Sturtzenegger. Ambos junto con Milei, pretenden traer de vuelta a las AFJP, como ya lo hicieron en el pasado.
Recordemos que la creación de estas AFJP, significó un «desvío» de fondos del Estado por US$ 4.500 millones de dólares al año, de los cuales US$ 1.300 millones pasaban directamente a sus dueños, o sea los banqueros como cobro de comisiones por adelantado de la administración de los fondos que iban a hacer por 30 años!! como Seguros contratados con compañías vinculadas a los propios Bancos. El resto de los fondos fue prestado al Estado, a altísimas tasas de interés, a efectos de enjugar el déficit que ese mismo desvío de fondos les había causado. En cualquier parte del mundo esto es una verdadera estafa.
En Chile se produjo el primer «experimento de laboratorio» de las AFJP. Por eso se considera que no hubo tal privatización de las jubilaciones, dado que es el mismo Estado quien en un futuro, pagando los préstamos, debe solventar el pago a los jubilados, que cobraron un 30% menos en sus haberes, que es la comisión que le quedan a los bancos por su administración. Por lo tanto, la creación de las AFJP fue solo una ficción para poder meter «la mano en la lata», por parte de los banqueros. Y como Milei no iba a querer traer a las AFJP, si Él mismo era jefe de asesores de MÁXIMA.S.R.
De esta manera Cavallo y el menemismo le restó al sistema previsional público la friolera de $ 62.000 millones de pesos/dólares en 1991 a los US$ 140.000 millones de 2001. Pero eso no es todo. Un socio de la Financiera descubierta de «toto» Caputo, fue designado nada menos que al mando del FGS del ANSES. Esta es una «caja clave» en la mira de Milei y Caputo. Este señor es Fernando Bearzi, miembro de la firma offshore NOCTUA, dedicada al gerenciamiento de fondos de inversión en los «paraísos fiscales». Caputo era fundador y dueño indirecto de esa firma.
En 2017 durante el macrismo, Bearzi figuraba en ese cargo por lo menos desde 2016, sucediendo al actual Ministro de Economía, Luis Caputo, luego de que fuera designado Secretario de Finanzas. Sin embargo, al asumir, Caputo NO informó al Estado de esa función en una cuenta offshore, que entre unos rentables negocios, figuraba la compra de títulos de deuda argentina defaulteada. Vendría a ser algo así, como los «fondos buitres» de su propio país. Esta es una práctica constante de los fondos buitres, como NMLS de Paul Singer (que vino a pescar a Lago Escondido, con el juez de la Suprema corte de EEUU Samuel Alito y funcionarios argentinos en la finca de Jerry Lewis donde se supone los funcionarios y algunos periodistas recibieron «sobres sospechosos). Caputo por ese ocultamiento se encuentra actualmente imputado por Omisión Maliciosa en la declaración jurada como funcionario público. El caso está en el juzgado de Julián Ercolini y el abogado defensor de Caputo es nada menos que Matías Cúneo Libarona, socio y pariente del actual Ministro de Justicia, el inefable Mariano Cúneo Libarona.
Toda esta determinante acción político-económica que se ejerce sobre los jubilados por parte de este gobierno, que hasta parece que siente un goce placentero al ajustar cruelmente y que los sentencia a una agonía existencial si es que logran sobrevivir. Y, me lleva a pensar que se hace en plena democracia, y me hace retrotraer a una figura histórica del cine y la escritura como lo fue el genial autor y director Pier Paolo Passolini, (autor de Medea; Decamerón, etc.) que en la época del post fascismo italiano decía: «La dictadura perfecta tendrá una semblanza de Democracia. Una prisión sin muros de la que los «prisioneros» nunca soñarán con escapar. Un sistema de «esclavitud» sin cadenas, donde gracias a la promesa de consumo y entretenimiento, los esclavos amarán la propia esclavitud desinteresados del futuro de miseria y guerra civil a los que condena el sistema capitalista en crisis». Todo un visionario. «Sensa Parole».