La próxima semana, Argentina recibirá al almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM), en lo que se presenta como una visita oficial de tres días. Según informó la Embajada de EEUU, Holsey se reunirá con autoridades del gobierno nacional y las Fuerzas Armadas. Aunque se enmarca en la “cooperación bilateral” y la “seguridad regional”, la incógnita gira si se trata de un nuevo paso en la geopolítica de EEUU en Argentina.
El último préstamo millonario del Fondo Monetario Internacional a Argentina —un país con historial de incumplimientos y ahora liderado por un aliado cercano de Donald Trump— encendió alarmas entre muchos de los principales responsables del organismo. Aun así, el acuerdo fue aprobado.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, dijo que espera que Argentina pueda pagar su línea de swap con China, aunque Estados Unidos no está considerando proporcionar a la nación propensa a crisis ningún crédito directo propio. En entrevista con Bloomberg Television durante su inusual visita a Buenos Aires, Bessent dijo que si el gobierno del presidente Javier Milei continúa con sus reformas económicas, el país debería tener suficientes entradas de divisas para pagar la parte activa de su swap de divisas de US$18.000 millones con Pekín.
En el aniversario de la Gesta de Malvinas, los actos oficiales estuvieron marcados por discursos que, lejos de reivindicar la soberanía argentina, profundizaron la entrega y el vaciamiento simbólico. Entre el servilismo explícito de Javier Milei y el panamericanismo fantasioso de Victoria Villarruel, se desdibujó la causa Malvinas, se marginó a los excombatientes y se volvió a poner en juego la memoria histórica de un reclamo que trasciende gobiernos.
Cuando todo parecía encaminarse hacia un alto el fuego que serviría de transición a la paz definitiva, los "monstruos de la guerra" emergen en forma siniestra, anulando las capacidades cognitivas de los supuestos líderes de la Comunidad Europea, que no se resignan a que el brazo armado asesino de la OTAN durante décadas pueda ser derrotado y humillado como lo está haciendo ante la Federación Rusa.
Tras años de conflicto, acuerdos incumplidos y tensiones crecientes, Rusia y Ucrania alcanzaron un pacto para un alto el fuego de 30 días. Sin embargo, las condiciones impuestas por Moscú, el escepticismo de Putin ante las promesas occidentales y la presión de la OTAN para continuar el rearme ponen en duda la viabilidad de una paz duradera. . En este complejo escenario, la figura de Volodímir Zelensky es cuestionada por Moscú, que lo considera un líder ilegítimo, y Donald Trump intenta mediar en un acuerdo con múltiples frentes de tensión.
Un espectro recorre Europa: el espectro del militarismo y la guerra. Detrás de esta fiebre bélica se esconde algo más que la supuesta amenaza de Rusia. El declive económico y la lucha por el dominio geopolítico juegan un papel fundamental en la creciente militarización de Europa.
Es muy probable que el cese de una guerra innecesaria se produzca en una fecha muy importante para uno de los principales actores, pero con el acompañamiento de quien, en la administración anterior de EE. UU., fue el principal responsable del inicio de las hostilidades, que no se iniciaron en 2022 sino en 2014 con el golpe de Estado en Ucrania y el advenimiento de Volodimir Zelenski al poder, con la destitución del presidente legítimo. Luego se sumaron las fuerzas de la OTAN, comandadas por EE. UU., y los halcones de ultraderecha, que creyeron que era una "excursión de pesca" y menospreciaron la verdadera capacidad de la Federación Rusa y su notable rearme luego de la defenestración de la "banda" de plutócratas y oligarcas que fueron expulsados del poder por el partido de Vladimir Putin. Este inició una recuperación asombrosa que dejó atónitos a propios y extraños, y cuyos ejércitos, tanto terrestres como aéreos, destrozaron todo intento ofensivo de las fuerzas ucranianas, dotadas de todo el armamento que les suministraron tanto EE. UU. como la OTAN.
Los imperios han existido desde hace siglos. Todos ellos fueron procesos de colonización y explotación, acompañados de una ideología que considera al colonizador como un ser superior al colonizado. Ya una generación antes de Cristo, Augusto liquidó la República Romana apelando a la religión, presentándose como el preferido de Apolo, poniendo al Senado bajo su autoridad y convirtiéndose en el primer emperador romano. Augusto capitalizó la inestabilidad social del momento con un carismático, demagógico y estratégico discurso de "hacer Roma grande de nuevo". Medio milenio más tarde, Augústulo fue el último emperador del Imperio de Occidente, derrotado por los "bárbaros germanos".
Días atrás, el diario Aurora informó que “Jonathan Greenblatt, director de la Liga Antidifamación (ADL por sus siglas en inglés), afirmó que, “según los datos de la organización, el antisemitismo en Estados Unidos ha experimentado un alarmante aumento del 900% en los últimos diez años. Este crecimiento no ha hecho más que aumentar exponencialmente desde el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023” (Aurora 14-1-25).