Pasó un año de un gobierno que sin descaro le sacó los remedios a los jubilados, le sacó los alimentos a los niños, le sacó el apoyo a los discapacitados, le sacó el presupuesto a los estudiantes, le sacó el apoyo a las mujeres golpeadas, le sacó las obras a los barrios populares, en fin, le sacó a los de abajo.
Pasó un año de un gobierno que aumentó el sueldo de funcionarios, senadores, diputados, pactó con gobernadores de todos los palos, pactó con todos los sindicalistas dispuestos a entregarse, pactó con los jueces corruptos para garantizar la impunidad de los políticos corruptos, aumentó los fondos de la SIDE para ablandar opositores y perseguir a los que resisten.
Pasó un año de un gobierno que tira cifras de éxito financiero pero que está haciendo un daño a futuro infinitamente mayor que el que ya provoca en el presente. Pasó un año de un gobierno que muestra el aplauso de los ricos y poderosos del mundo al precio de entregar nuestros recursos naturales estratégicos y nuestra soberanía territorial a los nuevos invasores que son buitres escondidos detrás del mote de inversores.
Comparado con los chorritos soretes que hay en el peronismo, comisionistas de baja estofa, intendentuelos prostibularios, diputados tarjeteros o dirigentes ventajeros, lo que está sucediendo acá es un dragado permanente del patrimonio común. Que manden toneladas de oro, sí oro, de nuestras reservas a Inglaterra, sí a Inglaterra, es sólo la expresión simbólica de lo que están haciendo. Le están robando a nuestros nietos el litio, minerales, tierras raras, agua dulce, petróleo, gas esquisto, granos, alimentos, territorio: están entregando todo.
Así… Pasó un año de toda esta mierda.
El gobierno muestra su buena imagen social. Lo festejan en la Casa Rosada. Que festejen. Que se masturben con el brazo armado. Que vitoreen los que apoyan esta repugnante versión de plutocracia oscurantista; aunque tuviera un 99% de aprobación, aunque tuviera “éxitos económicos”, unos cuantos y yo seguiríamos resistiendo porque el planteo de fondo de este gobierno es intrínsecamente inmoral e inhumano. Para ir detrás del viento ya están las veletas, para darse vuelta ya están los panqueques. Nosotros estamos para resistir, sembrar, dar testimonio, aunque perdamos mil veces, porque el futuro se construye con el testimonio del presente y las raíces del pasado.
¿Seremos nosotros los del contragolpe y la victoria? Tal vez sí, tal vez no, pero alguien será y los que sean, que sean dignos servidores del pueblo, no versiones edulcoradas de la misma lógica oligárquica. Algún día, los pobres de la patria se van a levantar y van a poner las cosas en su lugar. Ahí estará nuestra militancia, en la retaguardia, en el medio o en primera línea, como nos ordene el soberano.
Reitero el concepto: si un 99% de la sociedad estuviera de acuerdo con que “la justicia social es una aberración”, con el “derecho a morirse de hambre”, con la venta de órganos, con la privatización de todo lo que es común, con la cultura de la doma, la destrucción del ambiente, la negación del cambio climático, la complicidad con las masacres occidentales, la reivindicación de los genocidas de la dictadura, la fundación un brazo armado parapolicial; si el 99% estuviera de acuerdo con gasear a una niña, desaparecer a la gente en situación de calle, reventar a palos a los vendedores ambulantes; si el 99% estuviera de acuerdo con la degradación de todo lo que existe de bueno, bello y verdadero en el país. Si el 99% estuviera de acuerdo en poner a un abuelo en la encrucijada entre comer y comprar los remedios… bueno, unos cuantos y yo seguiríamos dispuestos a resistir.
Podría contarse entre los éxitos del gobierno su eficacia política porque logró casi todos sus objetivos: domar opositores domables, mantener las calles silenciadas, propiciar la autocensura en el periodismo, legitimar sus decretos de necesidad y urgencia en el congreso, sacar la maldita ley de bases, etc. Pero la eficacia no es una virtud en sí misma, la eficacia del mal desmedido refleja una maldad desmedida. La motosierra de Sweyer era eficaz para masacrar personas desarmadas en Texas.
Hay grupos dispuestos a excitar en la población los sentimientos más asquerosos del ser humano: la mezquindad, la avaricia, la cobardía, el desprecio, la tirria contra el pobre. Hay gente en la sociedad muy bien dispuesta a dejarse excitar por ellos. Hay mucho garca en cada esquina y muchos que se van criando en esa escuela de siempre “la mía”, nunca “la de todos”. Los “argentinos de bien” ganados a la cultura del mal no los inventó Milei, Milei los expresa, los sacó del closet, sobre todo a los ricachones que ahora se sienten a gusto reafirmando lo heroico que es ser un patético acumulador avaro e ignorante, sin grandes ideales más que una pileta grande, tres mansiones, una cuenta abultada y algún auto de lujo.
La cultura del mal, la exclusión, la fascinación por la riqueza, el desprecio a lo humano, no viene de acá, baja de afuera para destruir nuestra identidad humanista, cristiana, solidaria.
Es fácil, compatriota, echarle la culpa a los políticos ¿no? Es fácil hacerse el boludo y despotricar. Es fácil dejarse seducir por mentiras que vos sabés que son mentiras.
“Dejémoslo arruinar a los pibes porque bajó el dólar”, “dejémoslo arruinar a los viejos porque bajó la inflación”, “dejémoslo destruir las universidades porque subió la bolsa”. La culpa de lo que está pasando, lo que pasó y lo que pasará, también es tuya, ciudadano de bien, por acción, apoyo u omisión.
¿Te deja tranquilo decirme “chorro” sin conocerme cuando camino sin custodia?
Seguí gritando que nosotros nos vamos a defender como podamos; seguí proyectando tu vida frustrada y mediocre en los de abajo con tu cara de asco o con cualquiera que los defienda porque en el fondo eso es lo que te molesta, no te mientas a vos mismo, te molesta que defiendan a los de abajo y no “la tuya”… sos un ladrillo más en la construcción de un pueblo de cobardes, una sociedad de idiotas y un país de miseria que le vas a dejar a tus nietos que van a vivir cagados de hambre o cagados de miedo, pero cagados.
Es pianta votos criticar a “la sociedad”… no me importa. Si no cambia la sociedad, no cambia la política. “Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba” decía el viejo Hermes. Si a tu cerebrito perforado lo gobiernan las ideas mezquinas, la adulación a los ricos y la puta guita que te toca en el reparto, vos sos Milei.
Como diría San León Magno “Argentinos, reconoced vuestra dignidad”. Nuestra dignidad está en la grandeza de una patria donde no haya un pibe sin comer, ni un abuelo sin remedios, ni una familia sin techo, ni un buitre tirando de los piolines. Eso se llama patriotismo, eso se llama justicia social. Si hay algo peor que el odio es la indiferencia… y el que no recoge, desparrama.
_Ahora con manos de rabia van_
_Forjando nueva razón de ser_
_Nuevo destino para llegar_
_Un viento tira su pedestal_
_En donde supo saciar su sed_
_Tanto insumiso no va a aguantar_